A veces, cuando uno expulsa realmente lo que tiene dentro, puede sacar a la luz obras con un sentimiento intenso desmesurado. Tan sólo traspasando fiel y coherentemente aquellas inquietudes a una canción, con melodías que parecen tener vida propia, es posible que nazca un disco con la suficiente fuerza para transmitir en profundidad los sentimientos, mostrar cristalinamente el alma a los demás y dar a entender aquello que se quiere que se capte. “Azulejo Frío” le ha servido a Enrique Villarreal para reducir la importancia de un problema ínfimo que a veces le amarga su existencia, el insomnio, uno de los trastornos del sueño más comunes; y por consiguiente, mediante metáforas existenciales, sacar desde el corazón los más inefables afectos sobre la noche, un punto de vista distinto a como casi todo el mundo la entiende, no es solamente juerga y diversión, “Todo lo enamora la noche”.
El tiempo pasa demasiado deprisa, ni de ello se libran los músicos, lo que le mantiene vivo y con sentido a este carismático artista, aparte del amor de su pareja y su hija, son las ganas de subirse a los escenarios, es algo que lleva en su sangre. Se ha percatado que quizás llegue un día que su estado físico se lo impida, por lo que intenta aferrarse a un instinto de conservación para preservar esa ilusión, mantenerse en activo y no desperdiciar todas las oportunidades que le da la vida, ya habrá tiempo de descansar más adelante. Ha entendido que era el momento de resucitar uno de sus proyectos en paralelo, “Txarrrena”, tomar nuevo aire de raíces roqueras en muy buena compañía (Eugenio Aristu (Flako) y Txus Maraví y Brigi (Koma), pero sin olvidarse de su ropa de viaje, sombrero de copa, chaqueta de cuadros, bastón y algún nuevo complemento escénico que le permita un nuevo abordaje de lo más directo posible.
Innegablemente bajo esa apariencia se esconde una alma inquieta pero con la capacidad de aceptar diferentes ideas para sus temas, sin por ello mermar sus virtudes, ello ha contribuido a lo que nos venían a presentar en el Kafe Antzoki, un trabajo que lleva el don de la genialidad, la tradición rockanrolera impuesta en los setenta, respaldada a través de un revoltijo de impresionantes arreglos y matices modernistas, canciones que te inyectan un subidón de hedonismo solo comparable a la llegada de los primeros calorcitos primaverales.
Txarrena
De manera sorprendente, Txarrena canalizó en su concierto bilbaíno todas sus inquietudes en un lenguaje de puro rock, una actitud decidida que defendía el contenido, sin señales de cobardía y buenas expectativas de prosperidad, sin sustituir parte de la riqueza de detalles en pro de un sonido mucho más sencillo y práctico. Contemplamos a un grupo de ROCK, así, en mayúsculas por la salvaje puesta de su directo, pero también por la astuta seducción que buscan ejercer sobre el público. Si las malas lenguas achacan de bastante frío al público vasco, el cual cayó rendido a los pies de este cuarteto navarro, ya desde el contundente inicio con “Salvaje Mirar”, en el que el Drogas apareció con una mascara, la cual complementaba aún más su peculiar ropaje (Chaqueta de cuadros y sombrero), golpeando el suelo ininterrumpidamente con un bastón, en señal de amo y señor de la tierra; no quiero ni imaginarme como responderá el del resto de ciudades ó quizás es que seamos bastantes sibaritas. ¡Quien sabe!.
Esa contundente entrada fue encadenada con la más que brillante “Así” que sentenció el rotundo tono del concierto,Txus Maraví encendía el motor con guitarras más estridentes y explosivas, sobre todo cuando la batería a cargo del bárbaro Brigi Duque aceleraba el ritmo y la voz dejaba paso a la instrumentación, así que el paseo por temas de su anterior disco “El Charco”, “Déjalo Muñeca!!!, “Nada Sin Ti” y la espléndida representación de “Piel De Gato”, la presencia visual de dos personalidades, más o menos unidas en un solo cuerpo, fueron recibidos ya en pleno éxtasis. En esa ocasión pudimos disfrutar del huracán Brigi, cosa que no va a tener el privilegio otras ciudades, ya que cuando coincidan con las fechas de presentación de “La Maldición Divina”, éste será suplido por Josu Erviti, joven pamplonés de 28 años.
Un obligado receso melódico, un par de temas interpretados en acústico “Todo Lo Enamora” y “En El Punto Mierda” sirvieron al Drogas para desatar el tarro de las esencias, primero con su particular locuacidad y elocuencia que arrancó la sonrisa de muchos, “Vamos a echar unas acústicas que es un vicio, para el que las escucha tal vez sea un tostón, un vicio cabrón que más da, hay que aprovechar que el Txus se ha traído esa guitarra, la que parece que la toca durmiendo” y segundo con una inspirada interpretación de melancolía vital, previa imitación retraída al genio de Minnesota, Bob Dylan.
El clímax fue subiendo al retomar la linea de fuerza con ”Ella No Para”, “El Peldaño Mas Cercano”, varios puntos por encima sobre las versiones de estudio, en cuanto a potencia y espectro sónico, como se pudo apreciar en “Con Tu Piel”, la cual fue acicalada por el Drogas, a base de machar un cencerro con su inseparable bastón de madera y mientras el bajista Flako, tan sencillo él, en tejanos y gafas de sol negras, mostraba su torso desnudo, aporreando también su instrumento preso de un ataque de rock
Parecía que aquello no iba a pasar de una velada entrañable, pero a la que el alcohol entró en acción se creó una verdadera complicidad, las canciones fueron cayendo como si nada ni nadie pudiera detenerlos, la participación esporádica de Kutxi Romero en el “Fuego De La Tarde” ayudó bastante a que pudieran rematar la faena como los buenos toreros.
Txarrena
“Se nota que si paras engordas, y luego hay que sudarlo, suda cerdo” murmuraba Enrique entre dientes, llegaba el turno de ponerse la mascara de lobo y contar el cuento del devorador de personas, con esa especial mezcla de desparpajo creativo, fortaleza y valentía, tema que a la primera escucha uno queda totalmente seducido por el buen gusto que fluye de cada ritmo y melodía vocal. Fue ejecutado con tanta perfección y emoción que al termino llegó un comentario jocoso por parte de éste “Lo que hay que hacer para vivir de esto, la construcción esta mal, estoy con la edad de buscar trabajo en la construcción, que me busque la construcción a mi”.
Tan seguros se debían sentir que antes de llegar la tanda de propinas atacaron con la atemporal versión de Alarma, “Frío”, el de txantrea tomando el mando de la nave con una actitud decidida y de lo más agradecida al sentirse totalmente arropado por un público entregado e incansable, prisionero de la personalidad vibrante del conjunto, fornida de esencias y que les diferencia de ese grupillo de bandas engreídas y pomposas, en las que sus músicos, dotados de un talento indiscutible, se batallan en la búsqueda del un total protagonismo.
Txarrena no dejaron lugar a las medias tintas, suenan clavadísimos como un puto reloj, saben conectar con la gente y hacerla partícipe en los momentos adecuados, como fue el caso en los apoteósicos bises “Otro Corazón”, “Empujo Pa´Ki” y “Azulejo Frío”, señal que tienen plena confianza en sus facultades intuitivas y aplicada la lección de que una falta de armonía entre ellos o un excesivo ego de cualquiera rompería la perfecta combinación de solidez y seguridad que hacen gala. Uno de los directos mejor cocinados, consistentes, vitaminados y mineralizados que hemos probado últimamente, y del que no nos cansaremos de repetir....
Set List
- Salvaje mirar
- Así
- El charco
- Todos los gatos
- Directo a la cabeza
- Quiero que
- Déjalo, muñeca!!!
- Dime como besas
- Nos queda poco tiempo
- Piel de gato
- Pelea de barro
- Estos clavos
- Poca luz
- Todo lo enamora
- En punto muerto
- En otro rincones
- Con tu piel
- Ella no para
- El peldaño más cercano
- El fuego de la tarde
- Nada sin tí
- Algo más que su cariño
- El lobo feroz
- Algunas cosas por terminar
- Frío
- Otro corazón
- Empujo pa'kí
- Azulejo frío.