Un viejo tópico reza que sólo el puro heavy metal y la música “Con alma” (O sea con guitarras) puede resultar evocadora de tiempos pretéritos y lograr que el paso del tiempo no produzca un efecto nocivo sobre ese sentir musical. El pasado 5 de noviembre cobró mucho más sentido que nunca esa perogrullada, el mítico grupo madrileño Obús fue capaz de traernos a la memoria recuerdos de glorias pasadas que estupendamente seguíamos guardando en el corazón y dejar entredicho eso de que “El tiempo pasado fue mejor que el tiempo presente”.

Es verdad que hubo un tiempo en el planeta Obús donde el sol salpicaba emocionantes chorros de creatividad, tan vivificantes como seductores. Los músicos eran algo parecido a abejas reivindicativas que transportaban de flor en flor su espíritu vacilón y actitud de desobediencia civil, “Somos unos tipos duros con pantalones elásticos , chupas de cuero y pulseras de pinchos, exigimos nuestra condición de ser”, sin embargo al igual que esos grandes juegos de infancia (Los de toda la vida) todas aquellas buenas intenciones parecen aguantar más allá del tiempo, sus reglas de actuación siguen al pie de cañón y sus canciones sin perder vigencia, emocionando como la primera vez después de tantos años y poniendo a latir nuestros corazones a mil por hora. Si hubiera una hipotética lista de bandas más honestas y sólidas de los diez últimos años, Obús debería ocupar un lugar de honor, sus discos siempre han estado cargados de grandes ideas, una actitud a prueba de bombas e impresionantes colecciones de canciones.

Supongo que a más de uno le dio un soplo en el corazón al enterarse de la intención de la banda de plasmar en un DVD, el último concierto de la gira del 30 aniversario, bajo el lema de “Vamos Muy Bien”, con la participación de grandes amigos y una escenografía más exuberante y fascinante.

Y es que para los que no tuvimos la suerte de nacer en el momento idóneo para aprovechar con la edad justa esa época dorada de los ochenta era algo parecido a experimentar el mismo sentimiento de profunda adoración y gozo que se generó en aquel mítico concierto que dieron en el año 1981 en el Pabellón de Real Madrid, con un lleno absoluto y desplegando los músicos un derroche técnico magistral.

Aquello que diferencia a las buenas formaciones de las grandes es la capacidad para crear un universo propio, no se trata ni siquiera de sonar distinto, sino de crear la percepción de haber creado un espacio que nadie más había ocupado antes de ti y nadie ocupará cuando no estés, la música de estos madrileños es igual a una puesta de sol, hard rock y heavy metal de primera línea,  sin artificios ni pretensiones innecesarias, una voz que habla por ti, con capacidad de activar un resorte en tu interior, no teniendo nada que ver con la gran técnica del propio Fortu ni sus determinadas características físicas, sino con su cualidad de hacerte creer que él eres tú, que sientas como él sus canciones, ofreciéndote un espejo en el que proyectar tus propias emociones y sin disfrazarlo de retórica grandilocuente, sino precisamente mostrándolo tal como es, a través de un ejercicio sabio en hacerte reflexionar sobre algo insignificante o coger un pensamiento y convertirlo en algo trascendente para lograr que precisamente después de escucharlo ya no seas el mismo que ayer.

La noche olía a mágica desde el principio, el retraso de casi quince minutos incrementó la expectación (Como dice un buen amigo, los grandes conciertos nunca deben empezar puntuales), y el inicio supuso un gran estallido de euforia en un sala abarrotada, el público estaba predispuesto a disfrutar, y el repertorio que nos tenían reservado podía incluso sacar del coma profundo a cualquier persona que estuviera en esa situación a causa de un grave accidente. Lo de éstos músicos más que adoptar ciertas poses rockeras es un sentimiento real consistente y profundo que emerge del corazón y que solo es comprendido por aquellos que sabemos lo que es y significa el heavy metal.

Empezaron por lo seguro, con los similares temas que han conmocionado a diferentes audiencias en diferentes ciudades cada noche, desde la inicial “Corre mamón , transitando por lo que supuso su segundo trabajo tras el reagrupamiento “Segundos Fuera”, con esa canción dedicada con toda la enemistad a la figura de Bush “Más Que Un Dios”, para embarcarnos rápidamente en un viaje de placer por el tiempo hacia olvidados pliegues de nuestra juventud con canciones cuyas letras siguen pegándose a nuestra piel “La Raya”, “Autopista” , “El Que Más” y “Pesadilla Nuclear”, haciéndonos agitar nuestras caderas y melenas sin descanso. Hasta aquí se podríamos concebir la actuación, aparte de un mero acto demostrativo de como su rotundidad sigue manteniéndose casi intacta hasta la fecha, de un alto grado de profesionalidad y cierto conservadurismo, entendible por lo que se jugaban y cuya meta radicaba en querer coger el pulso a la actuación lo más antes posible, aunque les supusiese renunciar a ciertas concesiones de exclusividad con el público

Si bien hasta entonces echaba en falta una mayor cercanía con los asistentes, fundamentalmente en la figura del carismático Fortu, la siguiente en sonar “Dame Amor” rompió todo ese inusual formalismo, encaminándose a lo que suelen sus descargas, recitales cálidos y encendidos, en los que el público se siente involucrado en el mismo. Aparte de ser realzado el tema en cuestión con una descarnada e incontestable fuerza interpretativa, fue intuido por éste como una manera de lograr poner a todo el mundo a comer de su mano, por medio de una actitud más espiritual y rebelde como fue la de colocarse en primera instancia un sujetador lanzado por una de sus seguidoras y pedir posteriormente que le tirarán otro más grande y de diferente color para hacer juego con el que ya tenía puesto en el pantalón.

Se desbordaron las previsiones con la llegada de una canción recuperada para la ocasión “Viviré” con un músicos desprendiendo un magnetismo que muy pocos pueden presumir en un escenario y con un fuerte alegato final de Fortu “La Universidad Es La Calle", dando paso a uno de los legendarios himnos “Juego Sucio” en la que el vocalista quiso sentirse como un dios divino subiéndose en la tarima donde estaba toda una maquinaria pesada, el arrollador Carlos Mirat que no paraba de hacer espectaculares piruetas con sus baquetas; otorgando una sensación por momentos de creer en la posibilidad de una posible reencarnación de la figura prodigiosa del heavy metal, Ronnie James Dio.

Con un pareja como Francisco Laguna y Fernando Montesinos, dos instrumentistas que se regodean tocando con la mano vuelta, el cuerpo de las canciones está completamente asegurado, sin embargo echaron mano de dos instrumentistas adicionales, el violinista Vesko Kountchev y el teclista Filtheau para dar comienzo a la segunda parte del show en la que hicieron gala de una escenografía distinta (Cambiaron el telón que han llevado durante toda la gira por uno más clásico, el de  balas) y así poner un ambiente de lo más apropiado e introductorio a una divina “Complaciente o Cruel” (Lo mejor de la noche) en la que Fortu ataviado con un sombrero de plumas y una llamativa chupa de leopardo nos empujó a un ejercicio de introspección, de tener que enfrentarnos nosotros solos con esa historia tristemente amarga y dedicarle toda la atención que se merece “Amante de una jeringuilla, íntima amiga del alcohol, pasea su cuerpo por la acera, espera que tu pares el ruido del motor”.

Todo estaba saliendo a pedir de boca, la banda iba sobrada de fuerzas, su público también, y el sonido acompañada, como para no estar eufórico, sinceridad absoluta del cantante en varios tramos del show “Se me pone Morcillona”, además no fue de extrañar que Carlos Tarque (M-Clan) fuera presentado como lo fue, para constituir en sociedad un plantel de vocalistas de primer nivel, exponiendo conjuntamente el haber nacidos para esto del rock & roll, a través de una esplendorosa y alucinante "Él es rock n´roll".

Paco siempre tan virtuoso tomaba el mando de la nave siempre que lo deseaba como fue el caso de “Te visitará La Muerte” con un punteo puro y duro o adornando otros como “Callate” en base a riffs melódicos muy bien elaborados. Otro estallido del público vino con “Que Te Jodan”, cantada de arriba abajo por casi toda la sala, con un Fortu que se acomodo ante su público con la naturalidad del viejo zorro que es. Y a continuación el siguiente invitado de la noche, Fito Cabrales que sacó su vena más rockera en una inmejorable “Dinero, Dinero”, una aportación lo suficientemente resolutiva, corriendo sangre digna por sus venas y en el que nuevamente contaron con la inestimable ayuda del público, tras una petición de palmas e instigue con esa típica frasecita “¡Que pasa, estáis cansados!”.

Una vez desgarrada nuestras almas con el límpido mantenido de tono alto de más de diez minutos en una salvaje “Yo Solo Lo Hago En Mi moto” llegaba la hora del desfase y poco sentido del ridículo con uno de sus grandes clásicos “Vamos Muy Bien” en el que invitaron a escena algunos de los músicos más salvajes y entrañables de nuestro país, Yosi (Los Suaves), Oscar Sancho (Lujuria), Julián Hernández (Siniestro Total), Silver (Muro, Silver Fist) y Brigi (Koma, Txarrena) y fueran ellos quienes dejarán testimonio de que lo que se estaba viviendo era más una fiesta con su gente que un acto de grabación en sí.

No nos daban tiempo a relajarnos mucho aunque hubiese ciertos momentos para ello como una inesperada “Sin Dirección” o la extraña colaboración en “Mal Rollo” de los raperos Duo Kie en la que el propio Fortu se metió en el papel de rapero, asumiendo perfectamente ese novedoso patrón de chico malo, y alcanzando en la parte final, lógicamente, los temas más ilustres de su carrera como “Va A Estallar El Obús” y un cierre final "Esta Ronda La Paga OBÚS" que tuvo previamente una larga e interminable presentación de la banda (Que para quien haya estado en varios conciertos de la gira ya le parece un verdadero tostón) y a continuación la invitación a ciertas personas del público para que tengan el privilegio de tener su momento de gloria junto a ellos y también con todos los invitados de esa noche, los hijos de Fortu y una inesperada sorpresa Glory (Guadaña), mientras una lluvia de confeti y globos calaba profundamente en el alma de los espectadores. Nada más acabar, el periodista Toni Garrido con una bellas palabras, en favor a su tesón y esfuerzo por llevar 30 años en el mundillo, entregó en manos de Paco y Fortu, el disco de diamante como reconocimiento a la labor de haber vendido un millón de discos.

Pasan los años pero mientras sigan conservando esa sensibilidad por lo cotidiano y cabrearse con lo que les rodea y materializarla en música llena de rabia y pasión, su presencia será bienvenida.  ¡Les necesitamos más de lo que pensamos!

Set List

- Corre mamón
- Mas que un Dios
- La Raya
- Autopista
- Necesito más
- El que más
- Pesadilla Nuclear
- Dame Amor
- Viviré
- Juego Sucio
- Complaciente o cruel
- El es rock & roll (con Carlos Tarque)
- Te visitará la muerte
- Que te jodan
- Dinero, Dinero (con Fito)
- Yo solo lo hago en mi moto
- Vamos muy bien (con Oscar de Lujuria, Silver de Muro, Brigi de Koma, Julián de Siniestro Total, Yosi de Los Suaves)
- Sin Dirección
- Mal Rollo (con Duo Kie)
- Cállate
- Prepárate
- Está ronda la paga Obús