Pero aquella noche el mundo podía irse al carajo porque estaban los Gritando en Silencio pisando el mismo suelo que nosotros. Podría escribir mil y una palabras para describir la grandeza de esta banda y no sabría ni qué decir ni cómo. Para mí son muy pero que muy grandes, me tienen conquistada con su honestidad, con su actitud, y con esas letras que me taladran el corazón sin ningún remilgo, para luego me devolvérmelo hecho un trapo.
En poco más de una hora y media nos emocionaron y nos encandilaron con casi una quincena de canciones que lograron despojar al público de todo lo que sobraba y hacerle bailar al son de “Mírame desnudo” o de la aclamada “¿Dónde te has quedado?”.
Los ojos se abrían como platos, y es que todos sabíamos que estábamos ante unas personas enormes y éramos conscientes de que esos momentos eran todo un regalo, tal vez uno de los mejores que se le pueden hacer a alguien. Gritando en Silencio compartió con nosotros su música, sus ideas y todo lo que ello conlleva, dejándose el alma y la piel en el escenario. ¿Qué más se puede pedir?.
Uno de los grandes momentos de la noche fue el vivido con el “Blues del espejo”, un momento de reflexión, una parada en el camino para coger aliento y disfrutar de otra vertiente de la banda exquisitamente ejecutada.
Como en todo buen concierto, cuando te quieres dar cuenta aquello ya se está acabando, y las encargadas de finalizar, las últimas y no por ello menos importantes, fueron ”A la luz de una sonrisa”, la genial y muy aplaudida “Actitud” y “Vértigo”.
Pero como no podía ser de otra manera antes de marcharse, la banda se presentó al completo, de una forma tan humilde que parecía que se trataba de unos amigos a los que acabas de conocer.
Gritando en Silencio nos encantan en disco, pero en directo es donde realmente demuestran todo lo que tienen que mostrar y logran apasionarnos. A pesar de aquella noche nos quedamos con ganas de “Con dos copas de más”, Gritando en Silencio calmaron bastante nuestra sed y lograron saciarnos, haciendo que su actuación fuera tan reconfortante como cuando uno encuentra un oasis en un desierto. |