Al igual que hace casi dos años La Fuga escogió el Black Bird para presentar su “Raíces”, ahora volverían a su segunda casa, donde afirmaron haber estado siempre muy a gusto, para presentar su nuevo disco “Más de cien amaneceres”.
Así que ya habían pasado más de 700 días, ¡¡cómo pasa el tiempo!!, y ahora también iba a ser un jueves y nos iban a ofrecer su nuevo disco en formato acústico. La sala estaba llena de fans, personas a las que les habían dado un par de invitaciones al comprar su disco en la Tienda Tipo de Santander.
En líneas generales la actuación me pareció un auténtico show, ¿para qué nos vamos a ir por las ramas?, fue un conciertazo con mayúsculas. Durante unos minutos que se pasaron volando pudimos disfrutar de las canciones de ese nuevo disco y de otras más míticas. De las del nuevo álbum la banda desgranó más o menos unas siete, algo que no está nada mal teniendo en cuenta que el disco contiene once canciones. Así que podemos afirmar que el concierto se dividió en dos partes, una con las canciones recién saliditas del horno y otra con aquellos temas más añejos y míticos. |
Las recién paridas me parecieron muy a la altura de las circunstancias, y vi una banda tan feliz, tan alegre, tan emocionada con lo que estaba haciendo, que temas como “Ser yo mismo”, “Los lunes de olvido”, “Camarote” o “Un año de resaca” parecían ser míticos. La Fuga nos ofreció su espectáculo como el que da de beber al sediento, mientras que el público escuchaba expectante esta nueva propuesta.
Para acabar una excelente actuación, el cuarteto nos ofreció unos esperados temas, los más míticos, que hicieron enloquecer al público, unas personas que corearon a viva voz hasta casi quedarse afónicos canciones como “Baja por diversión”, “Buscando en la basura”, “No solo respirar” y “Jaleo”.
Por último quiero destacar la buena energía que desprendían los componentes de La Fuga desde el escenario, la buena energía, el buen rollo y la humildad de la que hacen gala, dándoles las gracias a los dueños de la sala, a nosotros por estar ahí, y dejándose la piel en una actuación corta a la par que muy intensa.
Seguiremos sin saber de dónde saca las pelas la luna para salir todas las noches y de dónde saca el sol la fuerza para salir todos los días, pero, ¡que nos quiten lo bailao!. |