La tercera de las semifinales de la W:O:A Metal Battle Spain tuvo como sede la sala Tunk (Irún), un lugar idóneo para albergar tan singular concurso, buena visibilidad desde cualquier parte y una acústica más que aceptable.
Doce bandas divididas, en dos grupos de seís, lucharon con unas y dientes por conseguir una de las tres plazas que daban derecho a estar presente en la final que se celebrará el próximo 5 de abril en la sala Liverpool de Molins de Rei (Barcelona).
La primera de la noches destacó por la amplia disparidad musical de la bandas participantes, no en calidad sino en cuanto a estilo. Los primeros en subirse fueron los errenteriarras Drakken que durante sus veinte minutos reglamentarios se vaciaron por completo, obsequiándonos con un autentico manual de lo que ha de ser el metal en los tiempos que corren, una bola de sonido potente mediante la combinación de ritmos implacables y melodías empapadas de crudeza. Todo lo opuesto fue lo que exhibió la banda de rock Space Octopus, ecleticismo y elegancia al alcance de pocos, acordes incandescentes que superaron el efecto de expectativas controladas.
La prometedora banda de Bergara, Dark Code se coronó como la virtual gran vencedora de la semifinal vapuleando su breve repertorio con una pasarela de guitarras trémolos y un telar de ritmos machacantes. Los bilbaínos Unbreath aunque estuvieron a la altura de las circunstancias, no pudieron superar el listón dejado por sus predecesores, aún así hicieron vibrar y eclipsar la apatía de la gente ante la crisis con un derroche de ritmos salvajes, devoción por la música y entusiasmo por exteriorizarla. Un poco de luz roja, como de laboratorio fotográfico y un poco de verde constituyeron la pobre iluminación del devastador concierto de A.D que, en mi opinión, pedía gritos que hubiera fotones rebotando por todas partes.
Cerraron la jornada los bilbaínos Tight Leash que sobre las tablas ganan mucho más en credibilidad, autenticidad y personalidad, su vocalista Xandra fue desdibujando algunas entonaciones a favor de un voz más ruda y una expresión más desahogada.