¡Las apariencias engañan!.

Rodeados por el ambiente continuo de crisis de la industria discográfica, en parte fingido, en parte real, la proliferación de bandas de Rock'n'Roll en canales mediáticos incita siempre a sospechar sobre su presunta credibilidad y autenticidad, el apoyo al rock por parte de la mayoría de las grandes compañías discográficas es prácticamente nulo, quedando exclusivamente en favor de aquellas propuestas muy estéticas, músicos que bajo una imagen que a lo mejor no representa su estilo de vida, juegan a ser estrellas de rock, fruto de su afán de conseguir el éxito a cualquier precio. No siempre la calidad, humildad y pasión son un resorte seguro. Y por otro lado nos encontramos a aquellas bandas que esperan la oportunidad sin dejar por ello de lado un constante trabajo que, tarde o temprano, reclama su espacio.

A priori, uno podía hacerse una idea estimada del espectáculo que nos iban a brindar las suecas de moda, Thundermother, al considerar su propuesta musical como un buen producto de mercadeo, chicas guapas rockeando con mucha pose y escasa convicción, ganándose al publico más por su belleza y simpatía que una indiscutible actitud rockera. Pero muchas veces la realidad es bien distinta y uno acaba arrodillándose ante la evidencia, un torbellino que te absorbía hacia el epicentro del rock más bronco e incisivo, induciendo a un estado de histeria colectiva, cabezas moviéndose frenéticamente, jadeando sin descanso y yendo a la barra a calmar su sed fruto de una noche embriagadora de buena música que invitaba a olvidar todas las penurias sufridas a causa del horrible momento en que vivimos.

La banda afincada en Lasarte (Gipúzkoa) Tamerlaÿn se embarcó en la dura tarea de ofrecer sus lecciones de power metal de estandarte con una acusada tendencia a reproducir notas de bandas de depurada técnica, a lo Tierra Santa, Rata Blanca o Avalanch, cuyas habilidades reflotaban en solos de cuajo elaborado y unas melodías vocales muy acertadas que durante las estrofas parecían fluir solas, excelentes composiciones hechas con gusto y elegancia como “Héroe o Traidor”, “Aguila”, “Destino Cruel” o “Devuélveme Las Alas” al que únicamente se las podía echar en cara una cierta homogeneidad que fue quebrada, a cargo de emotivos homenajes, a Helloween con “I Want Out” y Hammerfall con “Renegade”, en la que los acólitos se hincharon a cantar su estribillo hímnico.

Tras un breve descanso y los respectivos cambios en el escenario llegó el turno de los navarros Xtasy, unos alumnos aventajados del hard-rock melódico de tradición americana que se adapta a los nuevos tiempos sin perder en ningún instante toda esa esencia ochentera que ofrecía el A.O.R.

Canciones que escapan de la pegada inmediata de una melodía facilona y se van degustando poco a poco, a medida que tus oídos y tu cerebro se van acostumbrando a sus formas, giros y sonidos que tan arraigados tienen en sus carnes, profesando los músicos un conocimiento y una libertad que los eleva por encima de aquellos falsificadores que venden canciones como quien vende pilas en el metro, fijándose en la comunión entre la elegancia propia de los ochenta y una instrumentación de notable factura composicional que invita abrir de par en par los cinco sentidos.

Unas maneras de hacer fervientes, eficaces y fértiles en ideas que da como resultado una frescura musical que hacía tiempo que no veía en melodías de mucho merito como “Scream”, “All For One”; “Rebel Rider” y el sencillo que da nombre a su próximo Ep “Stronger", en donde brilla la perfecta conjunción de unos teclados envolventes, acordes guitarreros melódicos que aportan una hermosa armonía y el fuerte magnetismo de su vocalista Silvia, que cuenta con un registro vocal capaz de cautivar a cualquiera a la primera escucha, dejando incluso detalles de bella factura en la interpretación de clásicos tan populares como el Poison (Alice Cooper) o el “How Much Love” (Vixen).

La calidad en directo de un grupo viene firmada, en la mayoría de las veces, por la desenvoltura de los músicos sobre el escenario, el grado de entrega, la energía y como no, la chispa a la hora de convencer, no podemos olvidarnos también de aspectos fundamentales como el ingenio, la clase y el virtuosismo en la ejecución.

Muchas veces no topamos con bandas que no lograr plasmar en vivo todo ese talento reflejado en sus discos, pecando de poca experiencia y soltura, mayormente o viceversa siendo del todo proporcional. Muy rara vez encontramos a formaciones que demuestren una grandeza inusitada, de la cabeza a los pies, como si hubieran nacido con un especie de don, para ser unas verdaderas estrellas y convertirse con el paso del tiempo en unas autenticas leyendas.

Las suecas Thundermother empujadas por sus propias ganas de agradar y plenamente concienciadas de que las canciones no suenan solas que tras ellas han de tener unos músicos que las interpreten con entrega y las doten de sentimiento, no dejaron lugar a las medias tintas, dominando el formato de mediano escenario y dedicándose en cuerpo y alma a rockear como ellos saben hacer ante 120 almas sedientas de Puro rock n' roll. Enseguida quedó patente lo compacto de la banda, con momentos de gran vitalidad y poderoso brío rítmico, “Man With Blues”, “The Dangerous Kind”, “Cheers”... siendo tocadas cada una de sus notas como si les fuera la vida en ello, mucho descaro estilístico y una cristalina actitud irreverente al estilo de vida del Rock'n'Roll, derrochando su vocalista Clare una energía capaz de mover el mundo, melodías vocales de urgente expresividad.

Una apabullante demostración de cómo llevar un concierto haciéndolo subir hasta alcanzar un clímax difícil de olvidar, empleando ritmos primitivos del mismo modo que una factoría siderúrgica a pleno rendimiento, recurriendo constantemente a la bifurcación de sus fornidas guitarras en furiosos interludios guitarreros que nunca dieron síntomas de futilidad o poca definición. Cerrabas los ojos y te parecía escuchar juntos a AC/DC y Rose Tattoo fundiéndose juntos contra viento y marea, en suculentas raciones de caña “I´m The Fire”, “R´n´R Disaster” o  “Shoot To Kill”. Recursos todos ellos a favor de ciertas concesiones de exclusividad con el público, secundados y realzados por su descarnada e incontestable fuerza interpretativa, manifestando, por encima de todo lo demás, haber nacido para esto del Rock'n'Roll . ¡Larga vida!

- Man With Blues
- The Dangerous Kind
- Cheers
- Please Me
- Thunderous
- Saturday
- Tease
- One For The Road
- I´m The Fire
- Deranged
- R´n´R Disaster
- Shoot To Kill
- Medley de Riffs
- You Make My Day