El Cassette Rock volvía con fuerza este año con cuatro fechas compartidas por Loquillo y Burning, dos bandas punteras que marcaron un ante y un después en esto de rock, muchos años de asfalto y muchos conciertos juntos que este festival ha querido revivir. Nos acercamos a Palencia, al Pabellón Marta Domínguez y eso es lo que sucedió:
Ante todavía un tímido público salieron a escena Bluedays. Los vallisoletanos nos animaron a base de bien con sus temas bluseros y rockeros. La gente que se acercó a primera hora al festival se lo pasó en grande con Bluedays. Fue sin duda alguna todo un acierto que esta banda fuera la encargada de abrir el festival.
Vimos a un grupo con mucha presencia en el escenario, que sabían a la perfección lo que estaban haciendo y que hicieron muy bien la labor de calentar al público para lo que venía después. Aunque disfrutamos muchísimo de su actuación y no se nos hizo pesada ni mucho menos, más bien todo lo contrario.
A mí siempre me gusta descubrir bandas nuevas, pero en este caso Bluedays son ya veteranos y no en vano tienen ya cuatro discos a sus espaldas y cientos de conciertos. Así que aunque no sean nuevos en esto por lo menos para mí sí que lo eran. Al fin y al cabo siempre es un placer descubrir a bandas lleven en esto de la música 1 o 10 años.
El último trabajo de los de Valladolid se llama “Todojunto” y de éste nos ofrecieron canciones como “Mirar atrás” o “Quiero bailar”. De otro de sus discos, de “Una noche llantén” me parece que sonó “Dame más calor”. Y algún que otro tema más sonó en aquella noche, así hasta completar casi cerca de una hora de actuación. Un tiempo que se nos pasó rapidísimo.
Disfrutamos mucho con la actuación de Bluedays. Para más información podéis visitar su página web: www.bluedays.es.
Bluedays
Los siguientes en salir a las tablas del escenario del Cassette Rock fueron los míticos, los archiconocidos, los magníficos, los imprescindibles, nada más y nada menos que los Burning. Los madrileños nos ofrecieron una actuación de casi una hora y media de duración.
Con 15 discos a sus espaldas, que se dice pronto, nos hicieron pasar un buen rato con el ritmo de sus melodías, y contaron con el beneplácito de un público que había ido a verles a ellos. Contaron con bastante más público que la anterior banda.
La gente coreaba sus canciones y se desgañitaba hasta límites insospechados. Los Burning estaban allí para presentarnos las canciones de su nuevo disco, de ese “Pura sangre” que muerde con la fuerza de un león.
Personalmente al principio la actuación de Burning se me hizo un tanto lenta, y es que es lo que tiene no conocer ni una sola de sus canciones, a falta de la imprescindible “¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?”.
Los Burning se despacharon a gusto con sus canciones y nos ofrecieron un auténtico espectáculo. Fue un placer verles, sin duda alguna, la única lástima fue el no conocer demasiado sus canciones porque si las hubiera conocido seguro que me lo habría pasado mejor.
Burning
Y por fin llegó el gran momento, el momento esperado por muchos. Tras el imprescindible cambio de batería y la demás parafernalia habitual en este tipo de eventos, por fin salió a escena Loquillo.
Loquillo saltó al ruedo con unas gafas de sol, que por cierto le duraron apenas cinco canciones. Empezó su actuación de algo más de una hora y media con “El creyente”. Y así nos dejó de primeras cinco canciones que no eran de las más conocidas.
El público estaba desatado, había bastante gente abarrotando el pabellón, pero se podía estar a gusto en las primeras filas. Después de esas cinco canciones empezó el momento de los clásicos y pudimos escuchar “Feo, fuerte y formal”, “Cuando fuimos los mejores”, “Memoria de jóvenes airados”, “El ritmo del garaje”, “Cruzando el paraíso”, “Rock & Roll star”, “La mataré”, “Rock & Roll actitud”, “El hombre de negro”… y así hasta un largo etcétera.
La actitud de Loquillo, pues la de siempre, chulesco (porque él se lo puede permitir), fumando sobre el escenario, jugando con el micrófono, y como siempre, humilde a pesar de ser tan grande. En muchas canciones cedía el protagonismo al resto de la banda, también les presentó y pidió un aplauso para cada uno de los culpables de que eso tirara para delante. Es más, en "Carne para Linda", se quedó a un lado del escenario, donde no le podíamos ver, pero cantando todo el rato. Vamos, que es consciente de la gran banda que lleva detrás, y así se lo transmite al público que les va a ver.
Loquillo
Vimos como siempre a una gran banda, a un grupo que se dejó la piel en el escenario, y que nos hizo disfrutar como niños con zapatos nuevos.
Y sí, como suele ser habitual en los conciertos buenos, la actuación se nos pasó rapidísimo, parecía que acababan de subirse al escenario y ya estaban en las últimas canciones. Entonces hicieron mutis por el foro y luego volvieron a salir para pegar los últimos coletazos de aptitud.
Entonces para las últimas canciones salió El Loco se cambió y salió a escena con una chaqueta de lentejuelas, que vamos me la pongo yo y parezco idiota, pero a él le quedaba bastante bien.
El broche de oro a una excelente actuación, lo puso, como no podía ser menos, la mítica “Cadillac solitario”.
Definitivamente, cada uno tiene su banda de Rock & Roll, pero la mía y la de mucha otra gente es sin duda alguna Loquillo.