Vitoria-Gasteiz se volvió a convertir un año más, y ya van trece, en la capital del Rock. El recinto de Mendizabala de la localidad vasca acogió infinidad de conciertos durante los días 20 y 21 de junio y recibió a un público llegado desde diferentes puntos del estado y Europa.
Según datos de la organización, en la primera de las dos jornadas, el día en el que sobre los tres escenarios situados en Mendizabala pasaron bandas como Scorpions, Seasick Steve o Marah, se dieron cita más de 14.000 personas, un total de 14.102 espectadores que no se quisieron perderse a los alemanes Scorpions, banda que eligió el Azkena Rock para ofrecer uno de los conciertos de su gira de despedida.
La jornada inaugural arrancó a las 16:45h. momento en el que se abrieron las puertas del recinto. Tan solo media hora más tarde la banda local 13 Left To Die se encargó de abrir en el escenario "Lou Reed" la decimotercera edición de este veterano festival.
Los alaveses, que recientemente han incorporado a Mikel Berrozpe, batería que sustituirá temporalmente al lesionado Oier Bernal, a sus filas y que cuentan con nuevo material recién editado, salieron a por todas desde el comienzo. Querían agradar al público y agradecer a la organización la oportunidad prestada. Por ello, arrancaron con la contundencia que les caracteriza y entre la media docena de temas que descargaron incluyeron varias composiciones de su "King for disposal"; "Cowgirl", "Inside" y " "Who Pulls the Trigger" entre ellas.
13 Left To Die. Foto: Musicsnapper
Tras el contundente arranque tocaba desplazarse al escenario "Raúl Aransáez", la carpa que este año tomaba el nombre del guitarrista y fundador de los vitorianos Reverendo Parker y fiel seguidor del Azkena Rock, fallecido en agosto de 2013. Allí los canadienses Monster Truck nos deleitaron con otros seis temas guitarreros y crudos que gustaron a los presentes, la voz de Jon Harvey no dejó a nadie indiferente y el cuarteto, que fue elegido como grupo revelación en los Juno Awards, presentó varios temas de su "Furiosity".
Fue en el escenario cubierto donde nos refugiamos de la primera de las tormentas de la tarde. A la fuerte lluvia le acompañaron rayos, truenos y la suspensión de dos conciertos. El de Bombus en el escenario principal y el de Bourbon que tras la suspensión fue trasladado a la jornada del sábado.
Tuvieron más suerte los irlandeses Hudson Taylor. Al dúo de Dublín le tocaba enfrentarse al público en el escenario cubierto por lo que, pese a la lluvia, pudieron representar su folk-pop de voces virtuosas. La carpa se llenó y el dúo interpretó ante un público curioso pero escasamente participativo canciones templadas como "Drop of smoke".
Diez minutos antes de las 20h. hizo aparición sobre el escenario principal el esperado Seasick Steve. El artista californiano, junto a su compañero a la batería, se mostró tan radiante sobre las tablas como siempre, pero debido a la climatología, su actuación en tierras vitorianas quedó un tanto deslucida.
Fueron unos cuantos los que decidieron mojarse y acompañar al setentón bluesman durante su espectáculo, dinámico, movido y entretenido como pocos. Su música, sobria, cruda y sencilla encandiló a una audiencia que disfrutó con su castigada voz, la deteriorada guitarra que le acompaña y con el cajón que hace las veces de percusión mientras lo golpea con los pies.
Debido a que la lluvia seguía mojando a los presentes, la organización del Azkena Rock decidió acondicionar el Frontón Mendizorrotza para facilitar las cosas al público que iba a acampar en el festival.
Seasick Steve. Foto: Musicsnapper
Los ingleses The Stranglers, formados a mediados de la década de los 70 y con 17 discos editados fueron los siguientes en subirse al escenario 2. Desde allí interpretaron clásicos como "Golden brown" y "No more heroes" y se atrevieron a dirigirse a los suyos en euskera.
Al público le costó unos minutos entrar en calor, pero la brillantez con la que se desenvolvió el cuarteto sobre las tablas y la veteranía mostrada mientras disfrutábamos con “Hanging around”, “Relentless” o “Always the sun” alentó a unos vitorianos que a la vez que disfrutaban con Baz Warne y compañía, miraban impacientes el reloj, pues faltaban escasos minutos para que sobre el escenario "Lou Reed" hiciesen aparición Scorpions, los grandes protagonistas de la noche.
The Stranglers. Foto: Musicsnapper
Scorpions reunió a miles de seguidores. Los alemanes, que se presentaron ante su público saludando en euskera, con buen humor y buena música, consiguieron que por momentos la lluvia se tomase un descanso y que sus incondicionales fueran participes de la fiesta.
Abrieron el espectáculo con "Sting in the tail" y continuaron con "Is there anybody there?" y "The zoo". El comienzo dejó un tanto indiferente a los presentes, pero los hits y las primeras baladas interpretadas, hicieron que el público alzase los brazos y cantase sin descanso "The best is yet to come", "Send me an angel" o "Holidays".
Que el concierto tuviese ese punto especial que tienen las grandes y esperadas citas, fue más culpa de los allí presentes que de los propios músicos. El quinteto de contrastada repercusión internacional, se limitó a completar su repertorio, encadenaron demasiadas baladas y tiraron de "solos" para descansar y dejar pasar los minutos.
La velada de los de Hannover concluyó con las esperadas "Still loving you", "Wind of change" y "Rock you like a hurricane", tres himnos que avivaron a un público que había comenzado a cansarse de unos interminables solos de batería y guitarra.
Con la finalización de la actuación de Scorpions dimos por concluida la primera de las jornadas del Azkena Rock. Estábamos empapados y nuestros cuerpos necesitaban unas cuantas horas de descanso para poder hacer frente a los conciertos del sábado.
Los que todavía tenían ganas de más rock and roll, pudieron disfrutar de directos como los de Turbowolf, Unida y Vucaque entre otros. En Mendizabala había fiesta para rato.