Hay un término japonés, Aware, cuyo significado va más allá de un sentir de la belleza del mundo como algo efímero, refiriéndose a la fortuna de estar presente en ese instante y disfrutarlo como si fuese el último, alinearse con la vida, sincronizar todos los aspectos de la vida con los valores de uno para sacar provecho de lo bueno que hay en nuestro ser. Una particular forma de no morir en el intento de ser feliz en la vida diaria, que saludablemente bien comparten los músicos de Su Ta Gar sobre un escenario, una innata capacidad de expresar emociones con precisión, focalizando toda su potencia frenética y alta autoestima en dejar huella allá por donde pasen, teniendo el punto de partida en la arraigada convicción: “Haz lo que debes y harás feliz a los demás, haz lo que quieres y te harás feliz a ti mismo”, un litigio continuo con la creatividad que se solidifica en su devoción y entusiasmo por exteriorizarlo. Unos veteranos que parecen no envejecer y como el buen vino dejándote en la boca un sabor a gloria; nuevo en cada sorbo. 25 años de carrera y 10 discos de estudio lo avalan, acordes incandescentes que superan el efecto de expectativas controladas por parte de su público.
De un tiempo atrás se va observando un creciente desinterés social en la cultura, concretándose en un desprecio palpable por el gran público a las bandas emergentes y aquellas por llamarlas de un modo de segunda categoría. La tercera edición del Zombie Jaialdia no se libró de dicho contagioso virus, las cinco formaciones acompañantes de los eibarreses no gozaron del mismo público que horas después se entregó ante el desparpajo y talento de la leyenda viva del metal euskaldun. Seguro que habrá más de uno que culpe tal achaque a la coincidencia en horario del partido ligero del equipo de la ciudad o la celebración del concierto de Iron What? en la otra punta de la misma pero el factor es de mayor magnitud, una falta de coincidencia sobre la importancia de un relevo generacional.
Helldamm
Como primer plato, la propuesta fresca, original y embrutecida de los donostiarras Helldamm cuya descarga constituyó toda una adrenalínica exhibición de recursos y declaración de intenciones. Crujientes andanadas de crossover thrash metal germinadas a fuerza de combinar cadencias metálicas con revestimientos procedentes del otro lado del charco y bajo la convicción del que pisa un terreno de sobras conocido. Unas manifiestas pretensiones de renovar el género, músicos sin prejuicios musicales, capaces de aceptar los diferentes planteamientos de sus compañeros
sin que ello suponga una decrecimiento de sus virtudes. Se les vio bastante avispados, empujados por sus propias ganas, buscando esas buenas vibraciones reveladoras de un buen saber metálico, un vasto poso musical, definido por un aglomerado de influencias que aunque remitan puntualmente a ciertos nombres, no está exento de numerosos momentos de interés.
Su claridad de ideas quedó reflejada en la capacidad de concreción y sorpresa que imprimieron en la ejecución de algunos de los temas como “Guerrero”, “Hijos Del Engaño”, “Antropolicom”o “Cobarde” , sobrecargados de exquisitos arreglos guitarreros con el propósito obvio de no resultar tan reiterativos en lo que se refiere a bases musicales y un gran despliegue escénico para romper la barrera de prejuicios del escaso público asistente, situado por detrás de la mesa de sonido, un hombre disfrazado de Jason, con motosierra en “Asesino” y un cura con una casco y mascara alemana de gas de los años 80, en “Hijos Del Engaño”. Un medley compuesto por el “Territory” (Sepultura), “Only For The Weak” (In Flames) y “Cowboys From Hell” (Pantera) acabó por desequilibrar la balanza a su favor. Si tuviéramos que ponerles un símil cinematográfico mencionaríamos el cine de David Lynch, cuya exposición provoca fascinación y asombro en el espectador. ¡Explosivos!
Helldamm
Aunque a veces no parezca, nuestra historia ya se va nutriendo poco a poco de grupos que después de un periodo de brillantez y esplendor reclaman años más tarde parte de su pequeña parcela en un mundo musical, enfrentándose valientemente a la posibilidad de morir en el intento por exceso de cabida.
Los alicantinos Ebony Code tiene todas las papeletas para hacerse un hueco considerable en medio de toda la vorágine musical que estamos musicalmente a día de hoy inmersos, infinidad de bandas intentado triunfar a toda costa, gracias a su humildad y vanguardismo mordaz, un metal con derivaciones bastante modernas y abiertas a otros palos.
Salieron a por todas, presentando su segundo trabajo “Sistema Transgénico” sin más miramientos, dejando que la música hablara por ellos mismos y brindándonos con el paso de los minutos un espectáculo acorde a lo expuesto en el plano musical, impulsados por un vocalista que no paró de animar al respetable y de moverse, sin dejar nunca de lado sus exquisitas cualidades vocales, expandiendo sus alas para ser respetados en su personal estilo. Una estupenda forma de conectar con el personal, soltándose cada vez más a medida que avanzaba la actuación, sobre todo al final de su descarga, con temas como “Marc”, Chamanes” y “En Mi Lista Negra”, fascinando a todo aquel que esté deseando encontrar una banda de metal con coartada “culta” y amantes del rock potente y alternativo que se atrevan a ir un paso más allá de Soundgarden y derivados.
Una formación a descubrir y reivindicar, un buen argumento en contra de aquellos que aman lo foráneo por sistema y desprecian lo propio con la misma facilidad
Set List
- Siervo Del Miedo
- La Jaula
- Sistema Transgénico
- Jaque Al Rey
- Marc
- Chamanes
- Obligado Viajero
- Belleza Asesina
- En Mi Lista Negra
Ebony Code
Zarpazos de contundencia rockera y chulería castiza a lo Burning fueron los ingredientes utilizados por la formación de Renteria, Hyronika, banda formada por músicos de Ex-TC-10, Aski Da y Ke+Da). Una descarga para devotos de la era del rock, diversión sin complejos. El rock & roll estaba servido de la mano de la actitud irreverente de unas bestias salvajes que resultan imparables cuando convergen sobre un escenario, el buen rollo de pasárselo bien juntos, un entusiasmo que se echa mucho en falta en ciertas bandas consagradas.
Enchufadísimos entraron de lleno en la descarga, con la salvaje “Y Que Venga”, prometiendo no dar tregua en sus 45 minutos reglamentarios, alcanzando vertiginosamente con “Mil Caminos” y “Voy Por Ti”, la cercanía que transmiten en su primer trabajo de título homónimo, compuesto de 5 temas. “Prisionero” fue el tema oportuno para hacer reaccionar al personal, cubierto de garra y una honesta actitud que atrapaba, devastando cualquier indicio de sutileza rockera.
El calor recibido por parte de cierto sector del público, aflorado a partir de la acción de desgañitarse al son de himnos como “Prisionero”, “Cara De Difunto” , les proporcionó un plus de motivación para inculcar su mensaje “La diversión rockera es riqueza humana” e interpretar un par de clásicos de Ke+Da “Ondean Las Banderas” , reivindicación como grito de igualdad. y “Por Cumplir”, resucitando neuronas, a golpe de punk-rock de la vieja escuela.
Set List
- Y Que Venga
- Mil Caminos
- Para Las Heridas
- Voy Por Ti
- Prisionero
- Peyote
- Subiré
- Un Nuevo Amanecer
- Cara De Difunto
- Ondean Las BaNderas
- Por Cumplir
Hyronika
Es reconfortante contemplar como los navarros Cuarto Oscuro van mejorando como compositores y músicos. Se nota que se toman sus actuaciones, sean del tipo que sean, convencidos de su veracidad y pulsados por un concepto brillante de lo que debe ser un espectáculo, una serie de reacciones consecutivas en cascada, de tal forma que a partir de cada una de ellas se genere las restantes. Su descarga mantuvo una tónica de principio a fin, un ensamblaje de rock voluptuoso y metal intimista apto para emocionarse de verdad y encontrar, debajo de su formas, fragmentos de nuestra propia realidad.
El brío que imprimieron en la ejecución de los temas se contagió con relativa facilidad, ritmos con subidas y bajadas de intensidad y pasional interpretación. El comienzo no pudo ser más trepidante dando cancha a una de las composiciones de su última facturación “2112 Veintiunodoce” como “Obstinado”, una vitalidad expresiva electrizante, un minimalismo bien entendido, concentrando texturas sonoras y sugestivos e interesantes detalles musicales que fueron envolviendo el ambiente en una atmósfera misteriosa, imposible de explicar racionalmente. Naturalmente el punto focal estuvo en la maravillosa voz de Luis Javier , quien volvió a demostrar que su brillantez vocal e interpretativa dota al directo de momentos de una inusitada fuerza. Se mantuvo el embrujo seductor con su particular versión de “Sildavia” (La Unión) acrecentado aún más si cabe por la espasmódica “Camaleónica” y la no menos fugaz ”El Desván De Los Sueños, certificando que el secreto de una buena evolución está en no pensar en que los temas tienen que sonar o componerse de una determinada manera sino dejarse llevar por sus impulsos emocionales.
No falto la peripecia por parte de sus dos guitarristas de pasearse entre el gentío, incitando a cantar el estribillo de “Perder El Norte”. Una gran riqueza argumental, músicos escalando juntos, muy por encima de sus propias grabaciones de estudio, mirando hacia delante con la ilusión de alcanzar la cima deseada, sin contagiarse demasiado por la tristeza de ser el último concierto de su batería, un recuerdo imborrable.
Set List
- Obstinado
- Rey De Copas
- Sildavia
- Perder El Norte
- Camaleónica
- El Desván De Los Sueños
- El Viento Del Riesgo
Cuarto Oscuro
No cabe duda que el papel que han ido desarrollando los eibarreses Su Ta Gar a lo largo de su trayectoria ha sido de gran importancia para el resurgimiento de la escena heavy metal vasca. Primero, por ser máximos responsables de un cambio en los preceptos musicales relacionado en todo lo que concierne al heavy de corte clásico pero potente y melódico, el descubrimiento de técnicas estilizadas, punteos rápidos y agudos, ritmos de batería con doble pedal y puentes melódicos de cuatro compases. y segundo, claro está, por la imparable creatividad de sus músicos, en elaborar melodías complejas, la alternancia de pasajes de diferente concepción y expresión y una mayor precisión en los giros melódicos e intervalos ascendentes y descendentes.
Siempre buscando un camino por el que ir evolucionando, sin volverse predecibles, aburridos o la espontaneidad de antaño se esfume por arte de magia, una apertura de su abanico musical para darse algo de aire y de paso refrescar el sonido a fin de subir un peldaño o dos.
Evidentemente en todas las épocas de la historia del heavy metal ha habido genialidades locas de músicos que recluidos en su propio mundo han creado pequeñas obras maestras que el tiempo no ha dejado olvidar, “Jaiotze Basatia” y “Hortzak Estuturik” son alguna de ellas, marcando un antes y un después en el desarrollo de un género musical novedoso en aquella época, una mezcla entre heavy y thrash melódico con detalles basados en la disparidad de texturas, siendo un notable referente para posteriores bandas como Latzen, Asgarth, Mendeku Itsua, Elbereth, Etorkizun Beltza...
El que decidió quedarse en casa aquel sábado se equivocó ya que la nueva descarga en la capital se saldó con su mejor y más ardiente actuación por estos lares, de largo. Sonaron clavadísimos, como un reloj suizo, desplegando una luminiscencia de sonido que casi rozaba lo sublime, en una demostración de grandeza y fortaleza al alcance, en estos momentos, de contadas formaciones. Sin dar en ningún instante una sensación de haberse quedados estancados en el tiempo, más bien, lo contrario una reconfiguración integral de su propia identidad, un firme acto demostrativo de como su rotundidad sigue manteniéndose casi intacta hasta la fecha, vinculado a un alto grado de profesionalidad, se explayaron a gusto con un sonido de altos vuelos, bases rítmicas galopantes, muy marcadas que constantemente huyeron de lo corriente, buscando su propia vereda, sin comprometerse con nada que fuese una fértil y compleja instrumentación.
Su Ta Gar
Con las primeras filas ocupadas por fieles que coreaban alegres cantos de aliento, abrieron su recital con una solidez innegable, por medio de un estallido sonoro que estuvo a punto de devorar las paredes “Ametsak Pilatzen”.
Aquello comenzaba a ser un recital que ya se presumía inolvidable cuando “Nazkatu Naiz” cayó, opulencia sonora y virtuosismo de ejecución. Ese duelo de hachas compuesto por Aitor Gorosabel y Xabi Bastida continua siendo determinante en supremacía escénica, un sentimiento y fervor difícil de igualar. “David Eta Goliath” destapó la caja de las esencias, mostrando lo rápida que puede llegar a ser su sección rítmica y en donde empezó a evidenciarse que la fuerza de la banda era tan grande como la del ese caballo blanco con alas que poseía el poder de hacer surgir agua por donde pisase. Un pequeño respiro con “Hitz Margotuak”, el pre-estribillo con las guitarras acústicas para afrontar un tramo vertiginoso y lleno de destellos de bella factura, “Azkar Zuregana”, “Nazka”,“Jainko Hilen Uhartean”, “Itxaropena” y “Jotake” cuya melodía fue tarareada como nunca pese haber contado la sala con más público en otras ocasiones. “Geroaren Hazi Heziak” volvió a poner un poco más de profundidad instrumental al recital, adornada con unos giros melódicos que sólo los maestros saben interpretar.
Evidentemente, hay temas que por una y mil veces que las hayas escuchado en vivo, siempre despiertan el entusiasmo y contribuyen a generar alegría en los corazones de aquellos como yo, no les importa un carajo las etiquetas y saben apreciar la música elaborada de forma artesanal y puesta en ella todo el alma, interpretadas bajo un halo de sentimentalismo profundo y de reivindicación, expresión y rabia “Rotaflexa Garraxika”, “Zure Argia”, “Mari”, “Begira”, o “Arbasoen Mendekua”, dando la sensación de que los pulmones de Aitor en un momento a otro estaban a punto de reventar. “Hainka Mutil” (Versión de Mikel Laboa) supuso el cierre definitivo, viniéndonos a la mente los buenos tiempos de uno de los grupos que reactivó el heavy metal y que lo mantendrá muy vivo mientras siga con estas ganas.