El festival Kalera Rock celebrado cada año en Durango cambiaba su nombre en esta edición por el de “40 minutu rock”. La hora de inicio del festival era poco habitual, las diez y media de la mañana. Demasiado pronto, pensamos, a pesar que tocaban doce grupos. Por ello llegamos al recinto cuando estaba terminando el grupo de versiones Garilak 26. Normalmente dejan este tipo de grupos para el final pero fue buena idea invertir el orden porque a las once de la mañana ya estaba el aforo a la mitad, y todos bailando al ritmo de las canciones de Txapelpunk, Negu Gorriak, Kortatu...
Los siguientes fueron Enkore, que traían hasta Durango los temas de su disco más reciente “Kanala”. Si con el primer grupo ya íbamos bien de público, este iba en aumento rápidamente, y además muy animado como se pudo ver en la respuesta al tema “Dantzan, Dantzan!”.
Ya estaban preparados Los Chikos del Maiz, comenzaban tan pronto por que por la noche tenían otra actuación en Vigo. Centraron el concierto en presentar su último trabajo “La estanquera de Saigón” el cual tocaron casi en su totalidad, más algún clásico como “Pasión de talibanes” y “C.O.P.$.”
Llegaba el turno de Governors, para quienes no los conozcáis, esta banda se formó en 2006 y cuenta con músicos de sobrada experiencia que vienen de grupos como Ekon, Brutal Melody o S.A. Su mezcla de rock y metal cargada de melodía puso a saltar al Landako Gunea, ofreciendo además una puesta en escena adornada con cañones de fuego. Contaron para terminar con la colaboración de Zuriñe Hidalgo, voz de Hesian, para la canción “Kristal Kolpatuak”.
Ya estaban Iheskide en el escenario. La formación vizcaína que lleva diez años en la carretera, en los cuales han llegado a ser uno de los grupos con más seguidores del punkrock en euskera. Contaron con un público muy entregado, especialmente en la canción “Arrano Beltza”.
Governors
Los siguientes en subirse al escenario eran Betagarri, los gasteiztarras, que son unos habituales en los festivales, montaron una vez más su fiesta particular a ritmos de ska con clásicos como “Txikia naiz”, “Zure ingurua” y “Baldin bada”.
En el ecuador del festival, Def Con Dos aparecían con máscaras de gas. Así dieron comienzo a un buen concierto en el que todo fueron grandes temas como “Acción mutante”, “Demasiado humano” o “Veraneo en Puerto Urraco”. Tienen repertorio de sobra como para hacer que todos lo pasemos bien, cierto es que la música de Def Con Dos abarca ya varias generaciones.
Con Hesian recuperamos las trompetas y los ritmos bailables, la simpatía del grupo navarro y en especial la de su cantante Zuriñe hizo que disfrutásemos de su alegre actuación con una sonrisa en la cara. Temas como “Non zaude”, “Begira nazazu” o “Behar zaitut” fueron coreados por todos.
Una de las sorpresas de la noche fueron Oliba Gorriak, que volvían tras ocho años de parón, sus ritmos acelerados contaron además de una fuerte puesta en escena con antorchas, dulzaineros y mujeres con zancos que portaban la ikurriña y senyera en el tema “musikherria”, o una performance que le dio todavía más fuerza a su actuación. Pudimos ver que vuelven con muchas ganas con temas como “Batasunaren indarra”, canción oficial del festival, “Sentitu, pentsatu ta ekin” o “Garaipena arte”.
Hesian
Zea Mays era una de las bandas más esperadas y no defraudaron, con un público muy entregado fueron deshojando su repertorio, desatando la locura con sus temas más conocidos como “Negua joan da ta” o “Kukutza III”.
Era el turno de Anestesia, el cuarteto zarauztarra está de nuevo de vuelta y, como pudimos observar, en plena forma, derrocharon una energía contagiosa durante toda la actuación, aunque tuvieron la mala suerte que hacia el final se fuese la luz, abandonando el escenario sin poder terminar. Este imprevisto fue rápidamente subsanado y pudieron salir de nuevo a despedirse con todo un clásico como “Agur”.
Para finalizar la noche, Kaótiko ofreció todas sus armas a un Landako Gunea hasta arriba. De su último trabajo algunas como “Presa”, “Fuera de juego” y “Recarga”, y de las anteriores, las ya de sobra conocidas “Rico deprimido, “Preso 2023”, “Sucio criminal”... Parece mentira que toda esa gente que no paraba de saltar llevase allí más de doce horas. Para concluir y tras los bises se despidieron con “Otra noche”.
Al final no estuvo tan mal lo de empezar pronto, apenas eran las dos de la madrugada, si el comienzo se hizo raro tan de mañana, el final se dio a buena hora para retirarse a tiempo o para seguir la fiesta en los bares del pueblo. Tampoco hubo una confirmación oficial de horarios, lo que favoreció a grupos con menos afluencia de público y al hecho que siempre se comenta de que algunos solo van a ver a dos o tres grupos. Ideas nuevas para nuevos tiempos.