El pasado sábado 18 de abril estuvimos en el bar Clandestino Rock de Pontejos (Cantabria) para asistir a uno de los conciertos de la gira de presentación de “Antecedentes”, el nuevo disco de Radiocrimen. Esa noche estaba marcada en las agendas de más de uno porque se trataba de una cita esperada en los aledaños de Santander gracias al buen sabor de boca que dejaron en el mismo local en su visita anterior. Y no es de extrañar, somos testigos del furor que estos chicos causan allá por donde pasan, así que no lo dudamos un instante... Allí nos presentamos para verles una vez más, esta vez junto a los locales Clandestinos. Os adelanto que mereció la pena.

A las diez y media de la noche Pontejos estaba a punto de vivir una auténtica noche de punk rock de la mano de Clandestinos y de Radiocrimen, uno de los grupos más potentes que han surgido últimamente. La gente lo sabía y por algo se concentraba junto a la puerta del Clandestino Rock, se palpaba en el ambiente las ganas de pasar a su interior. Dentro, el amplio local estaba listo para dar el pistoletazo de salida desde un alto escenario que permite ver todos los movimientos de las bandas independientemente del sitio donde te encuentres puesto.

La noche se inauguró diez minutos antes de las once con un concierto breve de rock callejero a manos del trío Clandestinos, cuyo guitarrista y voz principal es el dueño del bar. Durante media hora ofrecieron sin interrupciones un repertorio de canciones propias bastante pulidas. Son novatos pero tienen las cosas bien constituidas. Tema a tema observamos que la banda se divertía moviéndose con soltura, algo que transmite buena sensación y hace que el público disfrute todavía más. Quizá, la ventaja de “jugar en casa”  hiciera que a estos chicos les saliesen bastante bien las cosas.

Además, sus letras son bastante pegadizas, lo que permitió seguir el hilo del concierto incluso a los que no les conocían. Eso hizo que la gente se divirtiera cantando los estribillos de algunos de sus curiosos temas, como son “Desamor”, “Amor” y “Calentón”. También, el público repitió las consignas que muestran el descontento de “España Pudre” y “Telebasura”, que fueron las interpretadas con más rabia, con unos coros al final de sus versos que les dieron un contundente carácter y facilitaron el calado de su mensaje. Por cierto, la tonalidad empleada al realizar los coros recordaban bastante a los utilizados por los Porretas.

Tras los cántabros llegó el plato fuerte de la noche: Radiocrimen. Su concierto fue tremendo. Desde que irrumpieron en el escenario "llamando a los Clandestinos"  todo fue un no parar. Durante una hora y vente minutos ofrecieron un repertorio formado prácticamente por todas las canciones que tienen hasta el momento. Por lo que disfrutamos tanto de "Mátame"(2013), como de "Antecedentes" (2014), la nueva obra que vinieron a presentar. Y además, dos temas más, "Pateras a Noruega" y "Noches de Alcohol",  que no figuran en ninguno de ellos pero que están publicados en la red en formato videoclip. Ambos intachables, son de los que gustan a la primera. En sus bolos nunca deberían faltar.

Las canciones nuevas que causaron más rebelión entre el público fueron "Vomitaré", "Contenedores" , "Amor Mata" y "Bala Perdida". Son composiciones que enganchan, sobre todo por gran tonalidad vocal. Tienen todas las papeletas para consolidarse como nuevos himnos en su carrera. Por su parte, de las "viejas", sigue dejando huella "Buko", "Todo El Que Manda" y "Los Chicos Ya No Quieren Llorar". Esta última volvió a ser una vez más la que con más ímpetu cantaban los asistentes. La verdad que no recuerdo en los últimos años un tema que haya cuajado tan a fondo en todas las localidades. Ya forma parte de los clásicos que quedarán grabados durante muchos años en las mentes de las nuevas, y no tan nuevas generaciones. Ya me lo recordaréis cuando seamos (más) mayores y porque seguirá escuchándose.

Fue grandioso observar que desde que el cuarteto vizcaíno arrancó con "Terror" se desatase la locura popular. Con cada canción la sala aumentaba la temperatura. No es de extrañar que se les pidiese tocar más cuando la cosa terminó al son de "Las Cloacas". Estos chicos saben muy bien como hacer las cosas. Su puesta en escena es enérgica, feroz y manifestada con una potente actitud punk. Quizá la clave de su éxito, al margen de sus discazos, sea que mientras tocan no dejan de bailar. Tanto Luis como “Juanpa” se movieron sin cesar al son de cada canción mientras agitaban las seis cuerdas. A Luis se le rompió una de ellas pero pronto solventó el percance cambiando la guitarra sin ningún problema. Por cierto, para el que no lo sepa, “Juanpa” fue el sustituto de Javi  para la ocasión, como curiosamente ya sucedió la anterior vez que visitaron Pontejos.

El polifacético “Txarly” mientras cantaba animaba sin parar. Durante todo el concierto se mueve de tal manera que es imposible no hacerte bailar a la par de disfrutar. Lo mismo trepaba por los rincones que encontraba que gesticulaba mil muecas mientras saltaba. Incluso cogió  un cuadro de la cara de Sid Vicious colgado en una pared de la sala para ponérselo en la suya cuando entonaba los versos de "13 Calaveras". También Gato le puso garra al bajo y se movió al compás de cada melodía.  Le vimos tocar andando por encima de la barra del bar en un par de ocasiones. Y Dani, desde atrás, manejó las baquetas con soltura durante todos los ritmos que a nosotros nos provocaban botar.

Radiocrimen hace un auténtico espectáculo musical, y también visual. Así que no perdáis la ocasión de ir a verles si aterrizan en vuestra ciudad. Nosotros seguiremos acompañándoles como público siempre que se tercie. Además, sin duda alguna.
 
Nunca había estado en Pontejos, pero me fui con buen sabor de boca. Tanto por el concierto como por la gente que regenta el local. Así que seguramente lo vuelva a visitar.  Hasta pronto Clandestinos Rock.