Por común y repetitivo aquello que antes me sorprendía está dejando de hacerlo. Cita con el hard rock en Madrid en la céntrica y bien equipada We Rock Madrileña.

Tres grupos en cartel, los prometedores Bon Vivant, los suizos Crown Of Glory y un auténtico clásico del género con 25 años de carrera, los alemanes Jaded Heart. ¿Resultado de la ecuación?, apenas un centenar de espectadores acudiendo a la llamada… Es verdad que en esta ocasión no lo pusieron nada fácil y algún problema hubo cuando la prueba de sonido y posterior apertura de puertas se retrasó ocasionando que los protagonistas de la noche salieran a escena a las 23:30, eso para los que nos desplazamos desde fuera es un auténtico chasco y para los locales tener que jugársela a pillar el último metro. Pero lo cierto que la afluencia a los conciertos digamos de “perfil medio” están desplomándose en la capital, si además ponemos dificultades la cosa va a acabar con que bandas y promotores se acaben cansando de perder dinero y las giras dejen de pasar por nuestro país.

Vayamos al tema. Con el retraso citado salieron a escena Bon Vivant, una de las nuevas formaciones que están apostando por el camino más difícil, tener una banda de AOR/Rock melódico en un país que no está preparado para estas sonoridades. Contaron con un buen grupo de seguidores propios (jugaban en casa) y no se amedrentaron por la aún escasa audiencia, saliendo con todo a dar un buen concierto. Y lo consiguieron. Con un álbum y un ep editados en directo despliegan una colección de temas hard rockero que a nivel de estribillos se acercan mucho al pop (por el sentido melódico más que por concepto). Musicalmente son sólidos y tienen el directo preparado y su vocalista, Charly López, aparte de imagen, acertó en las voces.

Algún teclado disparado, buenos coros y temas como Bailarina o No Hay Estribillos en Madrid que navegaban entre el rock de Sangre Azul y la clase de Rafa Martín. Se despidieron con Felicidad (violín incluido) y dejaron muy buenas sensaciones. Eso si, la pajarita y la correa de Hello Kittie que lucía el guitarrista es para hacérselo mirar.

No conocía a Crown Of Glory y la idea de encontrarme con una banda de heavy más “power” me daba muchísima pereza. Está claro que me equivoqué, los suizos practican un heavy muy de la “vieja escuela” con pocos alardes pero sólido y efectivo.

Su cantante Heinz Muther con su tono grave y su simpatía te acaba ganando y el sonido limpio de sus dos guitarristas, que alternan las funciones solistas, da potencia a un grupo que, sin embargo, tiene su baza en los teclados de Philipp Meier, elaborados con mucha melodía, gusto y el protagonismo justo, además de que en los coros mostró poder cuestionarle el puesto a su compañero. Su heavy es alegre e invita a la diversión aunque su talón de Aquiles pueda ser una excesiva uniformidad en los temas.

Consiguieron levantar a los asistentes y ganarse una buena ovación, sobre todo con Hunter, probablemente su tema más redondo o con Savior, que además es el single de presentación de su nuevo disco, el segundo de su carrera, de nombre King For A Day.

Con más de dos décadas y trece discos a sus espaldas (once de ellos de estudio) los cada vez menos alemanes Jaded Heart son una garantía de buen concierto. Hace ya años que abandonaron los sonidos más Hard Rockeros (los ya lejanos Slaves And Masters o IV) para pasar mutar hacia un heavy melódico y bien ejecutado en el que los coros, los solos doblados y un cierto gusto por la velocidad son sus señas de identidad. De su formación original solo permanece el bajista, Michael Muller, pero su cantante, el espigado Johan Fahlberg lleva tiempo encargándose de las voces y de dar una imagen atractiva a la banda además de cumplir excepcionalmente con su tarea. Fight The System es el disco que les tocaba presentar y a él le dedicaron casi la mitad del repertorio, destacando su single Schizophrenic, un medio tiempo con mucho carácter,,Terror in Me, una pieza que podrían haber firmado sus compatriotas Accept, Till Death Do Us Apart, de lo mejor de la noche, o en la parte inicial del show Control, que a mí me recordó a Pretty Maids.

El repaso a sus discos anteriores lo reservaron para el tramo final con Live is Beautiful, probablemente la que mejor acogida tuvo, Freedom Call y la coreada Hero, dedicada a los presentes, demostrando que tienen muy poco interés en tocar canciones de sus primeros trabajos cuando Michael Bormann se hacía cargo de las voces. Fue una buena noche de rock con bandas que salieron a darlo todo a pesar del horario y la pocas asistencia, a eso se le llama actitud, y de eso las tres formaciones llegaban sobradas. Muy buena velada