COLABORACIONES
 Crónica
 
Tresparock 2015 - Parte I - Viernes
  24/07/2015     
  María Gómez y Jose Luís Fernández ...     
  Jorge Palacios @insonoro
  Plaza, Trespaderne, Burgos
  
www.insonoro.com

Siempre hace ilusión asistir a un nacimiento, en el caso musical mucho más. Sea como fuere, por casualidades de la vida (personalmente no creo en ellas) llevamos asistiendo al TrespaRock desde la primera edición, y lo haremos mientras que el cuerpo aguante. Siempre nos han tratado muy bien, con mucho cariño y respeto y eso dice demasiado de la organización de dicho festival. Además Trespaderne (Burgos) es un pueblo realmente acogedor, la gente se vuelca con los asistentes al evento y no se puede estar más a gusto.

En otro orden de cosas hemos asistido a un avance exponencial de este acontecimiento que se lleva celebrando desde hace cuatro años de manera anual. Poco a poco han ido mejorando las cosas y poco a poco se han ido ganando una buena afluencia de público. Tampoco nos llevemos a engaños, meten unos cartelones que ya quisieran muchos y a un precio muy módico, la zona de acampada es espectacular, los precios en el recinto más que populares y el buen rollo está garantizado. Por otra parte todo hay que decirlo, han recogido la estela del Baitu Rock, en el sentido, de que personas de la organización del mítico festival les han echado un cable, además por otra parte la gente ya tenía esa fecha apuntada en la agenda, y parece que el TrespaRock ha sido el relevo generacional de un Baitu que nos tenía a todos conquistados.

  
Ambiente
 

Pero bueno, a las cosas y a las personas hay que darles el mérito que tienen, y por eso debemos reconocer una vez más todo el trabajo que lleva detrás el organizar un festival como el burgalés, y eso que sólo se ve lo que se ve, normalmente todo lo que hay detrás, todos los mosqueos, las vueltas a la cabeza y los ratos de mala leche no salen a la luz, pero se ve lo bonito y lo espectacular.

Hablando de estas cosas, comentar que en esta edición el escenario estaba mucho mejor preparado para las inclemencias meteorológicas. Además el sonido era bastante bueno, y el regidor de escenario cumplió a la perfección con su cometido, garantizando la fidelidad de los horarios más o menos. El único contrapunto negativo que le he visto al festival es que el viernes, con las luces del escenario, a cualquiera le podía haber dado un ataque epiléptico, y es que parecía que estábamos en el pachá en vez de en un concierto de rock, ¡¡jejejeje!, algo que mejoró notablemente el sábado.

Por lo demás, un ambiente espectacular, como siempre, y un festival al que no se le puede pedir mucho más. Si bien, hay dos detalles que me llamaron especialmente la atención para bien. El primero de ellos fue que las patatas del puesto de comida del festival eran artesanales, las habían pelado y partido a mano. Sin duda alguna, estaban buenísimas y sentaban muy bien a altas horas de la madrugada. Y otra cosa que también me gustó mucho es que al pedir el cuarto botellín de agua en el bar, el camarero al ver que no bebía otra cosa y que ya llevaba unas cuantas, en vez de darme otra botella pequeña me dio una de 1,5 litros. Esos pequeños detalles son los que acaban ganando a la gente. Cosas que parecen tonterías, pero que denotan un gran esmero y una preocupación por hacer bien el trabajo que uno tiene encomendado.

Por eso, si el año que viene podemos, acudiremos una vez más al TrespaRock, y es que ya nos resultaría un tanto raro no ir. Hay buenas costumbres que no se deben perder nunca, y esta es una de ellas.

Para finalizar esta introducción, felicitar a toda la organización del festival, darles las gracias por tratarnos tan bien y desearles mucha fuerza para montar algo parecido el año que viene.

  
Ambiente
 

Los encargados de dar el pistoletazo de salida al festival el viernes eran el grupo cántabro Los Escapaos. La banda empezó su concierto de manera puntual, y al principio seríamos menos de una docena de personas viéndoles en la plaza. Pero al paso de unos minutos, la gente se fue animando y la cosa mejoró bastantes enteros. Y es que la música de este grupo es capaz de resucitar a los muertos y en cuanto les escucharon un poco no se pudieron resistir a sus encantos.

La verdad es que ya hemos visto unas cuantas veces a Los Escapaos, y podría resultar un poco monótono, no porque no practiquen un buen punkrock, sean divertidos, dinámicos, cuenten con buenas letras, y lo den todo sobre el escenario, no por esos motivos, precisamente por esos no, sino porque como se suele decir lo poco agrada y lo mucho enfada. Sin embargo, esa noche había un aliciente añadido a su actuación, y es que nosotros todavía no habíamos podido verles con dos guitarras.

El resultado nos pareció espectacular, el guitarra de toda la vida, Santi, se veía mucho más relajado, con más tiempo para explayarse y para disfrutar de la música, y no tan agobiado por el peso de ser el único en el grupo encargado de rasgar las dos cuerdas. Como suelen decir, si los cambios son para bien, ¡¡bienvenidos sean!!. En este caso nos parece un auténtico acierto la inclusión de un nuevo guitarra en la formación.

Por lo demás, los cántabros ofrecieron una actuación que se nos pasó echando ostias, y creo que hasta pudimos escuchar algún tema nuevo y todo. Los comentarios de la gente fueron unánimes, y al público en general les gustó bastante la actuación de Los Escapaos.

Para gusto y deleite de fans y de curiosos en el famoso canal de vídeo Youtube se puede escuchar su último trabajo al completo.

  
Los Escapaos
 

Los siguientes en seguir dando color a la noche fueron La Regadera, grupo nacido de las cenizas de A kal y kanto. La verdad es que todo hay que decirlo, y yo pensaba que eran más parecidos a su grupo madre, al que vimos tres años atrás en el mismo festival, y del que guardábamos un gratísimo recuerdo. Sin embargo, la nueva formación practica un estilo un tanto más reggae, más tranquilo y monótono. Y esto unido al cansancio aparejado de toda la semana, derivó inevitablemente en que viera apenas media hora del concierto y me fuese a descansar porque el cuerpo ya no me daba más de sí.

Con esto que nadie se lleve a engaños. No quiero decir que sea un grupo bueno ni malo, sino más bien todo lo contrario. Probablemente yo no estaba en el momento ni en el lugar oportuno para disfrutar de su actuación.

  
La Regadera
 

La actuación de Derringers no fue una más, sino la última de su trayectoria. El cuarteto de Villarcayo anunció previamente que su despedida iba ser en este concierto de Trespaderne. Por lo que desde hacía días se intuía en el ambiente la llegada de un potente y emotivo directo. Y así fue gracias al espíritu con el que salieron desde el primer momento en el escenario de la plaza Ricardo Noval. Dispuestos a darlo todo con la garra de su crudo rock and roll americano.

Nos ofrecieron un repertorio a la altura de las circunstancias incluyendo todos los temas de su disco homónimo. Buena forma para darse el gusto sobre las tablas, contentar a sus seguidores y presentar su legado a los que todavía no les conociesen. Y además, en su comarca, Las Merindades. La mejor circunstancia para mostrar al público cómo se juega en casa.

En esta conmovedora velada disfrutamos con los tintes melódicos de "You Wanna Take Me To Hell", bailamos los distorsionados ritmos de  "Every Nigth" y “Hell Boy” y nos divertimos saboreando cada ápice de “Fly With Me”. Aunque una vez más, la interpretación vocal de “Heartbreakers” y los pegadizos versos de "Bad Guys Don´t Sound On Radio" fueron los que se llevaron el protagonismo.

¡Hasta siempre Derringers! Un placer haber vivido vuestra despedida en Trespaderne. Un acontecimiento que también se recordará por ser la primera actuación interpretada en inglés en el festival Tresparock.

  
Derringer
 

Y la noche del viernes la terminamos bailando ska con el ritmo de los Vagos Permanentes. No era la primera vez que los madrileños revolucionaban la zona con sus trepidantes melodías. Lo hicieron exitosamente dos años antes, en la edición 2013.

Y en esta ocasión sobresalieron de nuevo. Las diferencias fueron el horario de actuación, este año actuando de madrugada en vez de a media tarde, una mayor asistencia en el público y la experiencia previa de conocer el ambiente.

Vaso en mano los asistentes se menearon como locos con un extenso elenco de canciones. Los de Alcalá de Henares pusieron la plaza “patas arriba” repasando sus diez años de aventura musical e introduciendo algunos de sus nuevos temas incluidos en su reciente EP “Fenómenos Para Anormales Vol. 1” “EL Hombre Bobo” publicado el pasado 30 de junio.

“La Valla de Melilla”, “Misión Imposible” y “Yo Robé” fueron tres de las viejas piezas que más movilizaron a la gente. Cosa que también consiguieron con éxito “Veo, Veo” y “Castas Paradise”, dos de sus nuevas composiciones. Suenan frescas y son dinamiteras, tanto por su temática como por su estructura instrumental. Una locura sonora idónea para vivirse estando sumergido en un festival. Lo mismo que su último impulso “Esto Es España”, con la que “Los Vagos” pusieron punto final a la primera jornada del Tresparock 2015.

  
Vagos Permanentes
  
 
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