En cuanto abrimos los ojos la mañana del sábado 25 de julio esperamos con ganas que llegase la hora de continuar festivaleando. Hasta entonces algunos estuvieron descansando, otros se quedaron por la acampada danzando, había quien todavía estaba viajando y el resto… ¡Por las calles de “Trespa” poteando!

Fuere como fuere hicimos tiempo hasta acceder al recinto, que abrió apetito a los impacientes albergando allí mismo un programa de Pégale Al Ruido entradas las cinco de la tarde. Y como premio a los doscientos primeros que compraran una consumición en la barra un disco de promoción del festi que acompañaba a otro paquete regalo.

Musicalmente hablando, la segunda jornada del Tresparock 2015 comenzó a las seis y media de la tarde con Manolo UVI y su Commando 9mm. La asistencia de esta banda generó de antemano mucha expectación tanto en “la vieja guardia” como en los que crecieron escuchando a “Los Commando” y por edad no llegaron a verles en directo.  Aunque no estuvieron ante un público muy numeroso, sí que fue mayor a lo habitual en este horario en un festival de estas características, y al margen de algún curioso todos los que estaban eran fieles feligreses de la banda.

Manolo U.V.I revolucionó la media tarde con algunos de los clásicos de Commando 9mm, como fueron “Jenny, Jenny”, “1.000.000 De Voces” y “Únete Al Comando”. Temas con los que la gente ni parpadeó, prestaron una atención absoluta que solo interrumpían cantando sus canciones. Lo mismo que cuando nos deleitaron con piezas de La U.V.I. Las cuales fueron “Velocidad”, “Que Me Has Dado” y “La Policía”.

El repertorio generó bastante entusiasmo y alcanzó sus picos altos con las letras de “Antisocial” y “Cuando Yo Reviente”. No sabemos si se percibieron como “sonaban antaño” pero lo que sí vimos es que al público le gustaron. Esperemos que Manolo siga girando con su Commando.

Los catalanes Blowfuse fueron los encargados de traer el hardcore-punk hasta Trespaderne. El cuarteto afincado en Barcelona ofreció ante los presentes un directo cuidado y atractivo en el que presentaron buena parte de los temas que dan forma a su "Couch", álbum que vio la luz en 2014.

Blowfuse hizo gala de su poderío sobre las tablas, se presentó ante la audiencia con una puesta en escena de lujo y además de los cortes propios se atrevieron con una versión del grupo inglés Black Sabbath.

El público vibró con los saltos de su vocalista Oscar y con unas canciones explosivas que transmitían energía y fuerza. Tal fue el derroche de fuerza sobre las tablas que los cuatro músicos cerraron el show exhaustos.

El combo catalán, pese a lo largo de su historia se ha embarcado en diferentes giras por Europa, paso como un vendaval por el Tresparock, prueba de ello que disponiesen de tiempo para marcarse un tema más de los programados. Blowfuse no dejó pasar la oportunidad y cerró la actuación con clase. Dentro de un mes los de Barcelona estarán en el Gasteiz Calling de Vitoria-Gasteiz, un premio a su compromiso y saber hacer.  

Caía la tarde cuando Toni Metralla y los Antibalas aparecieron para ofrecer un buen show de punk rock. Casi una hora de repertorio con varias canciones pertenecientes a su homónimo disco debut y un par de versiones que acostumbran interpretar, “Violencia Sin Cuartel” de M.C.D. y “Adiós Lili Marleen” de Interterror. Siempre son bien recibidas.

La puesta en escena de este conocido cuarteto volvió a ser firme y elegante. Sus canciones se tornan tan fáciles de recordar por albergar versos y estribillos tan contagiosos. Así que no es de extrañar que los allí presentes pronto corearan las letras de “¿Quién Salvará Al Rock And Roll?”, “Bien Jodida”, y “Grito Rebelde” y se mimetizaran con las melodías de “Cenicienta” o del “Bar Gay”.

Otros temas que gustaron fueron “Max El Loco” y “Cohete Cósmico”. Ambas producciones propias. Y además la genial adaptación de "Los Buenos Chicos No Hacen Rock And Roll" de Rose Tatto, cada vez que la tocan parece que suena mejor. Como dato para los más curiosos hay que comentar que Mr. Hell (bajo) ya había actuado antes en el Tresparock. Lo hizo con Salida de Emergencia en su primera edición.

Envidia Kotxina logró congregar a uno de los públicos más numerosos de todo el festival. Para mí son un grupo más que grande, son enormes. Creo que están entre las bandas por las que me dejaría cortar la mano, tienen algo que me hace rendirme irremediablemente a sus pies. Si bien es verdad que para mi desgracia creo que les he visto sólo una vez más en toda mi vida, hasta el TrespaRock, y eso es muy poco, realmente poquísimo, si tenemos en cuenta que llevo 14 años yendo a una media de  ocho conciertos al mes, más o menos.

Tal vez por eso me gusten tanto, aunque no creo que sea cuestión de no verles demasiado. Estoy completamente segura de que si les viera de manera mensual o incluso dos veces cada treinta días seguirían atrayéndome igual que un imán hace con el hierro.

El ambiente con la banda madrileña era brutal. Múltiples pogos, bailes, cánticos, las gargantas desgañitándose… ¡¡Lo inevitable con un grupo como este!!.Y es que a pesar de tener la posibilidad de desplazarse con la misma distancia al norte y al sur, no sé porqué, pero no se les suele ver mucho por aquí arriba, o por lo menos nosotros no coincidimos.

Envidia Kotxina ofreció una actuación meteórica (se nos pasó realmente rápido) y espectacular, con más de una veintena de canciones, entre las que destacaron “Con y contra quien”, “Un madero, mil lapiceros”, “Por lo visto”… Y seguidas dos de mis canciones favoritas: “Deskiziao” y “El país de Alicia”, en ese momento musicalmente ya me podía morir tranquila. Pero aún les quedaba algo más de mecha, unas cuantas canciones más, para acabar con la mítica “Kampos de exterminio”.

Creo que este es el grupo perfecto si uno quiere mostrarle a otra persona lo que es el punk. Sin dudarlo ni un solo minuto, a muchos les llevaría yo a ver a esta banda para que supieran lo que es bueno.

Sobra decir que la actuación de los Envidia fue más que sobresaliente, de matrícula de honor, y me dejaron con muchísimas ganas de más, creo que a mí y a todos los presentes. ¡¡Poco más se puede pedir!!.

De Porco Bravo todo está escrito, arrogancia, provocación, descaro, lo que todo grupo de rock and rock quiere, pero algunos lo intentan y no llegan y son pocos los que alcanzan la meta satisfactoriamente, pero Porco Bravo va más allá, se la pasa de largo como el que no quiere la cosa, con esa chulería marca de la casa que en los últimos años ha ido recolectando seguidores a patadas, y es que esta gente lleva poco más de diez años en activo pero hasta hace bien poco (tres, cuatro años), no han pegado el pelotazo, primero en su tierra Barakaldo, luego por las salas y festivales de Euskadi, y ahora poco a poco por todo el estado. ¿y cuál es el secreto de su éxito?, los directos indiscutiblemente, que alimentan más aún unas canciones que no tienen desperdicio.

Algunos pensaban que su actuación iba a ser un descanso entre los dos cabezas de cartel, Envidia Kotxina y Narco, que ilusos me dije a mi mismo, los porcos estuvieron a la altura dejando huella en Trespaderne como bien saben hacerlo, provocando de mil formas distintas, principalmente por su cantante, que en uno de los temas se grapó un cartel en el pecho y luego lo quemó, mientras se contorsionaba y hacía el pino puente, o poniéndose una cabeza de Jabalí, de peluche, no de verdad, o dejándose llevar encima de nuestras cabezas con una bengala en el culo, cosas que no te imaginas si es la primera vez que les vez.

Respecto a los temas que tocaron, empezaron con "Nunca pasa Nada" y "Animal", más "Corre", uno de sus últimos singles o "La Piara" para caldear el ambiente a mitad de recorrido. Porco Bravo está dando muc ho que hablar últimamente pero hay que aclarar una cosa, si no les habéis visto, la gente os contarán que montan un espectáculo de narices, cosa que es cierta, pero son muy pocos los que te dicen que sus temas suenan a cañón, que es un hard rock rudo y potente que firmaría el mismísimo Lemmy, quizás algo acelerado pero con un sentido que te quita el hipo. Espectáculo sí, pero temazos también. Aclarado esto continuamos para bingo...

Mucha gente les apoyó, me temía que después de Envidia Kotxina la plaza iba a sufrir una pequeña desbandada, pero no fue así, entre seguidores y sobre todo curiosos, éramos unos cuantos.

Para ir terminando "Puto Amor" y "El Cazador", un fin de fiesta por todo lo alto. Y a todo esto me pregunto, ¿en salas se meterá una bengala por el culo?, digo encendida...

Otro de los platos fuertes de la noche venía con los ya consagrados Narco. Los sevillanos estaban allí para amenizarnos la velada a ritmo de su rap metal tan característico y tan único en su especie. Desde un primer momento ya empezamos un poquillo mal, y es que tardaron muchísimo tiempo en probar y en tenerlo todo preparado. El anterior grupo había acabado a su hora, y ellos necesitaron, si no recuerdo mal, unos 50 minutos para que todo estuviera a su gusto. Nadie como uno mismo conoce el cómo le gusta que queden las cosas, pero todo tiene su medida, el que quiera entender que entienda, pero es que cada vez me gustan menos ciertas cosas.

Los andaluces también están entre mis directos preferidos, y aunque ese “Dios te odia” no me acabó de convencer del todo, para mí “Alita de mosca” es uno de los mejores discos que he escuchado en toda mi vida.

Narco nos ofrecieron una actuación dinámica y multidisciplinar en la que sonaron más de una veintena de canciones, aparte de las míticas, alguna que otra más reciente como “Satanízate”, “Ahí fuera” y “Ojos de huevo”. Realmente disfruté muchísimo con las del disco publicado allá por el 2010, con himnos como “Son ellos”, “La hermandad de los muertos” o “La última cena”.

De las míticas, que si un poco de “Kolikotron”, que si “La cucaracha”, un poco de “Vizco”… y como no, el himno por excelencia: “¡Tu dios de madera!”, y para cerrar “La puta policía”.

Siempre es un auténtico espectáculo ver a los Narco, pero muy a mi pesar, y con una excelente actuación a sus espaldas, debo reconocer que hubo un momento en el que me dio la impresión de que al bolo le faltaba algo de chispa y de energía.

Sea como fuere, siguen siendo un grupazo y siguen mereciendo el mayor de mis respetos.

Tras el embrutecido concierto de los sevillanos llegó un nuevo espectáculo apocalíptico con The Guilty Brigade. El cuarteto navarro irrumpió frenético en el escenario y dio un espectáculo hardcore punk de lo más salvaje. Durante más de una hora ofrecieron un repertorio de dieciséis temas que nos dejó bastantes cortes de su tercer y nuevo disco “Pólvora y Whiskey” y varios cartuchos de su legado anterior.

Los de Pamplona mostraron sus melodías vertiginosas en todo momento, esto incitó a que la gente se animase a poguear cada vez más. Sobre todo en las primeras filas, observándose un mayor ímpetu en el transcurso de “El Machete Detrás”, “Animal”, “Loco” y con el cierre de su actuación a manos de “Niños Dinamita”, canción convertida en uno de los himnos de la banda que descontrola a cada uno de sus seguidores.

La furia vocal de The Guilty Brigade arrasó tanto en castellano como en inglés. Así lo vimos los noctívagos que aún seguíamos en pie. Lo dan todo por igual, canten “Ódiame” o “We Are”. Y si se trata de una versión, también saben darle su carácter propio, como hicieron con “Y Las Estrellas”, letra de Barricada incluida en su nuevo CD. Quizá por eso sea una de las nuevas bandas que en la escena estatal no paran de crecer. Tienen las cosas claras y avanzan directos y sin rodeos.

Y todo lo que empieza acaba. La cuarta edición del Tresparock llegó a su fin con The Rockin’ Pneumonias y su tributo a Los Ramones. Los mirandeses ataviados con pelucas se encargaron de despedir el festival con un repaso de los temas más destacados del gran cuarteto punk estadounidense. Terminada su actuación, nos fuimos más que satisfechos de todo lo vivido en el recinto, y ahora conservamos un bonito recuerdo. El año que viene, si las circunstancias lo permiten… ¡Volveremos! ¡Larga vida al Tresparock!