Sin nuevo material discográfico desde aquel esperadísimo “Researching The Blues” editado hace tres años, Redd Kross regresaron a nuestro país valiéndose de su condición de banda de culto y de una merecida reputación como banda de directo. El público respondió a la llamada de los californianos apenas año y medio después de su última visita, y la sala But de Madrid rozó el lleno.
omenzaron puntuales Bum, banda que tuvo actividad durante la primera mitad de los noventa sin que llegaran a alcanzar especial relevancia. Los canadienses guardan una cercana relación con la capital, ya que aquí grabaron su único Lp, “Wanna Smash Sensation”, editado por el sello español Munster Records, lo que explica el nutrido número de fans incondicionales que siguieron su concierto de forma absolutamente entregada.
El suyo fue un set rápido y efectivo, que se movió entre el post punk y el pop rock más comercial, de apenas 45 minutos, acortado al eliminar los bises por problemas del cantante (dio muestras de no encontrarse bien). A pesar de ello, convencieron y el público quedó satisfecho a la espera del siguiente asalto. |
Los hermanos McDonald recogieron el testigo y tomaron posesión del escenario un cuarto de hora antes de lo previsto. Empezaron con “Huge Wonder”, “Visionary” y “Stay Away From Downtown” del tirón, en un vigoroso arranque que enganchó a una audiencia que tenían rendida de antemano. Se puede considerar a Redd Kross el buque insignia del power pop de los noventa, pero lo cierto es que con los años en directo se inclinan más hacia el punk pop, ejecutando temas clásicos como "Mess Around", "Annies Gone" o "Lady in the Front Row" con una contundencia que nada tiene que ver con el toque suave de las versiones originales.
Jeff y Steve cargaron con el peso del concierto, el primero imprimiendo fuerza en las voces y luciendo la misma actitud juvenil que hace tres décadas y Steve blandiendo su bajo sin dejar de moverse ferozmente por el escenario, retando a su hermano, enfrentándose a él en particulares duelos de melenas. La banda quedó en un segundo plano escénico, que no musical. Roy McDonald estuvo certero en la batería y Jason Shapiro fue el contrapunto idóneo en la segunda guitarra.
El concierto continuó aumentando de ritmo, pleno de melodías distorsionadas, juegos vocales y un sonido contundente sobre el cual repasaron temas de todos sus discos. No faltaron “Uglier”, “Switchblade Sister”, “Neurotica” o la versión de los californianos The Quick "Pretty Please Me". La traca final la construyeron sobre “Follow The Leader” y “Crazy Word” aliñada con otra versión mítica en el haber de Redd Kross, el “Deuce” de los Kiss, con el que suelen terminar todos sus bolos. Redd Kross fueron en su concierto en Madrid lo que llevan siendo durante los últimos treinta años, una amalgama de influencias que abarca desde The Beatles a The Stooges que impide encasillarles y les convierte en una banda única e inigualable. |