Los que seguimos al maestro Juan Abarca desde hace algunos añitos sabemos que en su vida tiene algunas costumbres muy buenas, otras supongo que no lo serán tanto, pero eso ya es cosa suya. Pues bien, una de esas manías que nos encantan del madrileño, es la de pasar parte del verano en Cantabria, por eso nosotros tenemos la genial oportunidad de verle durante los meses estivales en varias ocasiones.
 
Así que otro año más el cantautor se ha dejado caer por la tierruca, y los que aquí suscriben no hemos tenido que hacer un esfuerzo sobrehumano para ir a disfrutar de su música. En esta ocasión, la cita con el desenfreno y las risas era en el barrio de Adarzo de Santander, concretamente en El Escondrijo, un sitio en el que no habíamos estado nunca y que nos gustó bastante.
 
Aunque en un principio la actuación se iba a desarrollar en la terraza del local, finalmente se tuvo que llevar a cabo dentro del mismo, debido a las inclemencias meteorológicas. En cualquiera de los casos, el sonido estuvo muy a la altura de las circunstancias. Y además, todo hay que decirlo, el carácter altruista del evento llevó aparejado el efecto oportuno de que el local con el paso de los minutos se fuera llenando, hasta contar con un nutrido público que no paró de arropar al señor Abarca durante toda su actuación.
 
Disfrutamos de algo más de una hora de actuación, en la que no faltaron, como siempre, las carcajadas y los eufóricos aplausos, y canciones como "Te azotan", "Truman échame un capote", "El cimerio de los Chichos", "Llorones mix" y "La misa negra", por citar algunos ejemplos.
 
Si los conciertos de este artista tienen algo de mágico probablemente será que aunque hayas escuchado los temas más de 100 veces, y aunque le hayas visto en directo algunas que otras menos, pero bastantes también, al final acabas desternillado y a punto de llorar de la risa. Más o menos se suelen acercar las mismas personas a la esperada actuación anual de Juan Abarca, pero siempre salimos todos encantados.
 
En 75 minutos da tiempo para muchas cosas, aunque el protagonista de esta historia, suele ser parco en palabras, pero para eso ya están sus canciones, y así pudimos deleitarnos también con himnos como "Se nos rompió el condón", "Como a una oca", "Me gusta el chucho", "Sin monumentos" o "Bye bye Bambi". Además disfrutamos de unas cuantas definiciones de su genial "Diccionario jeroglífico", impresionante documento que merece mucho la pena tener. Y como broche final, el polifacético Juan, nos deleitó con alguna que otra poesía, como "Gloria no es mi fuerte", "Por el verano" o "Tiquismiquis".
 
Hay personas que consiguen que el tiempo se te pase realmente rápido, y una de ellas es Juan Abarca. Esperemos que no pierda nunca esta estupenda tradición y nos siga visitando anualmente.