El Villa de Bilbao sigue avanzando y cociendo buena música a fuego lento, de nuevo acudimos a la jornada de pop rock para descubrir a pequeñas bandas, que si correo el viento a favor, algún día estarán dentro de grandes carteles de los festivales del país, pero ahora lo que toca es darse a conocer.
La jornada correspondiente al 1 de octubre nos dejó una variedad musical curiosa, de primeras, el trío de Bilbao Mud Candies, con voz femenina al frente endulzando la acústica de la Bilborock, además estaban a pocos días de presentar de forma oficial su primer Ep.
Defendieron una propuesta cercana al bluesgrass moderno, con ciertos pasajes hacia el country y el rockabilly con auténtico sabor americano, con instrumentos del género como contrabajo y ukelele, más guitarras acústicas y percusión varias. Escuchamos seis temas especiales, sobrándoles varios minutos de los treinta que tenían asignados, todos ellos, cantados en inglés y forjados con mil arreglos musicales de diferente variedad y registros cautivadores como "Mud Candies", con la que comenzaron, y de forma homónima hace referencia al nombre de la banda, "Demon Kity Rag" y "Charlie" con la que se despidieron. Melosos, y con ciertas papeletas, para estar en la final.
Los segundos, los asturianos Noise "N" Confusion, sufrieron algún percance técnico mientras avanzaba su actuación, acoples varios y problemas con la pedalera de su cantante, a pesar de ello, salieron adelante, eso sí, con una propuesta que pecó de repetitiva, con canciones en una onda indie rock con patrones rockeros que les hace diferentes frente a la comercialidad.
Canciones en castellano como "Los 30" o "La Niña Cleptómana", o en inglés, "Small Waves", "By My Side" o "Once", condensando melodías y riffs con gran peso y cierta melancolía a los recuerdos involucrados en la vida cotidiana. Desfilaron sin apenas destellos de por qué estaban allí.
The Owl Project, otra banda bizkaína en el concurso, les faltó un mayor ritmo y cierta capacidad de meterse de lleno en el escenario. Sonidos new age de regusto ochentero que ciertas bandas de culto como Depeche Mode o New Orden practican a las mil maravillas.
Llevaron el baile al escenario de la Bilborock, al menos en la teoría, porque al final el ambiente se quedó un tanto frío y eso que los amigos de la banda les estuvieron apoyando en todo momento. Temas intensos en riffs colapsados por la electrónica intentaban sostenerse con las bases del rock, como con "Birminghan" de inicio o "The Premier Market", masticando esas influencias tan evidentes que les impiden tener una absoluta personalidad.
Y mientras tanto, los segundos de intervalo entre tema y tema les pasaban factura.