Han pasado seis largos años desde la salida de su último disco, y ahora vuelven con una nueva referencia titulada "Golgotha", y por consiguiente, nueva gira de presentación, con un Blackie Lawless que sigue manteniendo su carisma característico, un líder nato que se ha ido rejuveneciendo gracias a la entrada a la banda de nuevos compañeros de viajes, entre ellos el motor y dueño de la base rítmica actual de WASP, Randy Black a la batería, Mike Duda al bajo y Dough Blair a la guitarra.
El bueno de Blackie tiene 61 años de edad y sus registros de voz se mantienen tensos, pero algo limitados, quizás por eso sus conciertos duran una hora y veinte minutos (más o menos), teniendo cabida en su set list 14 temas, más que suficientes para dejar a todo el mundo contento, además se ve bien apoyado a los coros por el resto de sus compañeros, sobre todo en la recta final para poder coger algo de oxígeno.
Puntualidad británica y una sala con buena entrada de público, dato positivo si tenemos en cuenta que este mes de octubre la agenda en Bilbao era mortal y eso hace mella en nuestros bolsillos, un ejemplo, el día anterior en esa misma sala (Santana 27) actuó Stratovarius, y pronto lo hará Slayer con Anthrax, Children of Bodom junto a Sylosis o Paradise Lost, que seguramente rematarán una semana de grandes conciertos internacionales por esta zona.
Una puesta en escena acompañada por constantes imágenes y videos, que dotarían a la actuación de gran dinamismo y fuerza visual de alto calibre. De inicio, tres temas sin descanso para poner al público en ebullición, dando paso al material nuevo al grito de “Are You Ready Bilbao”, del cual sólo aparecieron tres novedades dentro de su repertorio.
WASP
“On Your Knees”, primer tema con el que iniciaban tal descarga, nos hacía retroceder a los tiempos de su primer disco para darnos cuenta de que disfrutaríamos de un desfile de grandes éxitos, donde los coros y grandes estribillos harían acto de presencia para dejarnos con la boca abierta, una mirada al pasado nostálgica mientras escuchábamos “Inside The Electric Circus”, “The Real Me” cover de The Who o “Love Machine”, ideal para la vieja guardia que muchos ya pasan de la cuarentena.
El primero de los temas en sonar del nuevo disco fue “The Last Runaway”, más melódico que las predecesoras y con cierta pérdida de fuerza si la comparamos con los clásicos. Las pantallas seguían emitiendo imágenes impactantes con los videoclips que siempre acompañan a la banda, uno fue el de “Crazy”, recordando a ídolos fallecidos como Michael Jackson, Elvis, Jim Morrison.. también vimos imágenes de público de los grandes festivales de la historia de la música.
El concierto nos dejaba ver a un Blackie que poco a poco dejaba su puesto para que tanto el bajista como el gran guitarrista Blair, mostraran su poderío teniendo un poco de protagonismo, este último con una guitarra donde las hojas de sierra están pegadas.
Las pantallas seguían emitiendo recuerdos como el del gran disco conceptual “The Crimson Idol”, de él estiraron la presentación interpretando parte de los temas, entre ellos “Titanic Overture” y “Arena Of Preasure”. También escuchamos “Miss You”, canción dedicada a su hermano fallecido, un medio tiempo nostálgico y con sentimiento, con esas notas que hacen que se te ponga la piel de gallina, vamos, que nos dejó sin palabras, sin aliento.
WASP
“Thunderhead” y “Hellion” siguieron imparables, fue cuando los tres se alinearon y se dirigieron al puesto donde estaba el pie de micro. Otro de los temas nuevos fue el que da título al disco “Golgotha”, volviendo la ilusión de antaño sin desentonar para nada dentro del trascurso de la actuación, este nuevo trabajo tiene buenos temas y otros no tanto, pero los grandes clásicos están ahí y tienen que aparecer por algún lugar.
“Chainsaw Charlie (Murders In The New Morgue)” se sumó a la fiesta, se trata de la banda sonora original del clásico "La Matanza de Texas", que nos dejó una buena dosis de imágenes de dicha película más el correspondiente videoclip que todo el mundo recordaba. Un fantástico tema con fuerza, con riffs vertiginosos y que supuso la primera salida de la banda del escenario.
Para el final tenían preparados dos únicos bises, dos auténticos himnos como son “Wild Child” e “I Wanna Be Somebody” , que nos dejaron exhaustos con tanta energía derrochada, ideales para redondear una noche donde el cambio de hora alargaría aún más nuestras sonrisa.
WASP son leyenda viva del heavy metal, y ahí siguen tras el paso de los tiempos, esperemos que el bueno de Blackie Lawless sigua cumpliendo años y que nosotros lo veamos.