El fin del futuro, más lejos de alentar profecías, es la cita en la que concluye  la gira del irrevocable y último trabajo de Niños Mutantes. Los granadinos llevan años en este oficio, si hay algo que mejor les defina es su manera de contar las cosas, viscerales cantaores de la realidad, la buena, la menos buena, la peor… la que sea. Describiéndola con soltura, con abrumadora facilidad y destreza en sus palabras.

Engalanada de un pop ibero y con las estrictas dotes melódicas del género. Los mutantes han definido un sonido suyo, y lo mejor, que han hecho de su música el día a día de muchísima gente. Representando a la otra Granada cultural, a la musical, la de Jesús Arias y Strummer, a la ciudad que no duerme a la orilla de la sierra Nevada…. Siempre con su ciudad por bandera.

Los invitados a esta fiesta era Pigmy, el nuevo proyecto de  Vicente Macià (Ex Carrots) más conocido como Willy, este caballero de la psicodelia ha cabalgado toda su vida a lomos de este esbelto corcel, con una música tan pintoresca como necesaria.

El bueno de Willy y sus secuaces, nos regalaron un directo anodino, digno de ese Folk que tocan con retazos de psicodelia. O bien era un día apropiado para escuchar música “nueva” (¿cuándo no lo es?) o acabábamos de descubrir, bajo la despreciable etiqueta de “teloneros” (a mí me gusta más artistas invitados) a un GRUPAZO.  O como la melodía se clava, como unas letras, que sin esta cadencia solo serían palabras sueltas, inconexas. Me recordaban súbitamente, en algún que otro momento, a ese genial disco homónimo de Sidonie. Una voz bien ligada, una disciplina musical, destacando, el buen uso de todos los instrumentos, como la mandolina, bien exprimida, muy bien tocada. Pocas canciones puedo citar, lastimosamente no me sabía ninguna, cosa que a día de hoy y en un futuro no muy lejano me sabré de “pe a pa” puesto que el descubrimiento fue mayúsculo. 

Sin más dilación y cumpliendo el horario, salen a la palestra los artífices de que “el futuro” se acabe, o por lo menos la gira, Los niños Mutantes con su disposición escénica intacta a pasar de sus más de veintiún años, quien diría que el germen que provoco el grupo Mama Baker hoy es un grupo referente en la escena Pop ibérica. Con “Robot” se abría la noche, el apoteósico fin del futuro ya era un hecho. Y como buenos Mutantes, seres de otro planeta, el planteamiento era claro con canciones pertenecientes a este futuro, para rematar con el pasado. Sonaron, bailamos y nos dejamos la garganta con temas como “Hermana mía”, “Boomerang”, “Huesos “ y “Es lo que hay”.

Los Niños Mutantes lo tenían claro, hoy acababan una gira con la friolera de sesenta conciertos, miles de kilómetros… En la vida, no todos los días pasan cosas así, asique tocaba darlo absolutamente todo. Y ya en lo más alto de esta montaña rusa, bien  escoltados por el cartel anunciador de los quince años del 8 y medio, garito referente en la noche madrileña y en la música Indie, llegaba el momento de  frotábamos las manos ( y no de frio) suena “Náufragos” delirio mutante, toda la sala al unísono coreaba, fue tal el estallido, que las caras de satisfacción de  Nani Castañeda (batería) Miguel Haro (Bajo) Andrés López (Guitarra y coros) Juan Alberto Martínez (Guitarra y Voz) eran un gran espejo de lo que se estaba viviendo.

Segunda parte del concierto, es hora de ondear en el pasado, con  “las noche de Insomnio”, con la irreverente y más que necesaria “Caerán los bancos" o como la música puede aplastar imperios. Así recorríamos este viaje de la mano de un niño que con sus 21 años, que siempre será nuestro niño, mutante, pero niño al fin y al cabo.  La recta final nos regalaron el manual del mutante “Errante”,  la polémica y curiosa “Te favorece tanto estar callada” y  el mejores de los finales de este directo mutante; “Hundir la flota”. Con el Bis oportuno se reservaron (bien guardada) “Todo va cambiar”.

Así despedíamos el futuro, y claro a  uno le entran unas ganas de ser Mutantes, y así tener algo extraordinario, algo que me diferencie, esa cosa, que tienen los granadinos, los cuales marcan la diferencia. Esperando volver a veros pronto en lo más alto de un escenario y volver a romper un precinto de un disco mutante. Pero Mutante o no, esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.