Tras algún que otro intento fallido por ver a Gritando en Silencio en la tierruca, por fin llegó el momento tan ansiado. Como suelen decir, no hay mal que cien años dure, así que el día de poner el punto y final a una serie de infortunios iba a llegar. En la ya mítica sala Black Bird de Santander podríamos disfrutar de la actuación de esta banda, que serían acompañados de los catalanes Despojos de Poeta.

Pues bien, los de Calafell empezaron a teñir la noche de color y nos parecieron un grupazo, una banda muy a la altura de las circunstancias, un grupo de esos que puede dar de lo que hablar. Despojos de Poeta, como bien muchos sabrán han aprovechado el nombre de una canción de Gritando en Silencio y se lo han plantado por bandera para que les represente como banda.

La actuación de Despojos de Poeta fue bastante notable, nos dejaron con las canciones de su primera incursión musical, que lleva por título “Descenso”, y así pudimos escuchar temas como “La escalera del tiempo” y “Cuervos” entre otras muchas.

La verdad es que esta banda apunta maneras y supieron conquistar a la perfección al público allí presente.

Se puede escuchar la música de esta prometedora formación en su web: www.despojosdepoeta.bandcamp.com..

Después de una actuación más que notable llevaron los sevillanos Gritando en Silencio para poner patas arriba el Black Bird. Sinceramente, el disco que más he escuchado de ellos fue el primero, “Contratiempo”. Aquel trabajo que publicaron allá por 2009 ya dejaba bien claro que eran enormes, son cosas que se ven en un primer momento, cuando una banda es sobresaliente no hace falta más que un primer álbum, una primera maqueta. No hay medias tintas ni “peros” que valgan.

El gran ejemplo de lo dicho anteriormente es Gritando en Silencio. Escuchar su música y verles en directo es un auténtico orgasmo sonoro. Es un espectáculo que hay que ver una vez en la vida, hay que sentirlo y hay que estar presentes. Tres eran las melodías que me sabía de la banda, tampoco me da vergüenza reconocerlo, y me lo pasé tan bien que cuando los artistas se bajaron del escenario la lágrima casi era inevitable.

Los sevillanos nos dejaron despeinados, con casi una veintena de canciones y con el alma en vilo. “Actitud”, “A la luz de una sonrisa” y “Vértigo”  no podrían faltar, al igual que eran imprescindibles las nuevas, esas de “La edad de mierda”, canciones como “Alma de blues”, “Entre tus piernas” o “Estaré en el bar”, por citar algunas.

Podemos darnos por contentos de haber visto en este principio de año a una banda como Gritando en Silencio, es una buena forma de dar la bienvenida a este 2016 que acaba de comenzar. Ellos son un grupo tan honesto, tan sincero y tan carismático que sólo hay una palabra posible para acabar esta crónica: “¡¡Gracias!!”.