05/03/2016 Mikel García @Mikel_insonoro Mikel García @Mikel_insonoro
Plateruena, Durango, Bizkaia
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Ya lo decía Einstein el tiempo no es fijo e inmutable sino relativo y varía de un observador a otro. Cuantas veces hemos tenido la sensación de que el tiempo pasa deprisa, que a los días les faltan horas o viceversa que pasa lento y monótono, sobre todo en aquellos momentos de crisis emocional y máximo agobio.
El tiempo discurre espeso como el aceite si algo se anhela, pero se esfuma desapercibido cuando se olvida el objeto del deseo. Los cuatros años transcurridos desde la edición de “Ez Gara Inoiz Hilko”, de la banda zarauztarra Eraso! parecen hoy, una vez escuchado “Kaiolatik Ihes”, como el simple lapso que media entre el pestañeo y la apertura de ojo. Un perfecto compendio de lo que dieron de sí sus tres primeros trabajos, sin perder en el trayecto un ápice de contemporaneidad. A veces echar la vista atrás y hurgar en el desván de la memoria es todo un ejercicio muy saludable, desempolvar las raíces para darse cuenta de cómo se ha llegado hasta donde se está, revivir emociones históricas como consecuencia de haber activado habilidades olvidadas. Eraso! están experimentado todo ello, viviendo una segunda juventud en plena madurez creativa, evocando unas sensaciones idénticas o muy parecidas a las que vivieron hace más de dos décadas.
Muchas ganas tenía de ver como se reflejaba en vivo el actual estado de forma de la formación, tras varios años alejados de los escenarios y teniendo, por consiguiente, a sus espaldas una carrera muy extensa en la que han ido superándose a sí mismos. El cuarteto apostó en su inicio de gira, en el Plateruena (Durango) por actuar acompañados de sus paisanos Anestesia, quienes se están encargando de llevar el resurgimiento del thrash metal más allá de un revival del pasado. Comenzaron con una muestra selectiva de su reciente obra, “Ez Da Ezer” y “Blue Demon”, sin necesidad de parafernalia escénica , solamente con una vitalidad que dejase al descubierto sus ilusiones renovadas y ganas de alcanzar nuevas metas. Un sonido que no era del todo bueno pero que ellos lo hicieron llegar con contundencia para hacer tambalear el escenario que pisaban y contagiar ese sentimiento de ira, ante las injusticias sociales, agresiones sexistas y otras calamidades predominantes en el hemisferio, que desprenden algunas de sus canciones como “Aurrera”, “Sua Herra Mina” o “Ez Da Bidea”, consiguiendo mantener en todo momento ese difícil equilibrio entre melodía y contundencia sonora.
Era imposible no caer rendido ante la imparable energía de la banda y más ante la exquisitez vocal de Sergio un vocalista de poderosa voz que no sólo domina la melodía, sino que sabe dar vida a las canciones, algo en el que suelen errar muchos, una mente abierta a nuevas sensaciones, no solamente las de soltar adrenalina. Pudimos apreciar la contundencia de su peculiar combinación de rock potente y metalizado en “Egunsenti Nuklearrak” y “Ezinak Ekinez Eginak” pero también los detalles de unas composiciones bajo un entramado instrumental que iba creciendo en riqueza, impresionantes tesituras vocales y conmovedores arreglos, certificando que el secreto de una buena evolución está en no pensar en que los temas tienen que sonar o componerse de una determinada manera sino dejarse llevar por los impulsos emocionales. Señalar que los nuevos resultados convencen, situándoles ante una buen punto de partida para una auténtica revolución, perfecta conjugación en el aspecto vocal y una elevada postura desorbitada para desligarse de las evidentes influencias de algunas formaciones punteras del estilo.
La banda sudó para terminar por arrancar una reacción a la concurrencia, que supo premiarles el esfuerzo en la parte final de la actuación cuando su vocalista dio todo de si, cruzando fronteras y transmitiendo toda su rabia con una intensidad al límite mismo de romper la voz en esos himnos que perduran a través de generaciones, “Oraina Eta Geroa”, “Zein Gogorra”, “Erantzunik Gabe” “Altzairuzko Taupadak” y “Ispilua Apurtu Da” , bajo la batuta de Iñigo Beitia, un motor a la batería de naturaleza incansable, con exquisita pegada y claridad musical. ¡Buena señal!
Eraso!
Lo de Anestesia fueron palabras mayores, arrasaron con todo lo que se encontraron a su paso, manteniendo una intensidad en unas cuotas que llegaron a tocar el límite establecido, un aplastante ejemplo de agresividad thrash metalera que se te mete por la médula y te controla desde tu interior. Un show de pura antología, brillante a más no poder, regando el escenario con su altísimo nivel de técnica y calidad, dejando completamente extasiados a sus cientos de admiradores
Embestidas de doble bombo, con fibrosos punteos asesinos, perforadores de cráneos y picos de intensidad vocal desgarradora (“Noraino VS Nondik”, “Zure Txanda”, “Korapiloak”, “Kontraesanak”, “Parasitoak”, “Erantzun”, “Ultrakomunikatzen”, “Zaborra Gara”...), cuya máxima premisa, siempre, es la de tocarlos cuanto más rápidos mejor, con la aspiración de desatar un circle pit descomunal y constante. Cada riff de guitarra fue una sacudida que movió esa noche el subsuelo del Plateruena, uniéndose a la voz de Ibon que es de lo más agresivo que tenemos por aquí, alcanzando las más violentas cuotas vocales con total naturalidad.
La banda conectó enseguida con el público con “Zure Txanda” y desde ese momento el personal se volcó con la formación en un continuo movimiento. Sin necesidad de que su vocalista lo pidiese constantemente, sabedores de que sin dan la talla sobre el escenario, lo demás fluye, llevándose de calle al público. La enardecida multitud volvía a estallar al reconocer las primeras notas de “Eutanafrika” , una de las enfermermizas dosis de agresividad incluida en su mítico disco "Gu", el curtido Mikel Kazalis (Estigia, Negu Gorriak, Kuraia, Matxura) confeccionaba punteos al ritmo más endiablado posible que mantenía como un metrónomo el baterista Beloki mientras la tremebunda fuerza vocal de Ibon y los movimientos acelerados de Dani aporreando su bajo seguían avivando las hostilidades en los encendidos pogos que se formaban en las primeras filas. Temas como “Gorpu Kiratsa”, “Hilobia Latzen”, “Ez Dut Nahi”... se unieron a temas más actuales, de los que alguno ya se ha convertido en todo un clásico, “Arrain Abisalak”, “Zaborra Gara” o “Epaia”. La banda sigue creciendo cada vez que les vemos, mostrando un altísimo nivel que les hace acreedores a salir sin temor a cualquier recinto.
Cuando hay respuesta todo se hace más cuesta abajo para las bandas, la velocidad imprimida en los transcursos finales “S.T.” , “Justifika Zaitez”, “Begi Bat”, “Gu” y “Agur” desencadenó una intensidad desmedida que el público supo corresponder en su gran medida, hasta el éxtasis de desenfreno. Estribillos acordes a los tiempos violentos en que vivimos, cambia tu mundo, despierta, tomar acciones diferentes a lo convencional y derriba la paredes que te aíslan de toda realidad circundante.