Antonio Arco presentó su nuevo proyecto el sábado 19 de marzo en el Kafe Antzokia de Bilbao, atrás deja su etapa con El Puchero del Hortelano con el que sacó hasta seis trabajos de estudio, finiquitando una etapa con una gran gira de despedida, para luego, seis meses después, comenzar su carrera en solitario bajo el nombre de Arco.
Una jornada de sábado repleta de conciertos en el botxo bilbaíno, cerca, en la Sala Stage estaba Alquimia, y en la Azkena programaba un tributo a Héroes del Silencio llamado Tesoro, pero nosotros lo teníamos claro, queríamos asistir a la presentación del primer disco de Arco, llamado “Uno”, en Bilbao.
La sala apenas sobrepasó las 200 personas, el público quizás eligió otros eventos o simplemente que estaban cerca la semana santa y había que ahorrar, pero para este evento había varias ofertas, como la de Oferplan que por tan sólo 10 € podrías conseguir una entrada. Es curioso, pero aquí, El Puchero del Hortelano abarrotaba cualquier lugar.
Su repertorio se basó principalmente en las canciones del disco debut más alguna revisión del pasado, de las canciones más significativas de El Puchero y que pueden tener un nexo de unión con lo que hace actualmente Antonio sobre el escenario.
Este trabajo llamado “Uno”, ha sido editado por Warner Music y está compuesto por catorce historias cotidianas que respiran un aire optimista bajo una cierta declaración de intenciones, temas con alma donde las historias de amor tienen importancia. También, a estas alturas, hay dos videoclips relacionados, “Una Canción”, grabado en los alrededores de Málaga, contando con la colaboración de Javier Coronas, y “Un día perfecto”, instantes de la vida repletos de felicidad.
A las diez de la noche, Antonio Arco se subió al escenario acompañado de sus músicos, y empezaron con el primer single de “Uno”, “Una Canción”, un tema humano dedicada a cada una de las circunstancias sociales que le han llevado a escribirla. Tras un “gabón Bilbao” continuaron con “Vivo” bajo acordes acústicos y un claro mensaje, vivir en libertad, sonriendo e imaginando, encendiendo la mecha de la pasión y comprobando en primera persona las buenas sensaciones que dejan sus acordes, música sencilla y humilde. |
El tercero de los temas arrancó con las primera palabras de agradecimiento por estar esta noche en el Kafe Antzokia de Bilbao, y disfrutar de la ciudad, comer y dormir días atrás mientras promocionaba su nueva obra. Continuaron con “La Vida Entera”, acuñada con la más absoluta calma en forma de medio tiempo, con un calado emocional que nos trasmite las pocas palabras de su estribillo: “Si Quisieras, te daba la vida entera” o en la parte final con la frase lapidaria de “Si enredases la madeja, y enterraras el guion”.
A estas alturas la música de Arco nos hipnotizó pro completo, sus palabras y mensajes calan muy hondo, como en “Castillos de Naipes”, que nos comentó que la compuso al ver que hay que valorar las cosas pequeñas, las cosas buenas, y tener en cuenta que un simple detalle tiene su importancia, es como un niño jugando con las piezas de un lego, que poco a poco puede levantar un castillo, y aunque es vulnerable al caerse, ellos siempre lo vuelven a levantar para poder admirar nuevamente lo construido.
Otro de los grandes temas que apareció en escena fue “Martillo y Cincel”, una declaración de amor que se cocina a fuego lento, pero antes el bueno de Arco nos dejó la siguiente perla: “Todos debemos tener gente que nos quiera...”. La energía del concierto seguía sosteniéndose por fuertes interpretaciones, como “Equilibrio”, con gran presencia de guitarras dando un toque más eléctrico a la noche, para luego continuar con “Manuel” de El Puchero del Hortelano, donde todo el patio se dejó la voz.
Con “Reverso” llegaron unos pasajes de guitarra detallistas, bajo un ritmo de guitarra sin perder la armonía que te da un acústico, luego en “Ciudad”, Antonio, entre cantos, bromeaba con nosotros, frases encadenadas que nos dejaban ver que cada ciudad tiene su vida y es un mundo completamente distinto.
La sorpresa de la noche vino a continuación, un recuerdo a los años noventa cuando visitaba las discotecas de Granada, sus garitos, sus parques y sus litronas, con esos bailes agarraos que nunca se olvidarán, un tema que Arco escuchó viajando con sus padres en el coche, una versión del “Te Regalo una rosa” de Juan Luis Guerra.
Llegábamos al final del concierto, con “Por la Mañana y a la Cara” y “Mama”, esta última dedicada todas las mujeres presentes por su sacrificio y esfuerzo, luego se presentó a la banda que tuvieron un cierto protagonismo, así, sin darnos cuenta llegamos a la tanda de bises, con el primero de los temas que abres su nueva etapa en solitario, “Un Día Perfecto”, espejo de mostrar los mejores augurios ante los momentos de bajón. “Lo Difícil” fue el último de todos, vino con tonos melancólicos sabiendo que son dueños de un gran calado emocional recordando que tienes que ser fuerte ante una ruptura sentimental.
Arco tiene historias para contar, sus conciertos son un hervidero constante de sensaciones únicas, sus canciones son un reflejo real de la vida, de nuestras vidas. |