Ya hacía varios años que no veía a los cordobeses en directo y la verdad es que cuando me enteré de su concierto en la localidad de Boo de Piélagos no dude ni un instante en asistir.

Dicha localidad estaba en fiestas y habían habilitado una carpa para se pudiera celebrar el evento; buena idea porque además ese día llovió. Al acudir allí nos encontramos con una carpa repleta de gente, aunque el escenario, debido a sus dimensiones, se encontraba fuera de la misma.

La variedad del público era patente desde los curiosos que fueron a ver que había, a los rockeros de toda la vida o aquella gente que los escucho en su juventud y que quería revivir épocas pasadas.

Tas un prolongado retraso de más de media hora sobre lo previsto y que empezaba a inquietar a la gente, comenzó la actuación de Medina Azahara; tras una introducción, sonaron las primeras notas de “Necesito respirar” que dieron pie a “Aprendimos a vivir” de su ultima referencia, ya del 2014. En estos primeros instantes se vio a Paco Ventura con problemas con su guitarra que se subsanarían rápidamente.

Sin duda esta banda tuvo su momento de mayor fama en los 90 y de esa época sonaron “Palabras de libertad”, para el cual Manuel Ibáñez ocupa las primeras filas con su teclado circular y “Hay un lugar”.

Tras un nuevo paso por su ultimo trabajo con “Somos ángeles”, volvieron a su época dorada con “La tierra perdida (OUA)”, para a continuación interpretar su brillante versión de “El lago” de Triana.

Pese a sus más de 35 años de trayectoria y los numerosos éxitos que han cosechado, los cordobeses nunca han dejado de sacar discos y además con grandes canciones, muchas de las cuales no desmerecen sus clásicos como la novedosa “Juegos a media luz”.

Precisamente una de sus mejores canciones para mí al menos es “Córdoba”, canción dedicada a su ciudad y que sin duda se ha convertido en fija en su repertorio. Simplemente maravillosa.

Recuperaron su aclamado “Sin tiempo” con esa gran canción que es “Solo y sin ti”, para a continuación deleitarnos con un medley de algunos de sus éxitos de los años ochenta y que brillantemente han querido recuperar; así sonaron seguidas “Si supieras”, “Sé”, “Amiga”, “El rincón de mi mente”, “La esquina del viento”, “Andalucía”, “Por un poco de amor” y “Navajas de cartón”.

A la banda se la veía muy bien sobre las tablas con Paco Ventura y Manuel Ibáñez brillando, Manuel Martínez sabiendo dosificar su voz, Juanjo Cobacho al bajo que es un animal de directo y Nacho Santiago, dando solidez desde su batería.

Una nueva versión, que casi han hecho suya es “No quiero pensar en ese amor”, de Los Módulos, para después interpretar ese himno que es “Velocidad”.

Intuíamos que el concierto estaba llegando a su fin pero antes sonaron la versión de “Al padre santo de Roma” de Camarón”, para acabar con uno de sus mayores éxitos que es “Necesito respirar”.

Tras una breve pausa volvieron con “Paseando por la mezquita”, temazo de su primer disco, para luego interpretar la esperada versión de Los Módulos (aunque ellos la han hecho más popular) que es “Todo tiene su fin”.

La banda se despidió con “A toda esa gente”, durante la cual se fue presentando a los integrantes de la misma mientras tocaban fragmentos del “Jump” de van Halen, “My Sharona” de The Knack o “The Trooper” de Iron Maiden, entre otros. Tras casi dos horas de concierto la banda saludo a los allí presentes durante un buen rato, antes de desparecer de las tablas.

Gran concierto de Medina Azahara que siguen al pie del cañón, sacando buenos discos y realizando buenos conciertos, sin anclarse en el pasado. Yo desde luego los volveré a ver cuando vuelvan por nuestras tierras.

/www.facebook.com/medinaazahara.es