Tendría que hacer memoria y repasar mi archivo fotográfico, pero creo que a Lisa y Bob, y sumando las actuaciones con Lisa and the Lips, les puedo haber visto en directo unas 15-20 veces. Soy lo que se puede llamar un ultra-fan, pero es que no me cansan, y siempre me dan lo que reclamo de una banda en directo. Potencia, entrega, diversión y carácter. Tienen días mejores y peores pero la nota media jamás baja del notable alto.
Esta gira como The Bellrays venía respaldada por un nuevo ep de versiones, que casi mejor habría que denominar “adaptaciones” por el giro hacia su sonido con el que las ejecutan, y acompañados por su base rítmica “europea”, compuesta por dos músicos impresionantes no solo en lo técnico sino en el feeling (Paul Rodas al bajo y Maxi Resnikosky a la batería). Desde su anterior trabajo en estudio, Black Lightning han pasado cinco años de silencio discográfico, aunque sí han editado como Lisa And The Lips, pero el que incluyeran temas nuevos en el set list, Man Enough me pareció un bombazo, me da esperanzas de que haya nuevo disco en ciernes.
Tras el anuncio de este tour 2016 tocaba cuadrar calendario y establecer fechas de encuentro. Madrid y Vitoria en miércoles y sábado fueron las elegidas, fundamentalmente por ser dos de mis salas favoritas del país para este tipo de show, y a toro pasado creo que acerté plenamente.
Datos en común de los dos conciertos. Sold Out en ambas salas y público entregado. Un repertorio que en su parte “oficial” fue el mismo y que solo varió en los bises y “extras”. La banda en muy buena forma con Lisa radiante en voz y simpatía y Bob tocando probablemente como no le he visto en ninguna otra gira, llevando la mitad real del peso del show y disputando en muchos momentos el protagonismo a la diosa de ébano. Punk/Soul marca de la casa interpretado con rabia y volumen atronador.
Actitud MC5 (o The Stooges), riffs garajeros que dieron paso a un set marcado por su última obra en estudio, desde el inicial Black Lightning, el petardazo de Power To Burn con la vocalista dejando su micro al respetable en el tramo final, Living a Lie speedica, la festiva Everybody Get Up, la sensible The Way como demostración de las virtudes vocales de Lisa cuando el tempo baja de ritmo, o la previa a los bises On Top!! en plan desparrame absoluto. Repasaron alguna de sus perlas pretéritas como Maniac Blues (del Have a Little Faith), Infection, Pinball City y Coming Down (Hard, Sweet and Sticky) y las covers de su nuevo ep: Dream Police (Cheap Trick), Whole Lotta Love (probablemente la mejor versión de este tema tan manido que he tenido la suerte de escuchar), Never Say Die de Black Sabbath y para terminar ambos concierto Highway To Hell de los AC/DC (que dejen de buscar cantante y se lleven a Lisa a patear culos y recuperar la dignidad de los australianos). |
¿Pero entonces que diferenció a sus shows?. Madrid. Esa es la respuesta real. The Bellrays cuando tocan en la capital lo hacen en casa. Allí está su oficina en Europa y la Sol es casi su segundo hogar. Por esto el humor de la banda es inmejorable y por eso nos borraron del mapa ejecutando su show, de hora y cuarto de duración, en apenas 55 minutos, lo que supuso que no hubiera ninguna pausa entre los temas y las canciones volasen en las manos de los músicos y que el sudor, de grupo y público, fuera más pegajoso y pronunciado. Impresionante ver el despliegue de la formación.
Lisa cantando las canciones en la cara de los que estaban en las primeras filas, moviéndose como un animal enjaulado en el pequeño escenario mientras Bob Vennum buscaba un espacio en las tablas para saltar, bailar abriendo sus piernas o hacer el baile del pato al más puro estilo Chuck Berry. El batería se esforzaba por seguir el ritmo infernal de las canciones y a todos se nos quedó una cara de ¿esto es todo? cuando acababan Highway To Hell y se retiraban al backstage sin tan siquiera haber marcado pausa para los bises. ¿Es posible que todo acabara ahí?. Es cierto que en el backline había un pequeño amplificador de más pero nada que hiciese suponer a la concurrencia que la vuelta al escenario era en solitario. Lisa entró y uno a uno fue llamando a los miembros de Lisa and The Lips, que salieron desde el público con sus trompetas, saxo, guitarra…e incluso apareció sobre el escenario un teclado.
De esta manera Bellrays mutaron y apareció su formación más funk y festiva. Y además lo hicieron a lo grande, ofreciendo casi media hora de jam interminable donde repartían solos y fiesta. Donde nos hacían cantar Merry Christmas (¡!¿¿??) dentro de una larguísima versión de Parlament Funkadelic que nos dejó a todos con una sonrisa de oreja a oreja y al que escribe pensando que probablemente regresaba a la calle habiendo visto uno de los bolos del año.
Muchas veces protestamos, yo el primero, de que las mismas bandas pasan año tras año por nuestros escenarios pero realmente el problema es la ACTITUD (así con mayúsculas). Que después de 25 años The Bellrays se dejen los huevos en el escenario como el primer día te hace recuperar la fe en el Rock and Roll por muy escéptico que seas. Blues is the teacher but Punk is the preacher. |