Llevábamos tiempo sin salir de la rutina, sin poner a prueba nuestros oídos y nuestro "body", sin gritar hasta rajarnos la garganta ni poner los cuernos a todos los flases que nos alumbraban y la Recycle es un sitio ideal para esto, para dejarse llevar y perder la cabeza aunque solo sea un ratito, pero nos volvió a pasar, llegamos tarde. Existe una fuerza inherente a nosotros que hace casi imposible que lo evitemos.

Por suerte llegamos a tiempo para ver una parte de la actuación acústica del Meji. Guitarra en mano y pad de percusión en pie, en el que sonaban panderetas y cajas con reverb extrañas que le daban un rollazo especial a su música.

El autor encandiló de buena manera a los que allí estábamos, que aún no éramos demasiados, pero ya se podía oler que el festival iba a funcionar. Pudimos escuchar canciones de su último disco Prisionero, así como alguna versión, a su estilo, bastante característico y canalla. A decir verdad nos gustó y mucho.

Es lo que más nos gusta de este tipo de festivales, que son un ritual donde se nos presentan a artistas que algunos aún no conocemos, pero que tienen un nivel de primera.

Así que nos preparábamos para el jaleo y los empujones mientras La Vihen Zanta enchufaba cables. No teníamos ni idea de que nos íbamos a encontrar y al final resultó un show bastante entretenido. Mucho punk, aires de rock&roll, una pizca de ska y muy poca vergüenza. Supieron abrir la noche y espabilar a la gente, sin duda.

Llegaba el turno de Levántate Lázaro, uno de los grupos de rock que más está despuntando en la capital del salmorejo y los flamenquines, pero que aún no habíamos tenido el gustazo de verlos en directo. Y es lo que fue, un gustazo. Voz rasgada y rota, pero afinada por siempre, los fraseos y arpegios más rockeros del mundo tocados a dos voces con una coordinación que no parecía real y un sonido grupal más que contundente. Sonaron temas de su disco Muertos de hambre, como 96º o Ella, así como piezas pertenecientes a otros trabajos. En resumen, su concierto fue la prueba de que Córdoba aún tiene cuerda para rato.

Jose Rockalcohol, excelente caradura, de cuya exponencial progresión hemos sido testigos estos últimos años. Rock and Roll señores, rock and roll en el más puro de sus estados, desde la actitud hasta las quintas machacantes. Una banda con gran sonido y desparpajo, que hace que el concierto sea más que divertido.

Para esta ocasión, el grupo recuperó algunas de las coplas de Rockalcohol, que hicieron que la gente se desencajara la mandíbula. Como decimos por aquí, las cosas bien hechas, bien hechas están.

Ya dolían los pies, y tuvimos la mala suerte de que se sucedieran varios cortes de luz (que los técnicos consiguieron arreglar sin problema), pero de allí no nos echaba nadie, aun había ganas.

Hijos del hambre fueron los encargados de poner el broche a la jornada, otra de las bandas cordobesas que más fuerte está pegando últimamente.

Nos presentaron su último disco Maldito Dinero, además de ofrecernos varios cortes de su anterior trabajo. Temas redondos, un sonido muy compactado y en cierto modo bastante elegante. Han encontrado su sitio (metafóricamente hablando), en el que sienten cómodos y eso se nota. Sin duda, una cita obligada.

 Respecto a la sala Recycle, cabe destacar su buen sonido (se echaba en falta en Córdoba una sala que sonara así), pero no sería justo no mencionar su cocina, si alguna vez pasáis por allí no vayáis cenados, hacerme caso.

 Esperamos que haya una nueva edición de este festival y que se siga apoyando de esta manera el rock&roll en la ciudad Califa.