Empezamos el viernes pronto de café largo, los ronquidos no dan tregua. Como tampoco nos lo da el tiempo, absolutamente desapacible. Con la amenaza de los lugareños de unos veinte litros por metro cuadrado, miedo no, lo otro. Pues éstos suelen ser más exactos que las APP de los móviles.
Empezamos en el “The Cavern”, o como ya lo conocemos por “Como partirte la cabeza cuando entras en un foso”… ese. Era el debut de No Konforme, y estas cosas hay que verlas, a las 5 de la tarde, una hora tremendamente taurina, salieron como el toro que mató a Manolete, recios, directo a su objetivo: hacer historia. Y en media hora escasa habían dado un bolo de altura. Arropados por la gente allí congregada, por la cantidad de medios que nos amontonábamos en el tedioso foso, y por la ilusión, la que desprendían esas caras de felicidad, mandaban así su candidatura para el año que viene, a alguno de los escenarios principales y condecorándolos. Por mi parte, se llevaban el premio al “Mejor debutante”. Y de unos que debutan, a otros que se despiden, Envidia Kotxina desembarcaba en el escenario Giró marcándose un directo memorable, bajo aquel cielo negro, como presagio de la tristeza de verlos marchar, sonaron como nunca “Laraba”, “Daños colaterales”, “Día tras día” y “Mala patada”, dejando claro que por mucho que se vayan, su música perdurará para siempre
Carreras hacia el escenario “Negrita”, tocaba Aspencat. Empezaba a llover, pero daba igual, los de Xaló, tienen en su música el poder portentoso de hacer que la lluvia no cale, si no, ¿De qué tantísima gente cayendo lo que caía?. Los mortales bailábamos a ritmo de ese cuidado Reggae, saltando con ese Dancehall que desprende buen rollo y moviendo la mano al compás de ese Dubstep tan rítmico. Allí fui sin pensarlo, sonaron “L'últim Segon” y alguna de su discazo “Essencía”. No me esperaba un directo tan rico en rabia, lírica y armonías, pero por algo son pertenecientes a esa generación de músicos de los Països, que están revolucionando la música del estado.
Desakato
Si corría me daba tiempo a ver a otro de los dos grupos que me dijeron que viera, el primero Desakato y claro, sorpresÓn MAYÚSCULO. Los Astures me dejaron flipando, unos tíos con un nivel tremendo, con un Rock tan duro que lo papistas tendrían que inventarse otra etiqueta. Estábamos siendo testigos de un gran espectáculo y todos lo sabíamos. Pero para rizar el rizo del nivel musical, una dosis de espectáculo.
El amigo Pepo se marcó un salto, que si lo hace Mikel Powell, no le quitan el oro de longitud en la vida. Desakato me había volado la cabeza… Recojo los trozos del suelo, (me harían falta para lo que quedaba) miro el reloj, tenía que correr, Crisix me esperaba y con ellos un Metal de muchos quilates, el cual, se podía masticar, un frotman (Juli Bazooka) a la altura de comandar a los Maiden, melenas al viento con una clase que sólo tienen los de Barna. Pogos, Circlepit… Una soberana locura, no ellos claro. Loco el que no piense que en este país no hay relevo de bandas, eso es que no ha visto a Desakato y menos a Crisix. Empiezo a pensar seriamente, la necesidad absoluta, de un cuarto escenario central, viéndoles el pelo a estos pedazos de grupo.
Crisix
Llego al final de los míticos Porretas, como siempre los de Hortaleza hacen de la sencillez su elegancia. Cuando parecía que la lluvia se había ido, comienza a sonar Eskorzo y con ellos llegó la lluvia y una fiesta demencial, ¿Qué esperas de unos tíos que ha parido Granada?… Alegría pura y dura!!!!!!! Y así fue, la mejor sección de vientos del Viña (o por lo menos la más compacta) rindiéndonos honores y nosotros, devolvíamos la pleitesía, salto a salto, baile a baile, sonrisa a sonrisa. Por algo llevan este año girando en su “Se Feliz Tour”...Esta Bullanga mestiza estuvo a la altura del festi y sobre todo de sus gentes.
Me intento poner a cubierto y retomo el recabar información de los asistentes, gentes venidas de toda la geografía del estado, todos tienen alguna sugerencia, mejora e inclusive queja formal, pero curiosamente todos, llueva, nieve o haga sol, estarán el año que viene aquí. Una forma de vida, que aunque alguno, entre ellos el que suscribe, no comparta (amigos esta opinión es soberana), puesto que esto es el secreto del éxito de cualquier festival: La fidelidad de su público.
Eskorzo
Mientras ceno, busco al redactor de El País, para comunicarle la triste noticia de que se acababa de caer Chambao, ya que el jueves de mañaneo, me dijo que se moría de ganas por verles (si me estás leyendo, un abrazo fiera). Sin ninguna suerte al encontrarle, escucho de fondo la voces de unos del grupo bandera del Punk Rock estatal, Reincidentes. En pleno monzón congregaron a medio viña.
A los sevillanos no les pesan los años, se hicieron la hora de su concierto del tirón, vienen afinados de casa, ni para eso se paran, únicos y genuinos en esto de arengar a las masas. Veo el final desde el foso, nos dejan pasar, (esto no hay quien lo entienda) no preguntes… ¡Graba! Y desde esa perspectiva perfecta, fui testigo de “Un día más” y “Vicio” el cual puso el broche a sesenta minutos de agua y rabia.
Reincidentes
Pasamos a uno de los momentos más esperados de aquel Viña Rock 2016, llegaba La Gran Pegatina en su estreno mundial. Mundial como su gira, como la expectación que ha levantado esta coalición de músicos añadidos al grupo La Pegatina. Y sin duda, no defraudó. Estos brujos fueron capaces de cambiar el agua (si, misteriosamente y afortunadamente dejó de llover) por confeti. Y por hasta sus 10 cañones cargados con kilos y kilos de confeti en su grandiosos inicio, sin duda el premio al “Mejor comienzo” ya tenía dueño.
Si infalible era La Pegatina en sí, esto no podía fallar. 13 chalaos, reunidos en una Big Band de auténtica locura. No nos daban tregua, con ritmos de ska y rumba, con canciones como “Alosque”, “Ni chicha ni limoná” o “Lloverá y yo veré”, fueron el bombazo del viernes, donde la muchedumbre bailó, gritó y saltó sobre el barro que dejó marrones los pantalones y el calzado para tirar. Esto era otra queja muy generalizada; hombre, no digo que se ponga parquet, pero seguro que se pueden arreglar los charcos de los escenarios centrales. He visto a Michael Phelps, pulverizar records en piscinas más pequeñas.
La Gran Pegatina
Desde lejos escucho la marcha Imperial de Star Wars, esto hay que verlo, la enésima carrera me lleva al escenario “Control”, unos galeses de nombre SkindRed nos esperan con los brazos abiertos. Un Ragga con pinceladas de Punk Metal demencial, con un vocalista capaz de mover a cualquiera, enérgico, irreductible, con un tono vocal capaz de lo incapaz, llevando la voz donde quería, al igual que a la gente, con lo que, debía concederle el premio a “Frotman del festi”. Se lo ganó, 55 minutos él solo, se ganó a un tercio del Viña congregado allí.
Momento de otra de las bandas internacionales, Talco, los italianos traían bajo el brazo su último disco "Silent Town" y el germen de la gran Banda Bassotti, dándonos un bolo, que si bien en sonido dejaba que desear, en espectáculo, lo dieron todo con canciones como “St. Pauli”, “El sombra”, “Dalla Padilla Mirò”, “La Torre” o “La parabola dei battagghi”. Dos de la mañana, sin lluvia, buen momento para La Pulquería, con más solera en esto del Viña, que un huevo friéndose en Écija. Los valencianos arrancan con expectación y un poco flojos, como si les faltara rodaje; se miraban pero no se encontraban, Huracán falto de energía, escayola al ristre. Poco a poco la cosa fue subiendo de calor con “Machetazos en el corazón”, “¿Dónde están?”, “Morirse de pena”, “El día de los muertos”, desgraciadamente no fue su mejor concierto… Con las misma y en un alarde de valentía, dejo a los pulqueros allí, llego al escenario “Control”, a Hamlet había que verlos.
Talco
Aterrizamos con el legendario levmotiv de la película Pulp Fiction y a partir de ahí, lo siguiente se puede calificar de… ÉPICO. Una auténtica locomotora pasó por encima de nosotros, con temas como “Limítate”, “Egoísmo”, “Dementes cobardes”, los madrileños se estaban dando un concierto demencial, nunca los había visto así, normalmente no defraudan, hoy, nos estaban dando un repaso colosal. Ya empezamos a entender el porqué de la cara de disfrute de las fotos que engalanaban aquel escenario “Control” (recordad marca de condones, muy cómico todo). Algunos y algunas empezábamos a tener esa cara, sobre todo cuando Molly nos calla a todos para dejar el micro de lado y cantar una estrofa a voz en grito de “Irracional”… Miro en la mochila y encuentro el “Premio a la voz”, justicia poética, después de aquello, concedérselo a Molly y esos bandidos que se hacen llamar Hamlet.
Hamlet
Vuelve la lluvia en el peor de lo momentos, entre la hora y lo que llevábamos encima (el peso, el día, el agua y… si, alguna copa). Pronto se nos quitan las ganas de irnos, dado que el Viña es animoso al 100% pase lo que pase. Me acerco al escenario Viña Grow, siempre es un gusto bailar a ritmo de los italianos Train to Roots, con su Reggae se pasa el tiempo, que no las ganas de ver a un septeto que les tengo ganas desde hace tiempo. Y sobre todo por darle un sentido a la afirmación: -“Sólo los grandes cierran las jornadas de cada festi-“. Esos eran Dremen.
Veinte minutos antes, me acerco al escenario Cabo de Plata, tremendamente concurrido y más si circula un hashtag #YoPorDremenMeMojo, (¿Tú te lo hubieras perdido?) Al lío, 4 de la mañana, nos tocaba bailar en el barro y bajo la lluvia, aquí no había asfalto. Pero daba igual, porque gracias a su electronic beats y sus breaks, Dremen son como esa droga, que te hace volar, perder el sentido hacia esos ritmos imposibles. Y con el simple gesto de Tony Karate, el de pulsar un botón… ya éramos suyos.
El colectivo empezó duro, enmascarado, tajante, al compás de su “Hijoputa” y a partir de ahí, lo siguiente fue una auténtica fiesta. Con temas como “Fly Mode”, “Burn Madafaka ”y “Sacrificio” encadenando con más temas de su genial obra “Day II”. Dremen, por lo menos al que suscribe, no le defraudó, es más, puedo decir sin compartir el gusto por este tipo de música, que se dejaron la piel y con ella se queda mi reconocimiento, puesto que les concedo el premio honorífico, “Me hubiera quedado allí toda la noche”, pero mañana quedaba el último día, de auténtico infarto, así que decido emprender la marcha, porque una retirada a tiempo es una victoria…