Existen diferentes tipos de músicos, al igual que de conciertos, los hay los que van a trabajar, los que van a cumplir, los que van a dar lo mejor de sí mismos, y los que van simplemente a disfrutarlo.

Javier Vargas es…. La mezcla de todo eso.

En una sala prácticamente llena Javier se presento con su lado más intimista con un concierto dividido en dos partes muy marcadas, una primera mas latina acompañado por su inseparable, Luis Mayo y su batería Peter Kunst, con un toque casi acústico que llevo a la sala a un silencio casi sepulcral.

Temas con ”Blues latino“, “Amapola negra”, su autentica joya “Buenos Aires”  o el más conocido “Sácalo” fue ganándose la admiración en cada uno de los acordes de su guitarra.

Recibió la colaboración de su amigo Chema Vilches que le acompaño en algunos temas a la guitarra y que no dudo en dejar también su impronta de calidad, con lo cual a un servidor por lo menos le han entrado ganas más que de sobra de saber más de él.

“Rolling trance”, “Tobacoo”, “Black alley”, “Let it go” o “Moonligth” nos llevaron al final de esa primera parte del concierto que la gente siguió como hipnotizada, poder seguir la precisión y los mágicos acordes de Javier tan de cerca es un lujo que la gente supo aprovechar.

Diez minutos de descanso fue lo que se tomo el grupo entre parte y parte, no necesitaban más, estaban calentitos y en racha y querían aprovecharlo.

Una segunda parte mucho mas blusera y rockera, con varios temas de su último trabajo “Hard time blues” levanto mucha mas admiración ya si cabe.

Además de los ya mencionados subió al escenario a ayudarles con la voz y otra guitarra más David Allen, lo cual formo un elenco sobre el escenario difícilmente de superar.

Las tres guitarras hicieron sonar la sala como la mejor versión de un concierto de rock & roll, sin fisuras, sin florituras, sin efectos especiales y sin un gran escenario…. Simplemente con una enorme calidad musical y una compenetración de los componentes de la banda realmente envidiable.

“Road to freedom”, “Down by river”, “Crossroads”, “Wellcome” o “Latin blues” fueron sonando y llenando la sala de un ambiente cada vez más mágico que te hacía sentir que realmente estábamos viendo un concierto de los de no olvidar.

Javier saco todo su arsenal de musicalidad mezclada con toques de genio a la altura de muy pocos.

“Ibiza moon“, “Sunny day”, “Haw verso” o “Hard time b”  eran temas que todos nosotros admirábamos, mas escuchábamos, por que al igual que cuando estas delante de un pintor famoso, o de cualquier otro artista consagrado sabes que estás viendo una creación única, escuchar a la Vargas Blues Band con Javier a la cabeza es estar delante de su creación, de la creación de un genio.

Una vez más he de recalcar la naturalidad y profesionalidad de Javier y su banda, que todas y cada una de las veces que les he visto, han derrochado ilusión y grandeza.

En definitiva una vez más, acertamos en Insonoro  eligiendo un concierto de los que son dignos de mencionar, porque la calidad siempre es digna de mencionar.