A veces está bien echar la vista atrás y acordarse de los comienzos, de ese 2014 en el que empezaba el Beltane Fest (Comillas) y releer la crónica y asombrarse con que fue poca gente al evento, todo ello a pesar de que el cartel era de lujo, pero bueno la evolución natural del ser humano es aprender y superarse a sí mismo. Todos los comienzos son cuando menos complicados, por usar una palabra elegante.

En este sentido, al igual que el año pasado, un 10 para la organización. El ambiente fue espectacular, calculo que seríamos unas 1400 personas entre público, grupos, trabajadores.... Los horarios se cumplieron casi a rajatabla, con apenas una media hora de retraso, ¡¡bravo!!. No es ironía, ¿eh?, lo digo en serio. Hay eventos a los que da miedo ir porque intuyes que acabarás viendo salir el sol. Este no es el caso del Beltane Fest. Mi más sincera enhorabuena.

Por lo demás, hay que destacar la labor de los técnicos de sonido (Juan Torre y el resto de sus compañeros), los precios populares en barra (tanto de la comida como de la bebida), con unos bocadillos que daban para alimentar a dos o tres personas, y el trabajo en equipo de todas las personas implicadas en el festival. En conjunto la organización fue sobresaliente, se notaba una energía y una sinergia apabullantes, todos conectados y todos trabajando codo a codo, para conseguir que aquello saliese de 10. Pues bien: ¡¡Lo consiguieron!!.

También es verdad que la labor de promoción y de difusión del festival ha sido constante y concienzuda, anunciando novedades poco a poco, y con anuncios divertidos y más que elocuentes. Sabemos que todo eso lleva mucho curro detrás, pero al final da sus frutos, y ese 11 de junio en Comillas se vio la recompensa al trabajo de unos cuantos meses. Todo el esfuerzo quedó reflejado en unas cuantas horas de buena música y en miles de personas disfrutando.

Por nuestra parte, estamos más que encantados de ver crecer y consolidarse a los festivales de música en Cantabria. Es todo un honor poder formar parte de su historia, poder ayudarles en la medida de nuestras posibilidades y poder vivir esa evolución intrínseca que les hace crecer y llegar a ser citas ineludibles. Parece que últimamente se están moviendo muy bien las cosas por nuestra tierruca. La gente tiene ganas de rock, la gente tiene ganas de música, la gente tiene ganas de pasárselo bien, la gente tiene ganas de juerga. Luego también hay otra gente que tiene ganas de que nos lo pasemos bien y de que vivamos la música, de que vivamos el rock.

Pues con estas dos premisas por bandera, ¿qué más se puede pedir?. Pues nada más, tan sólo el ferviente deseo de que tantos unos como otros sigamos con esas intenciones. Por lo demás, ¡¡Salud y Rock & Roll!!.

Empezamos ahora a detallar las actuaciones de los grupos que participaron en la tercera edición del Beltane Fest, con las miras puestas a que este sea el comienzo de una bonita amistad, de esas que duran muchísimos años.

La representación local del festival vino de la mano del sonido hardcore de A.R.D.E.N, combativos y dejando huella allá donde van, con una década de buena música a sus espaldas, dejando atrás varios cambios en su formación, están en su mejor momento, recorriendo varios festivales cántabros y obviamente el Beltane no podía faltar en su gira, sus ganas, actitud y energía llegaron a Comillas.

Puntualidad británica, por delante tenían una hora para defender su amplio repertorio que recorre todos sus discos, más alguna que otra sorpresa como la cover de Madball, una de las formaciones más queridas del hardcore internacional. Su último disco está compuesto por seis temas, “Desobedece a Tus Miedos” así se llama, ya tienen un par de años y según sabemos en los próximos meses vayan camino del estudio de grabación, por el momento nos comentaron que tienen ocho nuevas canciones en la recámara.

Kortxos, cantante, se encargó de motivar a la peña, ya sea bajando al foso, cosa que hizo hasta tres veces, como indicando desde el escenario que se acercasen unos metros, consiguiendo que en menos de media hora se viesen los primeros pogos del festival. Un toma y daca de movimientos iniciados desde los primeros temas, “Muñecos de Trapo” de su último Ep, o “Ira”, teniendo asentadas unas bases musicales y reivindicaciones sociales para que el mundo empiece a reflexionar y cambiar.

“Aviso a Navegantes”, germinada en una base de metal con cambios de ritmo capaz de tirar abajo cualquier festival, daba paso a un bonito homenaje a Lemmy Kilmister con el tema “Lemmy” al grito de “allí donde estés...”, uno de los grandes músicos que ha dado el rock internacional, cuya filosofía de vida la llevó hasta la muerte.

Base rítmica demoledora, gracias a Miera a la batería y Manolito al bajo, dejando latente la solidad que tienen sus interpretaciones, más los apoyos de sus otros dos compañeros, los guitarristas Victor y Valdi, todos hicieron un concierto rabioso y rebelde, dejando latente que los grandes temas como “Represión Policial”, “A la Calle” o “Pueblo Armado”, sonaron mejor que nunca.

A estas alturas Kortxos ya iba a por todas, muy centrado en la voz y actitud, saltando repetidas veces, viajando al foso e incitando al público. Continuaron con “Ficticia Libertad” y “Oro Negro” llegando a una pequeña pausa donde lanzaron una intro grabada para afrontar la recta fenal de la actuación.

“Manipulación” y “La Batalla”, con otras vertientes más punk y metal, “Posible Destino” y “Tardes Tranquilas”, seguían hilando esa tela de araña que no dejó a nadie indiferente, un concierto directo y dinámico que llegó a lo más alto con la versión de Madball, acelerando el directo, metiendo zapatilla a más no poder y espabilando, que el tiempo se les echaba encima.

Cinco últimos temas, uno de sus himnos, “Condenado”, donde Efrén, cantante de Karne Cruda subió a colaborar, o “Terroristas”, una bomba sólida con la que terminó su álgido concierto.

Al finalizar, repartieron discos entre las primeras filas, como un premio a la gente que se entregó al máximo, pero antes, Kortxos se fue fuera del recinto para encender una bengala, cosa que suele hacer en los conciertos al aire libre, una actitud combativa pero también cívica por lo hacerlo dentro del pabellón.

Hacía unos cuantos añitos, tal vez demasiados, desde la última ocasión en la que vi en directo a El Último Ke Zierre, y tenía muchísimas ganas de verles en este Beltane Fest 2016. Era una mezcla de curiosidad y ganas de ver esas nuevas canciones en directo. Para eso estaban allí, para presentarnos “Cuchillas”, disco que sinceramente no he escuchado demasiadas veces. Hacer esto a veces es positivo porque uno se sorprende más con el impacto que causan las canciones que no has exprimido hasta límites insospechados.

La actuación de los de Burriana me pareció notable, se nota que están en forma y dieron un concierto en el que saltaron con creces el listón que se pide a cualquier grupo, lo salvaron como si tuviesen una pértiga en la mano. Es decir, pasaron la prueba y con creces. Volvimos a ver esa banda insurgente, rabiosa, contestataria, incendiaria, apabullante y sobradamente contundente, nos clavaron sus cuchillas hasta el alma, llegaron donde siempre solían llegar. Nos transmitieron con su música esas mismas sensaciones de hace 10 años, cuando eran más que necesarios, cuando eran imprescindibles. Desataron la locura generalizada y se metieron al público en el bolsillo como en sus mejores tiempos. Sin duda alguna, El Último Ke Zierre sabían lo que habían ido a hacer a Comillas aquella noche y lo hicieron a la perfección.

Tengo que reconocer que una gran mayoría de los temas de “Cuchillas” me parecieron espectaculares, sin embargo (aquí viene cuando la mataron) no me pareció un acierto meter en un festival seis de los ocho temas del disco. Pudimos escuchar aquella noche: “Las cuchillas de tu miedo”, “Fiesta o duelo”, “No hay nada”, “Rompesuelas”, “Don Carlos” y “Cientos de diablos”. Creo que meter dos o tres habría estado de madre, ¡¡pero seis!!, pues no, seis no. Ahora esto es una opinión personal, como suelen decir para gustos los colores. Pero mi impresión es que rompían el ritmo del concierto, aún siendo unas canciones sublimes, el público no se las sabía.

También estuvieron presentes con muchísima contundencia y rotundidad auténticos himnos musicales, como por ejemplo, “Yo también puedo ser malo”, “Tú me vicias”, “Veneno”, “¿A dónde vas?”, “Escupiré jodidos” y “No tengo miedo”. Al vivir estos temas de nuevo en directo uno se plantea la gran labor de composición que tienen detrás. Algo a tener en cuenta cuando se habla de grandes autores de letras y no se sabe más que citar dos o tres nombres más que trillados. Ojo a las letras de El Último Ke Zierre y a su contribución a la historia del punk.

La impresión a ver a esta banda en directo fue la de estar asistiendo a un amanecer, al despertar con fuerza de un nuevo sol que todavía tiene todo un día por delante, y luego otro y luego otro.

Como resumen, no queda nada más que comentar que El Último Ke Zierre estuvieron muy presentes en el Beltane Fest, pusieron los puntos sobre las “ies”, y reflejaron claramente que han vuelto dando un ¡¡Zas en toda la boca!!, y nosotros nos alegramos enormemente. ¡¡Bienvenidos de nuevo a vuestra casa!!.

Mala Reputación saltó al ruedo cántabro para darlo todo. Seguros de sí mismos y con una actitud impetuosa a la par de elegante. Los asturianos ofrecieron un gran concierto de rock and roll con un repertorio de quince temas que abarcaron toda su trayectoria. Tinen la proeza de saber encajar perfectamente todas sus canciones en los gustos de sus fieles seguidores logrando buenas críticas cada vez que pisan un escenario. Y esta vez, más de lo mismo.

En la “tierruca” la gente quiere a a “los Mala” y eso pudo sentise mientras ellos estaban en el escenario. La gente coreó junto a la banda cada una de sus canciones, daba igual la que sonase, todas se vivieron con furor, desde la mítica “Ansiedad” (Ansiedad, 2001) hasta  “Fuego” y “Que La Tierra...” (Eternas Promesas, 2015). Todas se aplaudieron. La verdad que fue un gusto escucharles debajo del escenario.

El cuarteto nos dejó, como no podía ser de otra forma, algunas de las canciones que vienen siendo habituales y tienen gran aceptación como “Abriendo Camino” (Abriendo Camino, 2002) ,“Para Que Jueguen Los Gatos” (A X Ellos, 2004), “Cristal” (Al Límite Siempre, 2006) y “Ceremonia” (Carácter, 2011).  Si te gusta su estilo, sobran las palabras.

Pero, las canciones que más ahínco tuvieron esta vez en el Beltane fueron “Salgo A Buscar”, por hacerse con una gran intensidad interpretativa, y “Las Mañanas”, porque a pesar de su antigüedad sigue poniendo todo “patas arriba”. Además hay que destacar obligatoriamente el cierre del concierto entonando “10.000 KM”. Les quedó de lujo.

Nunca nos cansaremos de ver a Mala Reputación, van unas cuantas veces y si es posible seguirán en aumento.

Trashtucada ofreció una de las mejores actuaciones de la tercera edición del Beltane Fest. Los gaditanos revolucionaron con su espíritu frenético el pabellón del polideportivo de Comillas durante aproximadamente una hora. Nos demostraron la efusividad que pueden contagiar con sus melodías en un evento de estas características. En este terreno tienen la batalla ganada. Son carne de festival y el público lo sabe.

El septeto se mostró enérgico desde el primer momento. Tras una apetitosa “Intro” inicial nos ofrecieron un jugoso repertorio que incluyó canciones pertenecientes a los tres discos que tienen hasta ahora. Por lo que fue un gusto ver a la gente revolotear con los temas “Infusión” y “Penélope” de su debut “Y No Es Broma” (2008), saltar con las canciones reivindicativas “Demogracia” y “K.O. Boeing 747”” del disco “Tírate Del Puente” (2011) y trotar con la energía de “Mi Destino” y “Quiero Mi Oportunidad” de su última obra “Nada Nos Puede Parar” (2014).

La alegría transmitida desde el escenario se convirtió durante toda su actuación en un auténtico bailoteo popular. Las risas y los “pogos” se entrelazaron constantemente. Sobre todo de mitad del recinto hacia adelante. Trashtucada parece componer para crear ambientes festivos fraternales y amenizarnos momentos como este. Además han forjado himnos como “Nada Nos Puede Parar”, “De Festi? Vale” y “Volante, Culo, Carretera” que debieran permanecer en un concierto suyo siempre. Y cómo no, esta vez lo estuvieron. ¡Vaya frenesí!

Lo de Gatillazo ya empieza a preocupar y es que aparte de petarlo allá por dónde van, provocan un efecto en la gente que ya quisiera poder superar la más potente de las drogas. Al final, hay muchísimas personas que estamos más colgadas de su música que de cualquier otra cosa.

Aún con todo, todavía se siguen oyendo gilipolleces del tipo: “El nuevo grupo de Evaristo”. ¡¡Madre mía!!. Ya llevan once años de carrera, que es casi como la del galgo, corriendo todo tieso para delante, sin mirar atrás y sin muchas hostias. Pues eso, que ya llevan unos cuantos añitos y se han echado ya seis disquitos a sus espaldas. Así que por favor, dejemos las tonterías para los domingos, ¡¡jejejeje!!. Gatillazo son una banda excelente, con unos músicos de matrícula de honor, y con el señor Evaristo Páramos, que lidera algo que se ha avalado por el propio peso de la inercia.

Con los pelos literalmente de punta, recibí a unos Gatillazo que vinieron a presentarnos su última obra de arte: “Cómo convertirse en nada”. Un disco que pasará a la historia por la genialidad de sus canciones, destacando para mí “F*llate al líder”, “La familia unida” y “Nada que ver”. Este álbum está llamado a convertirse en un icono del punk si la televisión nos deja algún espacio en nuestras cabezas para algo más que no sea ver sin mirar, y para algo más que no sea oír sin escuchar.

En el Beltane Fest es cuando he llegado a adorar a este grupo de tal modo que me doy miedo a mí misma. Pueden ser las circunstancias de la vida o que éste último trabajo me ha parecido apoteósico, o que el anterior, ese “Esclavos del Siglo XXI”, ha acabado por llenar el hueco que en su momento dejó un poco vacío. Puede ser todo eso por separado, o probablemente todo junto.
Algunas personas me comentaron que se oía bastante mal la cosa con Gatillazo. Yo estaba sentada en unas gradas de un lateral del pabellón y desde ahí todo era bastante nítido y asequible. Si bien es verdad que también los que no oían me dijeron que tampoco se sabían las canciones nuevas. Así que no sé qué pensar, por mi parte todo fetén.

Como es lógico, la actuación de Gatillazo se basó sobre todo en sus dos últimos discos de estudio, aunque también estuvieron presentes como suele ser habitual: “Lucky man for you”, “Jhonny” y “Odio los partidos”. Me dan ganas de echarme a llorar con la actualidad de estas canciones, sobre todo de la última mencionada, eso sí que pone los pelos de punta.

¿La impresión final?. Pues la de siempre, aunque debo comentar que me lo pasé como nunca viendo en concierto a Gatillazo, creo que ha sido la vez que más me han gustado. Pero en fin, todo como siempre: El público exultante, ellos dando lo mejor de sí mismos y todos más contentos que unas castañuelas. Pues eso, una GRAN FIESTA. ¡¡A por la próxima!!.

Los encargados de cerrar el festival fueron los de Barakaldo, los Porco Bravo, que volvíamos a verles una vez más horas después de estar con ellos en las fiestas del barrio bilbaíno de Irala, donde actuaron junto con Rat-Zinger.

Siguen dándole calor a su cuarto trabajo, “La Piara”, expandiendo su rock escandinavo por toda la península y entrado en muchos festivales, considerándoles perfectos para tocar a altas horas de la noche, lidiando con el cierre, como bien les pasó en la última edición del Viña Rock.

Set list adecuado y recortado si lo comparamos con lo que suelen tocar habitualmente, todo para encajar su show en la hora de actuación que tenían programada, en total vimos unos 15 temas, suficientes para un explosivo concierto, donde la pirotecnia siempre deja momentos de gran espectáculo, al igual que cuando su cantante, Manu, se sube a una tabla de surf para desplazarse por encima de nuestras cabezas, esta vez alargando su recorrido llegando a surfear hasta fuera del pabellón.

“Mírame” y “Solo Quiero Bailar” de su nuevo trabajo, abrieron su concierto, demostrando como la banda opta por sonidos más limpios dejando atrás las notas crudas, aguerridas y sucias que encontramos en sus primeros discos. “Motel”, el tercero de los temas que escuchamos, dejó ver el humor geográfico de su líder, una divertida forma de saludarnos con “Buenas noches Villarcayo”, o “Buenas noches Trespaderne” ...

Pasando rápidamente a la velocidad, las guitarras rugían como si de una matanza se tratase, gracias a Asier y a Pulpo, unos cracks! “No sé” de su anterior disco “Porco Bravo”, apareció sin darnos cuenta, luego continuaron con las presentaciones nuevas, “Mienten” o “La Piara”, nombre que han dado a toda la tropa que les sigue, además de así llamarse su última obra.

“Parecéis españoles” gritaron para provocarnos, “hay que follas más”, también dijeron, y entre tanto, grandes saltos vimos, Manu para impulsarse se subía a la tarima de la batería, luego bajó al foso y se dejó llevar por el público a volandas con su habitual bengala encendida en el culo, luego repitió, pero ya montado en una tabla de surf que se encontró un día en la basura y que desde aquel momento se la llevan concierto tras concierto.

Entrando en la recta final con uno de los temas más melódicos donde los coros son muy importantes, “Última Noche”, más  el rock sudoroso y directo de “Donante” y “El Cazador”, dejando fuera esa noche una habitual en sus conciertos, “Lasciva”, pero no “Lemmy”, el segundo homenaje a ese gran músico de la noche, allí Manu dio de beber al público situado en las primeras filas, pequeños chorritos de un agradable licor, tal como lo hubiera querido en Sr. Kilmister.

Y para cerrar, más pirotecnia, las guitarras lanzaron chispas al alto mientras Manu se pegaba una vuelta en su tabla de surf, y es que Porco Bravo encienden, divierten y son alisados perfectos de cualquier sarao de este tipo.

Así despidieron por todo lo alto la tercera edición del Beltane Fest, los de Barakaldo dejaron huella mientras la barra del festival se quedó sin bebida, sinónimo de éxito y fiesta, todo augura a que el año que viene habrá otra buena edición.

Nos vemos, hasta el año que viene!!