El año pasado nos quedamos con un recuerdo estupendo del VdB Rock de Venta de Baños (Palencia), así que en este 2016 ya no teníamos duda alguna de que acudiríamos al festival castellano.
Nos encanta que sigan haciendo la paella solidaria: paella + bebida + entrada a la piscina por 5 Euros, y también nos parece todo un acierto que habiliten contenedores para la recogida de alimentos. No en vano, este es un Festival Solidario y eso les honra y mucho. Ojalá se plantease este enfoque en la mayoría de los eventos, ojalá algún día esa sea la costumbre, la norma no escrita. De momento, nos quedamos con la idea de que en Venta de Baños se hace un Festival Solidario de Rock. Como suelen decir: Caminante no hay camino, se hace camino al andar.
Hace unos días nos enteramos de que con parte de lo recaudado el año pasado se dio refuerzo educativo a unos cuantos niños de la localidad palentina. Seguro que en esta ocasión también hay un fin estupendo para lo conseguido. El tan sólo hecho de pensar en ayudar a alguien ya es un fin en sí mismo, un ejemplo a seguir por ser un motor de cambio y de transformación social.
Pero el VdB Rock, además de ser un evento solidario, es un festival gratuito y sin recinto acotado. Por eso, a mí personalmente no me gustó ni un pelo la actitud de ciertas personas que estaban haciendo botellón. Está claro que cada uno es libre de hacer lo que le venga en gana, pero ese tipo de detalles me resultan cuando menos poco éticos. Estoy segura de que mucha de esas personas que no aportan nada al festival, que ni siquiera se toman una triste cerveza o un refresco, luego serán los primeros que digan que no hay conciertos y que nadie se preocupa por llevar la cultura a su pueblo o a su comarca.
Ambiente. Texto: María G. Guerrero
Con el paso de los años cada vez detesto con más fuerza a este tipo de parásitos, a estas garrapatas que se alimentan hasta que no queda nada del animal y es entonces cuando lo abandonan a su suerte. Pero bueno, bastante tienen con lo que tienen, así que aquí primero paz y después gloria. También había personas que consumían en la barra, con precios más que populares, que adquirían la camiseta del festival y que llevaron alimentos. De todo tiene que haber en este mundo.
Por lo demás, el festival contó con un buen sonido desde el principio hasta el fin. Y hay que resaltar sobre manera la puntualidad del evento, comenzó justamente a la hora anunciada, ni un minuto antes ni un minuto después, y finalizó a una hora más que “prudente” y respetable. Los que tenían ganas de fiesta igual se quedaron con la miel en los labios, pero para mí las 3:00 es una hora cojonuda para dar por finalizado un festival, después de vivir unas cuantas horas más que intensas, y sobre todo para ser persona al día siguiente.
Si la salud nos lo permite, volveremos el año que viene al VdB Rock de Venta de Baños. No pudimos ir a la paella ni estar en la piscina, pero llegamos justo en cuanto empezaba a sonar la música y vivimos una tarde-noche espectacular, con muy buen ambiente y con unos conciertos de lujo. ¿Qué más se puede pedir?. ¡¡Nada!!. Así que sólo nos queda decir: ¡Gracias!. ¡Nos vemos en el 2017!.
Ambiente. Texto: María G. Guerrero
Como es habitual en este tipo de festivales, los primeros en dar el pistoletazo de salida son las bandas locales, este es el caso de Los Sauk Fox, con varios componentes repartidos por la provincia de Palencia, pero cuyo epicentro es Venta de Baños, joven grupo, con una maqueta de reciente creación que poco a poco está intentando hacerse un hueco dentro de la escena local.
Tienen seis temas en dicha maqueta, las dieron salida a casi todas empezando con “Sin Blanca” y “Tuneado” y terminando con “No aguanto más”, pero entre medias varias versiones, eso sí, les cambiaban la letra para llevarlas a su terreno, y no es más que otro, la ironía y el cachondeo, porque estos chavales les gusta el rock, pero también la fiesta y las ganas de pasárselo bien.
No fue un concierto perfecto, la verdad, los nervios estaban presentes y los fallos aparecían en vez en cuanto, pero las ganas y la ilusión mandan y cuando se pone toda la carne en el asador y se les ve contentos y felices por tocar en un gran escenario, esas cosas pierden importancia, por delante les quedan muchos años para perfeccionar y seguir luchando.
Bien poyados por amigos y familiares, se presentaron al son de una versión de Celtas Cortos, que como bien dijimos, con cambio de letra, también en sus directos llevan un teclado que se hace cargo el cantante, dando un toque distinto a los temas, como la versión renovada del “Cero” de Dani Martin de El Canto del Loco.
Y para ir acabando, “Tuercebotas”, dedicada a todas las grandes estrellas futbolísticas que luego resultaron ser un fracaso, tipo Kaka como bien dijeron y que falta de razón no les hace.
¡Seguir trabajando!!, nos hicisteis pasar un buen rato y alguna que otra sonrisa nos arrebatasteis :)
Los Sauk Fox. Texto: Jorge Palacios
El año pasado fueron los Freecity, este año como representantes de Valladolid, los Brea Bastard, con una actitud chulesca y rockera, con un cantante en tirantes, de blanco y con un gorro de capitán de barco que bien nos recordaba a la banda noruega Turbonegro.
Venían de tocar recientemente con unos grandes, con los Ratos de Porâo en su última visita a Valladolid el pasado 15 de junio, y eso da mucha fuerza y empuje que bien demostraron en el VdB Rock, ya que es una banda relativamente joven pero dentro hay gente que ya lleva unos años en esto porque se han curtido en mil batallas tocando con Debakle, Eskupiré Jodidos, Tos Seka o Descargando Bidones.
Cuarteto de rock duro que bien nos recordó a El Último ke Zierre en determinados momentos de la actuación, con temas como “Pisada” con la que comenzaron, “Anestesiante”, “Risa” dedicada a todos los que disfrutan con la maravillosa y siempre polémica marihuana o “Rencor”, con una versión de Rage Against The Machine en la recta final donde el público se la gozó.
En su concierto apareció la primera bengala de la noche, y digo primera porque fueron unas cuantas sobre todo con Escuela de Odio, es algo peligroso pero espectacular, impulsa la rabia y como bien dirían los Habeas Corpus, y los sueños.
Nos gusta salir de nuestro rango de acción, Cantabria, y descubrir a nuevos grupos.
Brea Bastard. Texto: Jorge Palacios
Escuela de odio es una de las bandas que aquella noche me dejaron flipando, con los ojos como platos y entendí el por qué son tan míticos y siguen ahí al pie del cañón después de tantos años. La verdad es que practican un tipo de música que no me había llamado mucho la atención hasta hace poco tiempo, pero cada vez me gustan más esos estilos un poco más duros, contundentes y pesados, y por eso esa noche en el VdB Rock me pusieron los pelos de punta.
Escuela de Odio fueron capaces de demostrar por qué son un referente del hardcore español. Haciendo gala de mucho dinamismo y contundencia, sobre todo teniendo en cuenta que la voz cantante no es ya un chaval de 20 años, y lleva el gran peso de la banda. Con todo, dieron un concierto frenético, sin tiempo para respirar, con aplomo y poniendo los puntos sobre las “ies”.
Pudimos escuchar temas míticos, que nos suenan a todos, y que son auténticos himnos, como por ejemplo “Los rechazados del sistema”, “Asturies arde”, “Los de siempre”, “Este es el momento”, “Ejemplo Nº 36” o “Y si no hay viento habrá que remar”, por citar algunas de entre todas las que nos ofrecieron.
Muchas personas estaban allí para verles a ellos, y eso quedó patente en la conexión total que tuvieron con el público y en las caras de felicidad de la gente al acabar el concierto. Todos con la expresión que se queda cuando sabes que acabas de asistir a algo grande. Los asturianos dejaron el pabellón muy alto y nos llevamos una impresión sobresaliente de ellos. ¡¡Grandes!!.
Escuela de Odio. Texto: María G. Guerrero
Con un estilo totalmente diferente a los anteriores, salieron sobre las tablas del escenario del VdB Rock 2016 los punk rockers Sensa Yuma. La verdad es que no les había escuchado nunca en disco y era la primera vez que les veía en directo, y la impresión no pudo ser mejor. Me encantó su punkrock fresco, bailable y altamente festivo.
Creo que demostraron una gran contundencia y dejaron a la gente con ganas de más. Yo desde luego me quedé con ganas de escuchar detenidamente su propuesta y de empaparme de ellos en la intimidad del hogar, con calma pero con el volumen a tope. Está claro que ya no son unos niños, llevan desde 1980 dando guerra y cargan con cinco discos a sus espaldas. Pero bueno, eso no significa mucho. Tal vez lo más importante de una carrera sea la calidad de las grabaciones, porque puedes llevar mucho tiempo y no destacar demasiado. Eso no les pasa a Sensa Yuma porque escuchando su último trabajo, “Punkrockers” (2015), consiguen impactarte y te enganchan a la primera escucha.
De este disco, publicado el año pasado, pudimos escuchar unas cuantas, como “Hold the line”, “Poison” o “Dog”. Y algunas de anteriores trabajos también estuvieron presentes, del penúltimo: “Kickin' & Screamin'”, se marcaron temas como “Liquid love” o “Hey cop”, y del anterior a este, de “Safe sound & insane”, nos dejaron con “Fuck the USA” o “Switch Off The Power”. Vamos, que nos ofrecieron un concierto variadito y más que ajetreado.
No conocía a Sensa Yuma y me dejaron gratamente sorprendida. ¡¡Espero verles pronto de nuevo!!.
Sensa Yuma. Texto: María G. Guerrero
Y ya para poner el broche de oro a un FESTIVAL en mayúsculas llegaron Talco. Los italianos dieron un conciertazo, un espectáculo breve pero muy intenso, llenando Venta de Baños de sus grandes hits y dejándonos a todos exhaustos de tanto bailar, pero a la par con muchas ganas de un poquito más de cachondeo.
La verdad es que la anterior vez que les vimos también nos dejaron con buen sabor de boca, fue en la Asociación Cultural Octubre de Torrelavega, y lo disfrutamos un poco más, quizá porque estábamos menos cansados y también porque ya se sabe que en ambientes más acogedores todo sale como más vistoso. Pero vamos, que nos la gozamos como niños pequeños con zapatos nuevos.
Ver a este grupo en directo es una de las cosas que hay que hacer antes de morir, y mientras se está vivo también es más que recomendable seguirles la pista. Yo le recetaría a más de uno media hora diaria de escucha de Talco, estoy segura de que esta receta remediaría unos cuantos males. Y si no fuese así, fijo que por lo menos seguro que es capaz de poner de buen humor a aquel que siga la recomendación de una ración 30 minutos de su música cada 24 horas.
El jolgorio y la algarabía fueron las tónicas constantes durante la actuación de Talco en todo el público, mientras ellos daban lo mejor de sí mismos sobre el escenario. Sinceramente, es todo un honor escuchar en vivo las melodías de este grupo. Personalmente me sacio de su música unas cuatro veces por semana, si puedo más, y verles en directo es algo especial. Me dan paz (aunque suene raro porque son muy moviditos) y me alegran los días menos soleados. Así que para mí es un acontecimiento especial disfrutar de ellos.
Talco. Texto: María G. Guerrero
Esa noche me fijé en cómo, a pesar de que supongo que la mayoría del público no sabemos italiano, las canciones transmiten sensaciones parecidas a todos aunque no las entendamos. La gente estaba exaltada con aquellas que son más alegres y moviditas, y más “comedida” y relajada con aquellas más “lentas”. Esa es la magia de la música, comunicar sin palabras.
Otra cosa que también me llamó la atención es que constaté cómo la trompeta se convierte en el hilo conductor de la mayoría de las canciones, tiene un gran protagonismo y una gran fuerza, convirtiéndose en uno de los pilares de la banda.
Talco nos regaló himnos como “Dalla Pallida Miró”. “Danza dell'Autunno Rosa”, “St. Pauli”, “Silent town”, “La mano de dios”, “La mia citta”, “El sombra”, “Bella ciao”, “La Carovana”o “Tarantella dell'ultimo bandito”.
Con esta banda no puedo ser objetiva, me han gustado desde que les conocí y cada vez me enganchan más. Dieron un concierto sublime porque simple y llanamente son espectaculares. ¡¡Espero que volvamos a coincidir pronto!!.
El final de la actuación sobresaliente de Talco y de un festival que quedará para siempre en la memoria, lo puso Raffaela Carrá con su “Tanti Auguri (Hay que venir al sur)”. Y mientras sonaba de fondo la canción, Talco daban por finalizado su concierto y el VdB Rock 2016 llegaba a su fin.