La verdad es que el año pasado nos quedamos con bastantes ganas de ir a unos cuantos festivales, y parece que en este 2016 nos estamos resarciendo porque casi no libramos ni un solo fin de semana en todo el verano.
Como nos pillaba cerquita de casa y nos gustaba bastante el cartel (¡¡Vivan las bandas cántabras!!) nos apeteció acercarnos a Santelices (Burgos) a disfrutar de la 3ª edición del Festival Espeleo Rock. Este evento nace con la idea de ser una plataforma de lucha contra el Fracking, y por eso uno de sus organizadores, antes de la actuación de Envidia Kotxina, dio un emotivo discurso en el que nos instaba a desconectarnos de la televisión y dar un paso hacia la lectura, a la información y a la documentación.
Es evidente que cualquiera que sepa en qué consiste el Fracking expresará inmediatamente su más enérgica repulsa. Después de unas cuantas palabras sobre el Fracking y de un vídeo sobre lo que pretenden hacer en la zona de las merindades, nos quedó un poco más claro todo. Y vivimos esas últimas horas del festival con otro punto de vista, teniendo en mente que sería mucho mejor que el año que viene el evento tuviese otros motivos como telón de fondo, que ojalá el fracking en 2017 no es un peligro para este bonito pueblo burgalés. ¡¡Ojalá que sea así en un futuro!!.¡Fracking no, ni allí ni en ningún sitio!.
Santelices es un pueblo espectacular, francamente bonito y nos conquistó en cuanto nos bajamos del coche y recorrimos sus calles. Es uno de esos benditos lugares en los que parece que se ha detenido el tiempo, en donde el bar todavía tiene anexa una tienda de ultramarinos y en donde no hay supermercado (o al menos nosotros no lo encontramos).
Además, también nos encantó que hubiese paella solidaria y que se podían llevar alimentos no perecederos. Últimamente nos fijamos especialmente en esa sinergia que se establece entre las personas, porque nos parece un modo de vivir, a parte de algo que también dice mucho de las personas que actúan así, y que promueven este tipo de iniciativas. Esa misma sinergia se notaba en el hecho de que en el Espeleo Rock estaban los organizadores de otros festivales de la zona. No sé si en otros lugares se verá eso a menudo, en Cantabria desde luego que no, y es algo envidiable. Seguro que algún día podríamos llegar a algo parecido si nos apetece, porque lo tenemos en nuestra mano, si queremos sabemos y podemos ayudarnos y apoyarnos. Como suelen decir, querer es poder.
Ambiente. Texto: María G. Guerrero
No os podemos ofrecer ningún documento, ni gráfico ni visual, sobre la jornada del viernes, en la que actuaban Los del Humo, Banda Magnética y había una Jam Sesión. Tuvieron varios problemas con el generador y no había sonido, motivo por el cual se retrasó todo y luego hubo otro parón cuando después de arreglarlo se volvió a estropear de nuevo. Por eso, nosotros cuando al principio de la noche pasó un tiempo bastante prudencial y todavía no había empezado a sonar el “ruido” nos marchamos a descansar. Lo que sí quería comentar es que a la organización le honra, y mucho, el hecho de que no tiraron la toalla y continuaron con lo programado, aunque con bastante retraso. Podían haberse marchado a casa y no arrancar el viernes y decidieron luchar contra viento y marea, y eso dice mucho de ellos.
Otra cosa que no me gustó mucho es que había muy poquita gente en esta edición del Espeleo Rock, poquitas personas para lo que podía haber dado de sí, deberían haber asistido el doble por lo menos. Esto me lleva a plantearme la pregunta de si sería necesario que todas las personas que estaban allí, y que organizan varios eventos, unan fuerzas de forma conjunta en un terreno neutral, o no sé qué solución se podría dar a esto. Pero sí que veo mucha oferta y demasiada saturación cultural para tan poca demanda. Y es una pena porque soy consciente de todo el esfuerzo que lleva detrás. Para mí, encantada, porque ves a bandas que te gustan sin agobios ni “estreses”, pero no me parece “justo” para las personas que llevan tanto tiempo preparando el evento.
Además, el sábado había un pasacalles matutino, en el que transportaban por el pueblo una escultura antifracking, muy simbólica y representativa, con niños y adultos disfrazados. Luego, en el festival, dieron premios a los disfraces más llamativos. Y también nos gustó mucho el photocall que había a la entrada del recinto, en el que se podían hacer instantáneas con varios carteles muy imaginativos y divertidos.
Por lo demás, nos sentimos como en casa, nos trataron mejor que bien. Nos encantó la paella, la comida, la bebida y estuvimos bien hidratados durante todo el festival. ¡¡No nos podemos quejar ni lo más mínimo!!. ¡Gracias!.
¡Vamos a empezar con la música!.
Ambiente. Texto: María G. Guerrero
Comenzaron los conciertos bajo un sol de justicia, menos mal que había un poco de sombra en la parte derecha del recinto gracias unos árboles que nos salvaron la vida, pero los que realmente lo pasaron mal eran los músicos, dentro del escenario la temperatura subía y no corría ni una gota de aire.
Los primeros sufridores de la tarde fueron The Antifracking Band, que tienen los mismos ideales y objetivos que la organización del festival que no es otro que la lucha contra el fraking, se trata de un grupo de versiones, pero protestones, las canciones seleccionadas para su set list son reivindicativas y necesarias a la vez.
Temas de grupos internacionales como The Ramones (con letra de aquí, en nuestro idioma) o los Sex Pistols, como nacionales donde no podía faltar uno de La Polla Records como es “Delincuencia”, el mítico “Me gusta ser una Zorra” de Las Vulpess o “Es un Crimen” de Eskorbuto, no sin antes dedicar unas palabras a la clase política del país, especialmente al PP, pero el cantante se quedó corto y antes de continuar dijo: “mejor me guardo las palabras para cuando haya más gente”.
Sufrieron el primer corte de corriente del sábado que se solucionó rápidamente teniendo que volver a tocar el tema que estaban interpretando desde el principio, también se acordaron de otros personajes de nuestro país como Urgandarín, imaginaros cuales fueron sus palabras.
Y entre tanta versión, un tema propio, como ellos dicen, el himno del Fraking No, una canción aún sin nombre, pero con un mensaje impactante.
Empezamos bien el festival, dando caña a todo el que se lo merece, lo malo la poca gente, el sol estaba ganando la partida y todo el mundo, o estaba escondido o resguardándose del calor.
The Antifracking Band. Texto: Jorge Palacios
Menos Lobos llegaron a Santelices para darnos una buena lección de Rock & Roll a todos los allí presentes. Demostraron lo que vale un peine y lo que valen ellos, que valen mucho más de lo que pesan todos juntos. Vimos a una banda contundente, compacta y que dejó una clara huella en el público. La verdad es que vencieron y convencieron, a mí cada vez me gustan más.
Fue una pena que se acercaran pocas personas a verles y es que entre la hora tan temprana de su actuación y que el calor era más que sofocante, la cosa estaba complicada. Pero bueno, creo que sí que se puede afirmar sin temor a equivocarse, que las personas que disfrutaron de su actuación se llevaron una impresión más que buena de ellos. Nunca se sabe quién te puede estar viendo y Menos Lobos se dejaron la piel sobre el escenario como si hubiese 1000 personas. ¡Así se hacen las cosas!. Nos encanta su actitud, ya sabemos que aptitud tienen, pero personalmente estoy completamente convencida de que la primera cualidad mencionada, la actitud, a veces es tan importante o más que la segunda, la aptitud.
Dentro de su actuación no pudieron faltar una buena muestra de los temas que contienen los dos discos que han publicado hasta la fecha: “Salvaje” y “La suerte está echada”. Así que nos pudimos deleitar con canciones como “La fiesta”, que no la suelen tocar mucho en directo, “Sin retorno”, “No fracking” o “Todo irá bien”. Su particular versión de “Cadillac solitario” de Loquillo también estuvo presente, y digo particular porque la adaptan magistralmente, haciéndola suya, y no “copiándola”.
¡Ay estos Menos Lobos!. Al final nos van a acabar devorando como el lobo a caperucita. ¡¡Ñam, ñam!!.
Menos Lobos. Texto: María G. Guerrero
The Birras fueron otra de las bandas que venían de Cantabria y ellos también supieron dejar el pabellón muy alto, animando de forma excelente a todo el público con su música festiva y altamente bailable. Nadie fue capaz de resistirse a los encantos de este grupo, que lograron que la gente que estaba en el recinto no parara de bailar. Yo creo que hasta incluso nos contagiaron su alegría interior.
La verdad es que era genial ver cómo las personas se mecían al ritmo que marcaban The Birras, gente que tal vez no les había escuchado hasta la fecha, pero que supo apreciar lo mágico del momento y sucumbieron inmediatamente a las melodías de los cántabros. Es todo un honor contar en la tierruca con un grupo como ellos, con tantos años de trayectoria y con una dilatada experiencia.
Aquella tarde-noche nos dejaron canciones como “El Varuko”, que para el que no lo sepa es un bar mítico y genial de Vioño de Piélagos (Cantabria), “Seguimos igual”, “Recuerdos” o “Embolillao”.
Que nadie dude en llamar a The Birras para las mejores fiestas porque la diversión está asegurada.
The Birras. Texto: María G. Guerrero
Últimamente los festivales, por lo menos a los que hemos ido durante los últimos meses, están incluyendo en sus carteles al menos una banda de hardcore, un estilo que cuenta con numerosos eventos propios del género, pero a veces desechado por otro tipo de festivales. En el Beltane Fest nos encontramos con los cántabros A.R.D.E.N., en el Dolmen Music Fest de Villarcayo con los barceloneses Bellako, y en el Espeleo Rock con Barbakore, de Ortuella, Bizkaia.
Con apenas dos años de vida y un Ep compuesto por cinco canciones bajo el nombre de “Más Hardcore, Menos Folklore”, han conseguido dar un buen puñado de bolos, y lo mejor, salir de su rango de acción actuando en festivales como este o semanas antes en el Jabalí Rock de Silió (Cantabria), y pronto visitarán Salamanca y Zaragoza. Todos sabemos que conseguir conciertos a veces es una tarea costosa y llena de dificultad, pero que un grupo con apenas dos años de vida se le tenga en cuenta para este tipo de eventos, dice mucho de ellos.
No es que hagan un hardcore distinto, pero comparado a otras bandas, a Barbakore se les entiende, no es una voz gutural digna del estilo, o voz tosca, es ruda pero como bien comentamos, se les entiende, aparte tienen unos temas que realmente gustan y se te quedan a la primera.
Con temas como “Petrorror” o “Pan Duro”, empezaron las hostilidades mientras el atardecer se es echaba encima, cosa que se agradecía después de pasar muchísimo calor viendo a las tres primeras bandas, pero la temperatura no bajó en absoluto, es más, su cantante a la primera de cambio se quitó la camiseta.
Aparecieron casi todos los temas de su Ep, entre ellas “Barbakore” dentro del último bloque de canciones y que cuenta con el primer videoclip oficial de la banda que os invitamos a ver para que conozcáis de primera mano sus locuras y sobre todo su buen hacer.
Las versiones no faltaron, seguramente más de una pero sólo identificamos el “100%” de Madball, y según vemos por diversas redes sociales es un tema recurrente de la banda.
Fueron todo un descubrimiento, llegaron a Santelices, transmitieron un mensaje y salieron victoriosos.
Barbakore. Texto: Jorge Palacios
Porco Bravo es un grupo que sinceramente nunca me habían llamado demasiado la atención, tampoco me voy a andar chiquitas ni endulzar la realidad, sin embargo, en el Espeleo Rock 2016 me sorprendieron gratamente. ¿Y por qué nunca me habían fascinado?. Pues porque simple y llanamente no me gusta el espectáculo que hacen, a parte del musical, y el estar pendiente de esas cosas me hacía no fijarme en la música.
No me gusta nada que una persona se grape en el pecho un set list y luego le prenda fuego y no me gusta que se meta una bengala por el ano. Que salte al público en una tabla de surf y que salgan fuegos artificiales de los mástiles de las guitarras me atrae bastante más, cosas que también hacen. Claro que aquí está el quid de la cuestión, hasta dónde llega el buen gusto y dónde se cruza la línea de lo ofensivo, yo lo tengo muy claro, pero tal vez sea una “remilgada tiquismiquis”. Pero sobretodo quería dejar claro el porqué de mi poca predilección, creo que ciertas cosas no son necesarias, y menos cuando están completamente guionizadas y no son espontáneas.
Después de lo anteriormente comentado, diré que al escuchar la música detenidamente me gustaron bastante, y es clara la proyección y el hecho de que pueden llegar bastante lejos si se lo proponen. Me atrajeron con su hard rock y con sus maneras rudas, contundentes, con sus guitarras afiladas y con su saber estar sobre el escenario. No necesito nada más, porque si hiciese falta algo más, tal vez sería porque la banda no es suficientemente buena.
Kapi, les acompañó esa noche a la guitarra, sustituyendo a Pulpo, y así lo hará durante todo el mes de julio. Y supongo que igual Porco Bravo se dieron cuenta de algún que otro traspiés, pero debajo del escenario todo fue más que correcto.
La Piara estuvo muy presente con canciones como “Lo intento”, “Brindaremos juntos”, “Mienten” o el tema homónimo al disco.
Podemos asegurar que fue un gran concierto de Porco Bravo. ¡¡Enhorabuena!!.
Porco Bravo. Texto: María G. Guerrero
Envidia Kotxina dieron un concierto sublime, un espectáculo a la altura de las circunstancias que todos esperábamos. Yo he tenido el placer de verles muy poquitas veces en directo, la última ocasión fue el año pasado en el Tresparock, pero a pesar de la poca capacidad de comparar entre muchos bolos, una es completamente consciente de la potencia, de la caña y de la rotundidad que exhiben los madrileños.
En cuanto se subieron a las tablas del escenario del Espeleo Rock ya se montó un buen revuelo, la gente tenía ganas de juerga y ellos estaban allí para complacer, y así lo hicieron, cumplieron y con creces. Incluso desde el momento en el que estaban probando sonido con el tema “Con y contra quien” ya tenían al público expectante y coreando la canción, aún cuando avisaron de que era una prueba.
Personalmente me gusta muchísimo esa actitud que les salía por todos y cada uno de los poros, que se notaba a simple vista y que inundaba todo el ambiente. Aunque yo les miraba perpleja, con esa seriedad del que observa algo que tal vez no pueda volver a ver, pero Envidia Kotxina parece que se toman los conciertos como una fiesta, al fin y al cabo probablemente esa mezcla de energía y rotundidad sea la que les ha mantenido en la brecha tantos años. Eso quedo claro, además de su espíritu inconformista pero que aporta ideas, soluciones, ganas de cambiar las cosas, consignas que forman parte de su música y también de su manera de expresarse en un escenario. Es como si dijeran con el concierto: ¡¡Sí, sí, nos vamos, pero con las botas puestas!!. ¡Os vais a enterar!.
Y nos enteramos a base de bien, mientras todos nos dejaban con los ojos como platos y Ángel apoyaba la causa llevando puesta una camiseta contra el Fracking. “Se venden guerras”, “Alimañas”, “Deskiziao”, “En el país de Alicia” (con la colaboración del cantante de Tókame La Polla”) o “Por lo visto”, entre otras muchas, llenaron la noche burgalesa de una magia digna del más digno escapista.
Como se suele decir, es de bien nacidos ser agradecidos, y la banda madrileña quiso recordar a personas del BaituRock y del TrespaRock, que estaban entre el público y que en su momento les dieron la oportunidad de tocar en sus festivales.
Otro momento emotivo fue cuando Bruno, su mánager y también músico, subió a cantar con ellos la genial versión de “Polka Miseria” de King Putreak.
Nos marchamos un poco antes de que Envidia Kotxina acabase de destrozar todo como un huracán, pero aunque el cansancio nos pudo, era una gozada escucharles por todo el pueblo en el camino de vuelta a nuestras confortables camas.