Aunque no nos íbamos a quedar a disfrutar de los conciertos del Festival Borleña de este año, sí que decidimos pasar a darnos una vuelta a media tarde para empaparnos un poco del ambiente y de este precioso pueblo cántabro. En esta edición del 2016, en su 15º Aniversario, tenían un cartel muy potente, con Marcos Bárcena, Clann, The Fatty Farmers y Vallarna. Y desde las 11:00 de la mañana había diferentes actividades, como por ejemplo el Taller Canino y la Rumiría.
 
Todo ello enmarcado en un paraje espectacular, con entrada gratuita y zona de acampada, hamburguesas vegetarianas, precios populares… Además, la organización del festival apuesta por la autogestión, contando con establecimientos colaboradores para financiarse, además de aprovechar otros medios como venta de camisetas y pañuelos del evento. Y realizan papeletas para participar en diferentes sorteos muy suculentos y apetecibles.
 
Sinceramente, me encanta esa manera de sacarse las castañas del fuego, de empoderarse y de luchar por sacar este festival adelante, edición tras edición, así hasta 15, así hasta ese pasado 13 de agosto. ¡¡Y lo que queda!!.
 
Nos dimos una vuelta por el recinto mientras llegaban los primeros curiosos y otros muchos ya habían montado sus tiendas y charlaban animosamente en la zona de acampada. Y nos encantó el mercadillo artesanal con diferentes puestos de comida, bebida, ropa y artesanía, entre otras muchas cosas. No pudimos evitar llevarnos una botella de hidromiel, para agasajar a nuestras visitas, y un queso, que no creo que dure demasiado.
 

También nos pareció muy curioso que la organización del Festival de Borleña ha hecho unas etiquetas conmemorativas del mismo, decorando las botellas producidas por La Cervezuca (cerveza artesanal cántabra) para ofrecer algo distinto en el evento. Por supuesto, después de bebernos una cerveza muy rica, nos llevamos una botella de recuerdo para tener en el hogar. ¡¡Cosas como esa no se ven todos los días!!.
 
Llegamos mientras probaban los grupos, mientras se montaba la plancha para preparar ricas viandas a la noche, o cuando el hambre apretase, con la barra ya en funcionamiento... Y nos fuimos con una impresión muy buena.
 
Sólo deseamos que el pueblo de Borleña y sus gentes sepan valorar la contribución que hace la organización del Festival a propagar la cultura y a ennoblecer un lugar tan mágico como éste.
 
¡¡Nos vemos en el 2017!!.