Otro caluroso amanecer, ruta hacia las piscinas naturales a disfrutar del ambiente de chiringuito, descanso y alimentación, y de vuelta al recinto para no perdernos nada de lo que este fantástico sábado nos iba a ofrecer.
De nuevo en las puertas de acceso retraso (que raro). Más de 30 minutos esperando hasta que el equipo de seguridad nos anuncio, megafono en mano, una mala noticia: "hoy es el último dia". Todo tiene su fin, y tras tres días de festival acampando el final llega a ser un amargo pero deseado consuelo.
Con apenas público, y el astro supremo derritiendo nuestros cerebros, Fausto Taranto dio comienzo a una jornada muy andaluza. Gran descubrimiento donde se siente la esencia Hora Zulú de la mano de Paco Luque, pero que suena más cercano a Omega, dulce adicción a la que seguro nos engancharemos en próximos eventos. Flamenco fusión con toques rock y metal, coros femeninos que engrandecen el arte, guitarra flamenca, y un cantante con aires de Camarón moderno, que vino a romperse el cuello y la camisa. Con apenas 45 minutos nos demostraron que han conseguido elaborar composiciones muy sólidas que sumergen al escuchante en una atmósfera propia del albaicín granaino. Quizás no sea un estilo y una puesta en escena para formato festival, y menos a primera horas, pero lo defendieron con mucho duende. Recomendables para todos los públicos que sepan apreciar la pequeñas esencias. Deseando gozarlos en sala... o tablao flamenco.
En anteriores capítulos dimos cuenta de aquellas cosas buenas y otras a mejorar del festi. Aún nos quedan cositas por remarcar, y no podíamos olvidarnos de una de lo mejor que ha tenido el festi: Todos sus currantes y currantas, que nos trataron genial en la barra y en la caseta de los tickets. Se notaba que ellos y ellas también se lo pasaron genial. Y la gente que monta puestos de ropa, comida, o abalorios, a la que esperamos reencontrar, ya que son como parte de la familia festivalera.
Fausto Taranto
Si en el anterior concierto éramos "cuatro gatos", al inicio de Ciclonautas éramos seis, y un pokemon (pikachu para ser más exactos). Poco a poco las hordas festivaleras iban haciendo presencia en el recinto, y es que a última hora en el escenario de las piscinas actuaba Limando, muy esperado por el público juvenil.
La formación de Mai, Txo y Alén nos dieron cuenta de los temas de sus dos discos en un concierto de buen sonido y ejecución, pero quizás algo aburrido por lo estático de los componentes. Sin lugar a dudas la banda demuestra la calidad que atesoran, y de lo que han sido capaces en poco más de tres años desde su formación, viejos rockeros que nunca mueren.
Ciclonautas
Y de un rock más refinado a otro más juvenil y gamberro, Gritando en Silencio. Los sevillanos se vieron más que arropados por el público que empezaban a llegar de las piscinas. Buen directo, aún de día, con mucha actitud rockera, y bastante solos de guitarra (puede que alguno de más). Te dejas llevar un poco, te sumerges en los continuos riffs, y no puedes evitar que tus caderas se muevan, porque cuando te quieres dar cuenta estás dentro de la fiesta, y deseas que dure lo máximo posible. Estos chicos me recuerdan mucho a Platero y Tu, ¿acabarán igual?.
A mejorar: El parking. Existía un parking oficial, el cual encontramos el último día. Hasta el momento el parking cercano al camping era el campo abierto, lo que se convirtió en un auténtico kaos. Y al lado del recinto no se podía aparcar... teóricamente.
Gritando en Silencio
Todo fluía a la perfección, nuestras venas pedian mas rokanrol, pero no es lo que tocaba, siguiente a escena Green Valley y su reggae. No criticaré a la banda, que trajo muy buen rollo con sus temas, amor, amistad, y sonrisas.
De hecho dieron un gran concierto, moviendo constantemente al público parriba y pabajo, demostrando que un concierto de reggae puedes quemar más calorías que en una sesión de crossfit. Curiosidades de la vida, era el cumpleaños de Ander, y no faltó un improvisado "cumpleaños feliz" de las horadas festivaleras. Pese a todo sufrimos lo que el Dr. Cuerdasdeacero define como un bajonazo anímico por falta de guitarras afiladas y bajos contundentes. No era tarde para reggae ni dancehall.
Green Valley
La tarde empezaba a ser un poco soporífera, y el siguiente plato del día era Juanito Makandé, quien con su flamenco underground no levantó la fiesta, pero sí que nos ofreció un bello concierto, para escuchar sentadito o meciéndose como las olas gaditanas. Batería, percusión, vientos, y varias guitarras, todos ellos sentados. Primera vez que veía a Juanito, calidad y arrojo. Muy tierno y profundo, pero seguíamos necesitando caña.
Juanito Makandé
Se notaba menos afluencia de público que los dos anteriores días, y los que quedábamos no podíamos ser impuntuales a Hora Zulu. Ahora sí que nos rompimos el cuello. De nuevo el sur, de nuevo flamenco, pero cuando a la mezcla le echas rap y metal el resultado es una descarga de adrenalina intensa en poco más de una hora. Los granainos que no se prodigan mucho en su vuelta a los conciertos, tras hacer un parón hace unos años, se divierten y gozan viendo como sus temas siguen calando en las nuevas generaciones. Son únicos e irrepetibles. A todo ello súmenle colaboración del Maestro Sho-Hai en "Luego querrán". Lo mejorcito de la jornada. Ahora sí que nos quedamos agusto.
Me gusto: La camaradería y buen rollo que existía entre las hordas festivaleras, siempre prestando la ayuda necesaria al prójimo, camaradería y respeto.
Hora Zulú
Los británicos Skindred se están labrando una buena fama en nuestro país, siendo habituales cada año por los festivales veraniegos. Para quien no los conozcan su estilo es cosa chunga: Metal con raggamuffin, toques jungle, punk, hip-hop, etc.. vamos si fueran andaluces diríamos que son el resultado de mezclar un gazpacho y un salmorejo, todo cosas ricas. Mucha expectación como banda internacional de cabeza de cartel. Puesta en escena de calidad, saben dar espectáculo, y ese frontman hipnotiza con sus gafas estrambóticas llevándose al respetable de calle. Enérgicos y contundentes, aunque un poco desconocidos por nuestras tierras en según qué tipo de festis, sus éxitos "nobody", "kill the power" o "rat race" son bien acogidos.
Skindred
Andalucia's back, esta vez representado por otra fusión de flamenco, rock, rumba, y mucho jaleo: El Canijo de Jerez. Con las piernas doloridas aun nos dimos unos bailoteos en el guateque que el Canijo nos ofreció. Temas muy divertidos, interacción con los asistentes, buenrollismo a raudales. Divertido, muy divertido.
A mejorar: El camping del festi resulta muy duro por las altas temperaturas y la sombra insuficiente. El último día el check out era a las 12. Aunque no se podía dormir, el ritmo de desalojo era lento, a alguno le pilló el toro seguro.
El Canijo de Jerez
Esto se va acabando, y no podría faltar la dosis de hip-hop, esta vez a cargo de los sevillanos SFDK, que consiguieron meritoriamente retener a parte de la horda festivalera, las cuales ya enfilaban camino a sus lugares de reposo. Zatu a la voz, Acción Sánchez a los platos, y un tercer rapero de escudero del Mc (Nota del cronista: no se quien era, porque no me muevo en el mundo del hip-hop, y tampoco aparece en wikipedia, uno no lo puede saber todo ;)). Entretuvieron y agradaron mucho con sus versos y humor. De nuevo espectaculo de luces, y es que la disposición del escenario izquierdo del festi daba mucho juego a todas aquellas bandas de hip-hop o electrónica. Y seas o no aficionado al rap, mereció la pena disfrutar de estos chicos para acabar el festi.
Ambiente
Tras ello se produjo el éxodo máximo, de la mayoría que aún quedábamos vivos, mientras salían a escena Virus Syndicate, a los cuales ya habíamos visto el día anterior colaborando con los Foreign Beggars. Llámalo rap electronico en ingles, llámalo sustituto de rave. Los valientes aún tenían energía que quemar, nosotros teníamos ganas de soñar. Chin pon.