Nuestra jornada del jueves 11 en el Leyendas del Rock arrancó bien pronto, a eso de las nueve de la mañana ya estábamos en pie. El sol nos dio un respiro a lo largo del día pero el calor en la tienda de campaña se hacía insoportable desde primera hora. Por lo que tras desayunar nos decidimos por ir a la piscina y pegarnos un refrescante chapuzón.
La organización puso a la venta un abono de piscina para los tres días de festival por 17´60€ y el público un año más respondió a la oferta agotando los abonos semanas atrás. Las piscinas qua abrían de 10:30h a 20:00h. disponían de duchas, wc´s y taquillas, contaron con gran afluencia de público pero en ningún momento se formaron grandes aglomeraciones.
Ambiente. Texto: Borja Triviño
Tras el baño tocaba reponer fuerzas con una comida en la zona de acampada para después hacer frente a una larga jornada de conciertos que comenzó a las 16:30h. con la presencia de D-A-D sobre el escenario Azuzena.
El hard rock y el heavy metal de los de Copenhague pocas veces se ha dejado ver por nuestro país, por lo que pese a la hora fueron muchos los que no se quisieron perder la actuación de este veterano cuarteto. D-A-D cuentan con una trayectoria de 32 años y son considerados uno de los grupos con más renombre de Dinamarca a nivel internacional.
Durante sus cincuenta minutos de directo interpretaron canciones como "Overmuch", "Girl Nation" o "Sleeping my day away" y sedujeron a los presentes con un llamativo vestuario, mucho movimientos sobre las tablas y altas dosis de un convincente y eficaz hard rock.
D-A-D. Texto: Borja Triviño
Acto seguido cambio de escenario para disfrutar con la propuesta power metal de Dragonforce, banda afincada en Inglaterra pero que cuenta en sus filas con músicos originarios de China, Inglaterra, Italia, Francia y Ucrania.
Sobre el escenario "De la Rosa" el sexteto descargó ocho cortes con los que el público vibró y disfrutó. En esta ocasión Alessio Garavello se encargó de sustituir de manera notoria al vocalista de la banda Marc Hudson y los temas "My spirit will go on", "Operation ground and pound" o "Trough the fire and flames", con el que pusieron fin a sus cincuenta minutos de actuación, cautivaron al personal.
Ambiente. Texto: Borja Triviño
Los fineses Korplikaani brindaron a los espectadores del Leyendas del Rock una gran actuación, de las mejores de la jornada del jueves. Con su atrayente folk metal hicieron moverse al gentío y desde la interpretación de "A man with a plan" el primero de los cortes que cayeron, ya tenían al público en su bolsillo.
La viveza con la que los músicos se mostraron sobre las tablas y el sonido de gaitas y violines hicieron que los presentes se volcasen con la banda desde el arranque del show. El sexteto interpretó quince temas y aprovechó para presentar cortes de "Noita", su última referencia discográfica como "Lempo" o "Sathi".
Las festivas "Vodka" y "Beer Beer", con las que engancharon a los que les veían por primera vez, no podían faltar en el repertorio y con ellas cerraron su concierto y dieron paso a sus compatriotas Stratovarius.
Korplikaani. Texto: Borja Triviño
Los también fineses Stratovarius tiraron de clásicos en su paso por el Leyendas del Rock y eso les ayudó, pese a los problemas de sonido con los que contaron durante su paso por el escenario "De la Rosa", para que su actuación contase con la aprobación de la exigente parroquia.
Su power metal melódico sigue cautivando a las masas y la banda formada en 1984 hizo vibrar a los suyos con "Eagleheart", "Phoenix", "Black diamond" , que estuvo precedida por un solo de teclados de Jens Johansson y los himnos "Unbreakable" y "Hunting high and low".
Stratovarius. Texto: Borja Triviño
Lo tenían complicado los chicos de Celtibeerian, puesto que debían competir con los todopoderosos Stratovarius. No obstante consiguieron un aforo bastante espectacular, llegando a llenar prácticamente el recinto del Mark Reale.
A eso de las 19:20 horas salían a escena con toda la parafernalia habitual, compuesta de vestuario, atrezzo en el escenario, banderola gigante de fondo, etc. David Sánchez “Dagda” daba las gracias a los asistentes y rápidamente comenzó la descarga de folk-metal con el corte “Keltorevolution”. Buen sonido muy bien compactado, solo enturbiado quizás por el sol de cara, que hacía la vida un poco complicada a las primeras filas.
No era un escenario nuevo para los de Ciudad Real, que ya han pisado las tablas del Leyendas del Rock con anterioridad. La novedad este año es el nuevo disco que traen sobre el brazo, ese espectacular “From soil to soul”, del que cayeron unos cuantos cortes.
El público se entregó a fondo en la hora escasa de concierto, que acabó con foto para las redes sociales y ovación cerrada. Parece que esta joven banda se abre paso a puñetazos, en el panorama del folk-metal nacional. Pero desde luego, si siguen haciendo estos directos, no sería inmerecido.
Celtibeerian. Texto: Jon Rivas
Otros veteranos que pasaron por el festival fueron Uriah Heep, los de Londres dieron sus primeros pasos en 1969 y pronto se convirtieron en uno de los grupos más populares de la década de los 70.
Sobre el escenario "Azuzena" y mientras Phil Lanzon hacia sonar el teclado, fueron haciendo aparición uno a uno Mick Box, Phil Lanzon, Bernie Shaw, Russell Gilbrook y Dave Rimmer dispuestos a ofrecer todo una lección de hard rock con tintes progresivos. Y así fue, los cinco experimentados músicos no reservaron fuerzas y ofrecieron un concierto notable en el que no faltaron los clásicos "Gypsy", "Stealin" o "Easy Livin".
Las piezas de "Outsider", su último LP, también fueron protagonistas y entre otras cayeron "The outsider", "One Minute" y "The law". Todas ellas fueron interpretadas con clase y delicadeza sobre un escenario en el que el vocalista no paraba de moverse buscando la respuesta de unos espectadores que no pararon de bailar bajo el escenario.
Uriah Heep. Texto: Borja Triviño
Al ritmo del temazo “Eyes of a Panther” comenzaban el show los americanos más irreverentes de todo el heavy metal actual. Lo de esta banda es para estudiar a parte: Musicalmente, a mi me parecen un jodido diez; Desde las espectaculares líneas vocales hasta la base rítmica, pasando por los mástiles, todo suena empastado y como debe sonar. Sin embargo no deja de ser una banda a caballo entre la parodia del glam más casposo de los años 70 y el absurdo tinte sexual-machista con el que empapan todas sus composiciones.
Lo hacen hasta fácil, siempre sonriendo, o peinándose las pelucas, o haciendo gestos hacia el público, de cualquier tipo y tono. Y he de reconocer que entretienen, divierten y que es un gran espectáculo audiovisual. No obstante, y pese a declararme un gran seguidor del Glam, los Steel Panther parecen estar todo el rato completamente fuera de época, sin ningún tipo de evolución, anclados de manera perpetua en el pasado, tanto musical como cultural. Un “Terminator” venido de los años 70, que ni siquiera se ha cambiado las mallas en color cebra.
A mi que suban al escenario a un grupo de 20 tías a despelotarse y bailar no me molesta, la verdad. Cada cual es libre de hacer (y enseñar) lo que le dé la gana. O de no mirar en su defecto. No obstante, que todo, absolutamente todo, gire en torno a “coños, coños” (Que es la única palabra que aprendieron en castellano, por lo visto), me crea la sensación de que, o bien es todo un teatro, o bien no tienen talento suficiente para ir un paso más allá, musical y conceptualmente hablando.
Sea como fuere, les reconozco el mérito de llenar el escenario De la Rosa con Glam metal de calidad, como únicos representantes en todo el festival. Gozaron de gran afluencia de público que pudo disfrutar de los siguientes cortes:
Eyes of a Panther
Tomorrow Night
Fat Girl (Thar She Blows)
Party Like Tomorrow Is the End of the World
Asian Hooker
Turn Out the Lights
Guitar Solo
Ten Strikes You're Out
Girl From Oklahoma 17 Girls in a Row
Gloryhole
Community Property
Party All Day (Fuck All Night)
Death to All but Metal
Steel Panther. Texto: Jon Rivas
Tomaré prestada una anónima afirmación escuchada en el propio concierto, a alguien del público que debía estar cercano a mí: “Este cabrón sigue siendo el mejor”. Y es que es un gran resumen de lo acontecido en el show de Leo Jiménez, que aunque breve y una vez más a horas intempestivas, volvió a conseguir que miles de personas moviéramos las cabezas al ritmo de sus temas más conocidos.
Hubo tiempo para repasar grandes himnos de su carrera en solitario como “Volar”, “Desde Niño”, o “Misantropía”. No obstante lo que allí importaba era presentar algunos cortes de su último trallazo, el denominado “La fábrica del contraste”. “Con razón o sin razón” o “Hambre” fueron algunos de los elegidos. Nada de baladas, parece que salió con ganas de reventar Villena y no había ni un minuto que perder.
Para la parte final dos sorpresitas, que repasan su carrera en anteriores grupos. Como representación de Saratoga, la incombustible “Resurrección”, y para poner la guinda, la versión de “Hijo de la luna” que compuso en Stravaganzza. Ambas sonaron como dos cañonazos, pero a un servidor le sigue impresionando especialmente la primera, tanto como hace quince años.
En definitiva, Leo Jiménez es un artista siempre criticado por su valor, que a pesar de no disponer del mejor de los horarios en el Leyendas del Rock, volvió un año más a demostrar por qué no es necesario traer a un “guiri” para escuchar heavy metal de primer nivel. Por lo menos tuvo la suerte de tocar en un escenario más grande que el Mark Reale, que es a lo que normalmente se ven relegados los grupos nacionales del estilo.
Y con permiso del gran José Cano, sigue siendo uno de los mejores vocalistas del metal nacional. ¿No estaría bien ver a ambos en una pequeña “batalla” vocal?
Ambiente. Texto: Jon Rivas
No entiendo como a una banda del nivel de Hamlet, que genera semejante afluencia y expectación, se le relega a cerrar una jornada de un festival que acaba tan jodidamente tarde. Y más teniendo en cuenta que los vocalistas como Molly deben cuidarse muy mucho de lo que hacen con sus cuerdas vocales según a qué horas.
Sea como fuere, Hamlet salió a por las dos orejas, si se me permite el símil. No hubo tregua; ni dios se fue a dormir. Allí quedamos un par de miles de valientes, así a ojo, deleitándonos de la potencia que esta banda es capaz de esgrimir en el escenario.
Si de algo estoy seguro es de que la banda está en su mejor estado de forma, y eso es mucho decir con casi 30 años de recorrido a las espaldas. Han superado baches pero aquí siguen, y con más ganas que nunca. Si no, que se lo cuenten a los afortunados asistentes de las primeras filas, que pudieron ver a Molly cantándoles prácticamente a la oreja: El vocalista madrileño se recorrió buena parte de las primeras filas, casi ignorando su propia integridad física, sin mostrar un ápice de falta de aliento. Grandísimo espectáculo, muy de agradecer y muy aplaudido por el respetable, que reconoció de esta manera el esfuerzo. Eso sí, a los fotógrafos nos hizo sacar toda nuestra creatividad para intentar sacar alguna instantánea “decente”.
Un gran broche final para una jornada muy intensa, con un grupo que se está recorriendo media España presentando su última creación, “La Ira”. Ojala que les dure este momento tan dulce.