Otro día más en Villena y otra jornada que comenzaba con nuestro baño matutino en la piscina y una visita al pueblo para realizar alguna compra y conocer el pueblo. Villena se llenó de rock durante cuatro jornadas y la localidad acogió con los brazos abiertos a los visitantes. Varios bares habían preparado menús rockeros y en el recinto del festival se instaló un punto de información turística para que los visitantes aprovechasen al máxima su estancia en tierras alicantinas.
Nuestra jornada de conciertos del viernes 12 de agosto arrancó con los Albaceteños Centinela, que hacían su aparición en el escenario Mark Reale a las 17:00 horas. El principio del concierto no pudimos verlo, muy a nuestro pesar, debido a las interminables colas generadas en ciertas horas punta, en el acceso principal al recinto. No obstante esto no impidió que disfrutásemos como niños de una actuación potente y directa como pocas.
Y es que además de estar jugando prácticamente en casa, Centinela venían con su último discazo sobre el brazo, para mi uno de los mejores, por no decir el mejor, hasta la fecha. Se notó: La comunión entre público y músicos quedó patente en cada tema.
Se fueron sucediendo temas del mencionado álbum, “El lamento del diablo”, con otros que repasaron brevemente la dilatada carrera de la banda. La seguridad de José Cano y sus secuaces sobre las tablas abruma, así como la potencia con la que el vocalista clava, sin despeinarse, cada jodida nota que sale de sus poderosas cuerdas vocales.
Sin duda uno de los shows imprescindibles del día, y a pesar de ser muy breve, una de las mejores actuaciones de todo el festival. Rozando la perfección.
Centinela. Texto: Jon Rivas
Mientras Jon Rivas disfrutaba con Centinela Borja Triviño se encontraba viendo a los suecos Dark Tranquillity y esto es lo que nos cuenta de su actuación:
Los nórdicos convencieron a los asistentes con una actuación en la que los de Gotemburgo realizaron un acertado repaso a su discografía. Tiene que resultar complicadísimo preparar un repertorio cuando tan solo dispones de cincuenta minutos de show y en tus veintisiete años de carrera musical has publicado diez álbumes de estudio.
Pero lo dicho, Stanne, Jivarp, Sundin & Brändström arrasaron en Villena con un concierto en el que fueron mostrando tanto la cara más calmada de su death metal melódico como la más agresiva. Entre otras sus seguidores pudieron vibrar con "The lesser faith", "Therein", "Final resistance" o "Misery´s crown".
Dark Tranquility publicará el 4 de noviembre "Atoma", su próximo álbum por lo que es de esperar que la gira de presentación de la nueva obra les vuelva a acercar de nuevo a nuestro país.
Dark Tranquillity. Texto: Borja Triviño
Cambiábamos del escenario "Jesús de la Rosa" al "Azuzena" para descubrir a Skindred, banda venida desde Newport, en Gales y de la que nada conocíamos antes de verlos en la XI. Edición del Leyendas del Rock.
El quinteto de Gales inició su andadura musical en 1998, cuentan en su haber seis trabajos y a Villena llegaba para presentar las canciones de "Volume", su última referencia discográfica.
Skindred fusionan en sus temas heavy metal, hardcore punk, rock y reggae entre otros estilos, y su agitada puesta en escena pronto llamó la atención de unos asistentes que no dudaron en botar sin descanso con "Rat race", "Ninja", "Sound of the siren" o "Nobody". A mi personalmente me encandilaron con su incendiaria actuación y puedo decir que fueron junto a Eluveitie, de los que so hablaré más tarde, uno de los grandes descubrimientos de la jornada del viernes.
Skindred. Texto: Borja Triviño
Jon Rivas no había abandonado el escenario Mark Reale y nos cuenta como fue el directo de Leize:
A los vascos Leize no pudimos verles el show completo debido a otros compromisos, no obstante el inicio del mismo sirvió para darnos cuenta de que siguen teniendo la misma ilusión de hace años. Yo ya he perdido la cuenta de en cuántas ediciones de este festival han estado presentes en el cartel, pero al menos 4 o 5 por lo menos.
Con un volumen bastante elevado en comparación con anteriores bandas que habían actuado en el Mark Reale, Leize salto a las tablas con ganas de disfrutar. Sorprendente fue la asistencia, teniendo en cuenta los grupos que iban a sucederse en los grandes escenarios, que no restaron efectivos a las hordas pro-Leize.
Sonaron las típicas, “Muros”, “Buscando, Mirando”, "Volveré a salir” y unas cuantas más de su disco “Cuando te muerden”. Dieron lo que se esperaba de ellos, y el público se lo agradeció especialmente en cortes como “Devorando las calles”, en el cual la música cesó durante unos instantes para que el respetable reventara el recinto del Mark Reale a base de desgañitarse la garganta. Momentazo.
Leize. Texto: Jon Rivas
Que el abuelo UDO está en un momento dulce, es bien sabido. A sus 64 años y a pesar de que físicamente no parece cuidarse en exceso, vocalmente está insuperable. A principios de este año y cansado del eterno debate entre si es mejor U.D.O o Accept, el alemán decidió sacarse de la manga un nuevo invento: “Dirkschneider”. Esta banda es su manera de decirle al mundo que el que quiera escuchar canciones de Accept en directo con la voz original, tiene una última oportunidad.
Lo que empezó siendo una travesura de un puñado de shows, ha acabado explotándole en la cara y convirtiéndose en una extensa gira con “sold-outs” por todo el mundo. El Leyendas del Rock es buena muestra de ello, porque allí no cabía un alma cuando el ex-vocalista de Accept interpretaba impolutamente temas como el mítico “Starlight”, “Living for tonite” o “London Leatherboys”.
Ataviado con su habitual vestuario de camuflaje y rodeado de músicos de primera línea, Udo Dirkschneider se marcó un concierto que permanecerá en la memoria de los asistentes por siempre. Impecable y cercano al público, se le vio disfrutar. La historia de la música se escribe en Villena, y en letras mayúsculas.
Acabó la gesta con el archiconocido “Balls to the wall”, y con una ovación que casi tira abajo el escenario. Si no lo has visto todavía, ¡No te lo pierdas!
Dirkschneider. Texto: Jon Rivas
A los neerlandeses Heidevolk no pudimos verles mucho, ya que la cita con Dirkschneider se nos antojaba imperdible. No obstante nos dio tiempo a sacar algunas instantáneas y comprobar que a su propuesta de Viking metal no le faltaron seguidores, en un Mark Reale bastante abarrotado. Y eso a pesar de que todas sus letras están escritas en un idioma tan poco accesible como el holandés.
Entre el numeroso público asistente pudimos ver bastante caracterización, como cuernos y capas vikingas, que por supuesto todos los integrantes del grupo también portaban. Cierto es que me sorprendió bastante la contundencia y la solvencia con la que solventaron los temas iniciales, dando la impresión de ser una banda mucho más experimentada de lo que realmente son.
En las fotografías podréis comprobar una muestra de lo allí acontecido, entre mitología de dioses alemana, ritmos folk del norte de Europa y mucha parafernalia vikinga. Interesante propuesta que lamentablemente tuvimos que perdernos.
Heidevolk. Texto: Jon Rivas
Vuelta a los escenarios principales para presenciar el directo de los suizos Eluveitie, banda que ya había pasado por las edición 2012 y 2014 de Leyendas del Rock y que ese mismo día a las 12 del mediodía había ofrecido un set acústico en la Plaza Mayor de Villena.
Eluveitie se presentaba en está ocasión con varias caras nuevas, Michalina Malisz, Jonas Wolf y Alain Ackermann, se han incorporado en las últimas fechas a la banda pero sobre la tarima del "Azuzena" demostraron haberse integrado a la perfección al grupo.
El concierto de los de Winterthur vino cargado de folk metal y un ambiente festivo que llevó a que el público formase varios circle pits y que los bailes durante la actuación fuesen incesantes.
El sonido acompañó a Eluveitie, hay que reseñar que el sonido en los escenarios principales fue casi perfecto durante las cuatro jornadas de festival, y pudimos disfrutar de instrumentos como la zanfoña, la flauta o el violín.
Los temas de sus tres últimas entregas se llevaron el protagonismo dentro de un repertorio en el que no faltaron canciones como "The siege", "Sucellos", "Havoc" o la festiva "Inis mona".
Eluveitie. Texto: Borja Triviño
Avantasia cumplió de manera sobresaliente con la responsabilidad otorgada al cabeza de cartel de un festival como el Leyendas del Rock.
Con las limitaciones que esto conlleva, (tiempo y logística algo escasos) demostraron que esto no tiene por qué estar reñido con un espectáculo formidable. Con un escenario decorado al estilo medieval y a doble altura, el grupo de Tobias Sammet reprodujo parte de su repertorio en el que artistas invitados pusieron su firma en algunas de las canciones de la banda alemana.
Michael Kiske, Jørn Lande, Eric Martin o Bob Catley entre otros, colaboraron de forma sublime para que el espectáculo fuera magistral. Sonaron temas como "Breaking away", "Reach out for the light", "Lost in space" o "The seven angels" entre otros.
Avantasia. Texto: Sergio Rojo
A Mayhem les vimos poco, principalmente por el cansancio acumulado, las horas inoportunas, y el jodido humo que invadía todo el escenario, impidiendo casi ver al grupo. De hacer fotos ni hablemos pues.
El mayor interés que despierta esta banda es su propia leyenda de muertes, asesinatos, suicidios, y demás burradas sangrientas. En una hora escasa de repertorio repasaron algunos de sus temas más laureados, como “Frezing moon” o “Life eternal”. Para mí, musicalmente, poco más que aburridos y monótonos.
Si a todo esto sumamos la falta de la gran mayoría de músicos fundadores (Además, los más importantes) bien sea por fallecimiento, bien por abandono, convierten a esta versión de Mayhem en poco más que un tributo a mi entender.
Buen momento para descansar las piernas y afrontar con fuerza el resto de la noche.
Mayhem. Texto: Jon Rivas
Turno para ver a Barón Rojo en el escenario "Azuzena". Cada vez que escribo una crónica de esta histórica banda del rock español, me encuentro ante la misma disyuntiva. Musicalmente siguen siendo una puta apisonadora, con los hermanos de Castro sin fallar una nota, y un Rafa Díaz completamente asentado ya en el puesto de director rítmico. El mástil del bajista ya es más itinerante, siendo ocupado en esta gira por Oscar Cuenca tras la salida hace unos meses de Gorka Alegre.
Sin embargo la historia con las líneas vocales es bien diferente. Carlos hace las veces de cantante cuando claramente no lo es, perdiéndose cientos de matices por el camino. Y entre el público, se escuchan siempre los mismos comentarios: “Joder, como se echa en falta a Sherpa”, “Si no fuera por la voz…”. Señores de Castro, ¿no estaría bien afrontar la última etapa de Barón Rojo por todo lo alto? Y si es completamente imposible reunir de nuevo a los originales, ¿No podrían al menos contar un vocalista profesional? Corremos el riesgo de recordar a los Barones no por lo que fueron, sino por lo que son ahora.
Para el leyendas del rock, los hermanos prepararon un setlist compuesto en exclusiva por los temas de aquél mítico “Volumen brutal”. Habiendo tenido la reciente oportunidad de contratar a un nuevo bajista que también salve las líneas vocales, deberían haberlo pensado un poco más, no obstante siguen haciendo directos bastante buenos. Impecables en cuanto a calidad técnica y sonido, intensos y profesionales. Vienen, tocan y se van. Cumplen, y poco más.
Falta esa pasión de hace años, esa que reclaman las nuevas generaciones, que también merecen ver al Barón Rojo de verdad.
Barón Rojo. Texto: Jon Rivas
Lo de Saurom no tiene nombre. Consiguieron montar una de las “fiestas” más animadas, y eso que tenían uno de los horarios más feos de todo el festival. El escenario Jesús de la Rosa se iluminó a las 3:30 de la mañana, y no paró de brillar durante más de una hora.
Los chicos de Narci Lara y compañía comenzaban la descarga de folk metal con “Camino a las estrellas”, corte extraído de su último plástico titulado “Sueños”, que vió la luz a finales del año pasado. El respetable no mostró signos de cansancio y puso sobre la mesa la poca voz que podía quedar a esas alturas. Todo un lujazo.
El show de los gaditanos fue todo un espectáculo audiovisual con juglares y amazonas recorriendo el escenario, mucho atrezzo y caracterizaciones al más puro estilo de la banda. Se metieron al público en el bolsillo desde el primer momento, y así siguió la cosa entre canciones como “La posada del pony pisador”, “La musa y el espíritu” o “Sueños perdidos”.
Ciertamente están en buena forma, y tras 20 años de carrera, les toca ya recoger lo sembrado. La gente les quiere, y tranquilamente podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que serán uno de los grupos con mayor carisma del panorama nacional. También se lo ganan, ojo, que Narci y Miguel Ángel se pasaron todo el día siguiente repartiendo abrazos y haciéndose fotos con todo lo que se me movía por el recinto. Y ojo, ¡Poniendo buena cara!
A eso de las cuatro y pico de la mañana nos arrastramos hacia la tienda de campaña con una sensación dulce. Probablemente uno de los mejores conciertos de Saurom que un servidor haya presenciado.