Segunda noche que nos acercábamos a la Bilborock dentro de una nueva jornada del Villa de Bilbao, esta vez el público respondió para apoyar a las bandas bizkaínas que esa noche entraban dentro del concurso como Dekot, digamos que pasamos de la mitad del aforo de la sala, más de 250 personas tranquilamente. Señalar que los próximos viernes, las jornadas serán de la modalidad metal, cuya excepción ha sido esta donde los dos únicos conciertos se han basado en el pop rock.
Los primeros en subirse al escenario fueron la formación de Cuenca, Fizzy Soup, que sinceramente nos dejaron boquiabiertos por su capacidad de explorar nuevos sonidos, una formación que llegaba a Bilbao por segunda vez en su carrera, según nos comentaron, la primera fue en un concierto callejero, pero ahora como veis regresaron por todo lo alto actuando en la Bilborock, cosa que agradecieron a la organización, por su apoyo y dedicación hacia las bandas emergentes.
Tiene un par de singles y un primer disco a sus espaldas, sobre el LP, indicar que se llama “Wood Room” y que salió de forma autogesionada, sacando a flote su filosofía de trabajo, que como bien explicaron, hacen de todo, incluso el merchandising, por eso adquirir algo de su material es un gran apoyo para ellos.
Sonidos renovados de fusión entre el pop rock y el folk, con una personal propuesta de canciones bien trabajadas y reforzadas con la percusión extra del bombo, con la estupenda voz de su rubia cantante que también hacía las labores de guitarrista, y en algún tramo del concierto se ayudó del hammond. Su música gana enteros y fuerza según trascurrían los minutos dejando una actuación redonda que seguramente tenga su reconocimiento, a lo mejor se cuelan en la final, quien sabe.
Fizzy Soup
Luego vinieron los madrileños Solo Astra con su cantante canario al frente, así se presentaron nada más comenzar para luego meternos en un ambiente de sonidos ochenteros bajo un ejercicio trabajado de escuela instrumental con influencias muy cercanas a Pink Floyd o el virtuosismo de King Crimson o Foxygen, con canciones hipnóticas, registros de voz en falsete y efectos por todos los lados, quizás abusaron y al final resultó ser algo monótono
Desde el principio llegaron los nervios, un problema técnico con el jack de la guitarra del cantante les hizo una mala jugada, pero lo solucionaron pronto, y es que los técnicos de la Bilborock son muy eficientes, siempre están pendientes de todo.
Fueron de menos a más, sin duda, propulsados por un rock progresivo con temas de desarrollos largos y constantes cambios de ritmo, algo monótonos en sus esquemas que al final nos dejaron en estado de KAO camino del bostezo.
Solo Astra
Los últimos en salir a escena, la joven banda bizkaína Dekot, que repetían escenario tras su paso por la Bilborock en el pasado Certamen Local de la Aste Nagusia. Arropados por bastante público de su quinta, amigos y familiares, allí salieron, dos chicas encargadas del bajo, teclado y voz, y dos chicos a las labores de batería y guitarra, bajo sonidos post punk demostrando un potencial considerable, en el que poco a poco se han hecho camino llegando a ser los alumnos aventajados de la formación de Munguia, Belako.
Tan sólo tienen un Ep de cuatro temas y seguramente haya discografías pendientes de ellos para que saquen un larga duración, tienen muchos apoyos y en los últimos meses han gozado de una alta popularidad, y esas cosas van de la mano.
Metemos a Dekot dentro de nuestra lista de favoritos, tienen muchas papeletas de meterse en la final gracias al concierto que realizaron donde la espontaneidad y los momentos más festivos se cruzaron sobre el escenario de la Bilborock. Sus canciones se nutren de la conceptual idea de unir los cuatro elementos de la naturaleza, fuego, tierra, agua y aire, las cuatro piezas de construcción del universo y que a ellos les ha dado mucha fuerza, garra, solidez y soltura.
Siguen acumulando tablas, a pesar del problema técnico de la bajista y su pedalera que solucionó rápidamente su compañero de las seis cuartas, un poquito de nervios que se esfumaron rápidamente como pudimos ver. Esta formación despierta pasión y libera adrenalina, un equilibrio perfecto entre los cuatro miembros.
Ane, a las labores del teclado y en otros temas tomando la responsabilidad de front, mientras su guitarrista cogía protagonismo también en el teclado, dando mucho juego. Y sobre los temas, escuchamos “Muse” de inicio, “Berria”, “Haizea” o “Ura”, flujos explosivos de ritmos sintéticos y cercanos a la pista de baile, acabando con su guitarrista por los suelos, y el resto a recoger rápidamente el calor del público centrándose en el escenario, un momento de felicidad absoluta.
Banda de gran recorrido y que desde el principio han despuntado.