Viernes 21 de octubre, 20.30 horas, Madrid. Las puertas de la Sala Ochoymedio se abrían al público, dispuesto a presenciar los espectáculos de Belize y Tulsa.
Con un escenario decorado para la ocasión, sus respectivas luces de neón y con un estilo tropical, Belize aparecía en el escenario al ritmo de “Samoa’92”. El espectáculo acababa de empezar. Con “Los ritmos de la ciudad” y “Stab my heart”, la banda hizo añicos algún que otro corazón. Pero eso no impidió que el concierto continuara y que los espectadores siguieran bailando. Como si se tratara de un pequeño secreto (“Little Secrets”), los pamploneses adelantaron que ese concierto era el último de esta primera gira. Pero antes de dejar paso a la nostalgia (“Saudade”), Belize demostró que también había cabida para los monstruos de los armarios, con su tema “Egos”. |
Entre gritos y aplausos, apareció Tulsa. Desde el inicio, fue fácil para todos “Los ilusos” de la sala recorrer las infinitas “Carreteras” y adentrarse en las profundidades de “El bosque”, gracias a la particular voz de Miren Iza. Apenas hubo tregua para la “Gente común”.
Con su “Oda al amor efímero”, los “Amantes” fueron descubiertos. Tras desvelarse que “En tu corazón solo hay sitio en los suburbios”, llegó el turno de “Gambetta”, tema de la banda sonora de Los Exiliados Románticos.
Los componentes de Tulsa, acompañados para la ocasión por Abraham Boba (León Benavente), fueron capaces de asestarnos “Pequeñas Embestidas”. Embestidas que calaron dentro, incluso cuando una pensaba: pero si “solo me has rozado”. Pero no. Esta sensación se esfumó, para dejar paso a otra. Esa que hacía que repitieras una y otra vez: “Bórrame del mapa” y hazme flotar.
“Ay”, así es como después de un “Verano averno”, se acababa también la gira de Tulsa. El final de ciclo. O un “Aniversario de bodas”, por cumplir un año más en escena. Todo depende. Mientras tanto, y tras la promesa de que volverían pronto a los escenarios, dejemos que “Matxitxako” retumbe en nuestros oídos. |