"Diez años y un día" llega a su fin por todo lo alto. Todos esperábamos el final de la gira de Dorian, de la misma manera que un niño pequeño espera sus regalos el día de Navidad. Con unas altas expectativas, el 4 de noviembre nos plantamos en la Sala La Riviera de Madrid, en gran medida con desazón, porque sabíamos que nos enfrentábamos a un enorme espectáculo que llevaba tiempo con el cartel de ‘sold out’ colgado, y que tan solo se repetiría en la capital al día siguiente.

Desde las 9 en punto de la noche, los afanados seguidores de Dorian, coreaban el nombre del grupo, deseando así que los catalanes salieran antes al escenario. Pero todavía quedaba un poco. 30 minutos que se hicieron eternos. Pero entonces las luces palidecieron. Marc, Belly, Bart, Lisandro y Víctor se hacían con sus instrumentos y dedicaban su primera canción a todos "Los amigos que perdí". Tras una enorme ovación inicial, el público se vino arriba. Dorian había implantado una semilla que no hizo más que crecer durante todo el concierto. Desde el primer momento, nos hicieron recordar a "Soda Stereo" e hicieron que afloraran sentimientos como aquel que lo único que quiere es "Verte amanecer".

A pesar de los dramas y de poder tener cada vez "Más problemas", los espectadores fueron capaces de disfrutar al máximo de más de dos horas de música, globos y confeti. Más de dos horas repletas de magia. De hecho, todos los "Estudios de mercado" determinaron que "El temblor" verdadero, ese que "Corta el aire" se produjo en La Riviera y no en un bar de Oaxaca. Y es que, a pesar de todo, la lluvia que había fuera, no consiguió traspasar la frontera de la puerta de la sala. Dorian supo crear un clima muy "Solar", que todavía permanece. A todos nos costará recuperarnos de este concierto cuyo recuerdo, sin duda, nos hará pasar más de un "Domingo perfecto".

Es más, los catalanes trasladaron en sus "Veleros", a sus entregados fans a todo tipo de lugares "Tan lejos de ti". Así es como viajamos desde los más lejanos "Paraísos artificiales" hasta el "Arrecife" de tus ojos. Y tras comprobar que La Riviera "Arde sobre mojado", nos dimos cuenta de que éramos capaces de llegar "A cualquier otra parte", gracias a Dorian.

Aunque realmente, los que de verdad demostraron que podían llegar a cualquier otra parte, eran ellos. Con un "Simulacro de emergencia", dejaron atrás el escenario y con "el aparato de tele-transportación" que dijeron que se habían comprado en la tele-tienda, se trasladaron a una tarima en medio de la sala. Desde allí, te mostraron cuánto "Te echamos de menos". Sin duda, la banda nos supo dar a todos demasiadas "Armas para volar", armas que nos ayudarían a mitigar todo tipo de "Tristeza".

El concierto estaba llegando al final. Se intuía, tras el anuncio de Marc Gili de que Dorian estaba cerrando un ciclo. Pero todavía quedaban un par de cartuchos por quemar. "Hace unos años, cometimos el suicidio de publicar tres videoclips a la vez", aseguraba el vocalista. Así es como intentó abrirse paso "La mañana herida". Sin embargo, antes de que cualquier mañana pudiera hacernos daño, nos vimos envueltos en una auténtica "Tormenta de arena", que nos sirvió de despedida. Pero tranquilos, no sufráis. Dorian prometió a la ciudad de Madrid que eso no era un adiós, sino un hasta luego.