Reconozco que los chicos de Mundo Idiota nos han dejado un buen puñado de noches divertidísimas y la idea de juntar en el mismo bolo a Manifa con The Birras Terror no fue para nada descabellada, especialmente tras el llamamiento para acudir disfrazado en relación a alguna de las bandas en lo que llamaron “Halloween retarded”.
Por eso no entiendo que el pasado día 12 los madrileños dieran el pistoletazo de salida en la mítica Sala Caracol y encontrarme tan poca gente dentro, supongo que no estamos acostumbrados a tanta puntualidad. Además, por mucha oferta musical que tengan las noches de Madrid la falta casi absoluta de medios que hubo aquella noche también me resultó, cuanto menos, curiosa. Que leches, hubo un montón de gente que se perdió un conciertazo sin saberlo. Porque si a estas alturas de la película aún no has tenido la suerte de ver a The Birras Terror en directo le puedes pedir a tu mejor amiga que te persiga con una campanita gritando “Shame” mientras vais buscando el modo de llegar a Vitoria este sábado 3 y no perderos el concierto que los birramaniacos están preparando.
Porque si lo tuyo es el punk rápido con letras plagadas de ironía, seguramente te lo vas a pasar puta madre. Casi tanto como Lady Beer a la batería que no deja de descojonarse mientras toca. Con esta chica da gusto. Ya desde los primeros temas: “Recordman”, “Redios”, “Madrefoca”… de su último disco “Regreso a la Ordalía”, se le planta la sonrisa en la cara y sólo se le escapa cuando se crece más que un Phil Collins con trenzas y se atreve no sólo a hacer los coros de la banda, sino que se marca una versión del “Autosuficiencia” de Parálisis Permanente a las voces que ya quisieran muchos. Tampoco se quedó corto en esos menesteres Charly Grand Papa con “Soy bajista”; “Mu profesional” el “Sickboy”, sólo está haciendo su trabajo, pero divinamente señora, con guiños a Trainspotting incluidos.
Han pasado casi seis años desde que al bueno de Matrako (Tekrujo & The Krujen, Proyecto Kostradamus) le diera por garbarse unas “Caras B” en soledad, premeditación y alevosía; y a pesar de que ese disco pasó sin pena ni gloria en el setlist, sirvió como punto de partido para que a día de hoy puedan regalarnos los oídos con “Prostirocker”, “Copas gratis” o “El baile asexual”. Supongo que no se lo hubiera creído a esas alturas si le dice que aquello iba a crecer tanto como para hacer una ampliación de personal y tener que fichar a un pieza como Pakito (Ska con almejes). Sí porque Pakito es un pieza (o EL fichaje) que lo mismo te hace unos coros, que se dedica a liarla enfundado en su banda de latas de cerveza o te practica una birracaristía para dar pie a “La nobirra”. A partir de ahí sólo nos queda la recta final “Becarios”, “Nuevos monstruos”, “Que caigan” y dos de las versiones que estos chicos se marcan, “Pribar con colegas”, del “Bailar de pegados” de Sergio Dalma y una grandérrima “Viva Vallekas”, vuelta de tuerca del tema que Dead Kennedys mejoraron a partir de la famosa canción de Elvis. No podía imaginar un final mejor.
The Birra's Terror
Ya tenía ganas de ver un concierto de Manifa como la cosa merece: en sala (el escenario pequeño del Lumbreras estaba muy bien, pero…), entrando en hora, mirando al lado correcto (es decir, a donde están tocando) y procurando que el alcohol me deje con una capacidad mental superior a la de una ameba para poder recordar algo más que a los camareros de la barra. Por eso me jodió un poquillo entretenerme por ahí y entrar en los últimos acordes de “Generación rendida”. Esta vez sin querer me había perdido la primera. Y mira que Mena llevaba desde primera hora, con el bate en la mano y la sonrisa en la boca, paseando por la sala, saludando al personal y metiéndonos a todos en vereda como un pastorcillo a sus ovejas. Porque sí, estando con este chico encima (o debajo) del escenario los directos toman otro color y no sólo el de su atuendo: tiene muchísima fuerza, muchísimo carisma y sabe mover a la gente como pocos, el detalle de pintarse las nalgas con una P en cada una me llegó al alma. En la próxima me llevo una fusta para azotarte bien, que parece que te mola.
Sin dejarnos casi tiempo para respirar se nos vinieron encima “Generación rendida”, “Cuidarán de ti”, “Tienes derecho”, “El ataque de los clones” y “Las diez mentiras universales del rock”. Me cago en la puta, a esas alturas yo ya estaba sudando y eso que la sala no estaba llena ni de lejos.
Llegó el momento para el combo de dos sus himnos, “Dios salve al Viñarock”, que siempre me hace preguntarme si estos chicos acabarán algún día tocando por esos lares y que tuvo una acogida estupenda, y “Cristales rotos” en el que se montó una buena. En los conciertos normales la gente se patea. Con Manifa, hacemos la croqueta. La crítica acidez de sus letras se nos iban echando encima: “Las anfetas de Manuel”, “Pastis y Bakalas”, “Al ataque”… nos lo estábamos pasando de puta madre y yo seguía sin entender cómo estábamos en un concierto con tanta calidad y sin un sold out.
En “Moriré con las poses puestas” los de Repélega iniciaban una demencial recta final. “Superskin”, “La casa del Señor”, “De punky a bakaluti”... para cerrar con “El gran circo del Rock” en el que El Marpe lo dio todo ¡zapatillas incluidas! Pero tranquilos, esta vez fue de manera voluntaria y sin robos de por medio. La gran calidad de sonido de aquella noche en Caracol, nos dejó un concierto más que memorable que podrás repetir el próximo 21 de Enero en la 10º edición del Festival Pim Pam Punk que nos encontraremos en el Gruta 77.