Dos años y medio de intenso trabajo, llevaron a Zahara a cerrar su gira “Santa” con varios conciertos muy especiales. El pasado 24 de noviembre, en la Sala La Riviera se vivió un auténtico espectáculo. Una auténtica despedida. Que más que un adiós, fue un  hasta pronto. La “Santa” se marchó con el listón muy alto.

Tras tantos minutos de expectación, la joven artista apareció en medio del escenario, con un vestido azul eléctrico, tan eléctrico como el concierto que iba a marcarse. Y todo eso, al ritmo de “Tú me llevas”. Incapaz de aguantar el primer tema, no dudó en bajar desde las alturas y camuflarse entre el público. Con un inicio de concierto potente, supo cómo subir la tensión, en compañía del “Leñador y la Mujer América”. Absolutamente todo “El universo”, reunido esa noche en La Riviera, tembló. Y una fuerte corriente de “El frío” nos recorrió el cuerpo, hasta hacernos decir: “Me cuesta respirar”. Cómo no, la culpable de toda esta mezcla de sensaciones, fue la “Oh, salvaje” de Zahara.

Incluso los enemigos tuvieron su momento de gloria, gracias a “Photofinish”. Unos enemigos capaces de llevarnos “Donde habitan los monstruos”. Pero nada frenó el gran poder de “La Gracia”, que tras la caída momentánea del telón, regresó acompañada de los chicos de Mucho, con quien la artista estuvo compartiendo escenario durante su gira. De ahí las palabras de Martí Perarnau: “Zahara es la mejor amiga y la mejor jefa”. Juntos de nuevo, nos volvieron a contar la historia de “El general Sherman y cómo Sam Bell volvió a la luna” (Zahara). Allí, a kilómetros de distancia de la Tierra, es donde descubrieron las “Nuevas ruinas” de Mucho.

Y cuando parecía que había empezado el “Funeral” del auténtico “Rey de Reyes”, apareció en el escenario Miguel Rivera, de Maga. “Es una de las personas que más he admirado en el mundo de la música. Y ahora es un gran amigo mío”, lo presentaba Zahara. Una magnífica colaboración, en la que se cantó en honor de “Piedraluna” (Maga), a quien pidieron febrilmente aquello de “Hágase tu voluntad” (Zahara).

“Camino a L.A”, Zahara anunció que la meta estaba cerca. Aunque todavía había concierto para rato. “El lugar donde viene a morir el amor” dio paso a “El deshielo”. La “Santa” se marchaba del escenario, para volver a salir prácticamente al instante, cuando los gritos de “otra, otra” apenas habían comenzado. Con “Int. Noche”, Zahara consiguió que nos quedáramos con ese particular “Olor a mandarinas”. El letargo estaba llegando a su fin. Y esta vez, de verdad.

Muy poco quedaba, solo una canción. Sin embargo, quedaba sin duda, lo mejor. Apoteósico final de concierto y de gira, con “Caída libre” incluida. Aparecieron en el escenario todas “las niñas” de Zahara, con sus respectivas peluca rubias y bailando la particular coreografía del videoclip de la artista. Pero no acababa todo ahí. “Cómo me encantaría que Yola estuviera aquí”, porque ya sabéis que “Yola mola mil”. Y Yola [Berrocal] apareció en el escenario cuando ya nadie se lo esperaba. Y todos bailamos “Like a virgin” de Madonna, aunque no hubiera feriantes. Realmente, eso era lo de menos. A Zahara le costó marcharse, y es que antes tenía que terminar de enamorarnos con esa manera tan suya de bailar.