The Cure, iconos del pop afterpunk oscuro de los años ochenta, visitaron la península hace unos días, cayendo una fecha dentro de nuestro rango de acción por el norte, y allí que fuimos, el 24 de noviembre en el BEC de Barakaldo.

Hagamos un poco de memoria, la última vez que les vimos fue en un Bilbao BBK Live, hace ya al menos cuatro años, una actuación recordada por los problemas técnicos sufridos que llevaron a retrasar el festival más de una hora, pero en el BEC fue completamente distinto, con puntualidad británica aparecieron ante un público veterano, que subía la media de edad de los conciertos a los que solemos ir habitualmente, y es que muchos quisieron reencontrarse con la banda británica que marcó una adolescencia con esos himnos que inundaban pubs y discotecas de gran parte del planeta.

Sin seguir viviendo de sus clásicos, se marcaron un concierto de cerca de tres horas, sin perder intensidad ni magia oscura, ambientes de after punk tenebrosos y densos con esas melodías y psicodelias tan características que brillan con luz propia, apostando por los temas nuevos y confeccionando un set list equilibrado dejando cabida a los himnos de siempre ya en la recta final, pero también jugando con ellos a lo largo de toda la actuación.

Al ser día laborable (era jueves), llegamos por los pelos para ver a la banda invitada en esta gira, The Twilight Sad, teniendo por delante una magnífica oportunidad de darse a conocer, a pesar de que su sonido estaba totalmente capado, dejando los cortes fríos y distorsionados, sin esa pegada fuerte que todo gran montaje tiene que tener.

Lamentablemente sólo pudimos ver los dos últimos temas, una muestra de su capacidad siniestra jugando con atmósferas y secuencias a partir de un patrón cercano al flujo comercial y a la vez original, un post brit-pot lineal que podría ir muy a la par a lo que hacen Editors, The National o Foals.

Al terminar observamos el recinto, estábamos situados en la zona de pista y desde allí vimos que había más gente en las gradas que abajo, algo descompensado pero lógico, la diferencia en precio era de 20€, pero al nivel visual, era raro, no parecía un anoche mágica de grandes conciertos con la pista abarrotada, y es que 80€ son 80€.

Dos horas y cuarenta minutos teníamos por delante, en un principio nos parecía exagerado, pero luego nos encantó, exprimieron al máximo su genialidad, manteniendo en el tiempo sus interpretaciones demostrando que son una leyenda viva de esas que cuando lo dejen, se convertirán en una banda de culto.

Arropados por unas pantallas traseras que iban cambiando de formas y siluetas rápidamente según avanzaba el concierto, con trasfondos psicodélicos que mostraban a una banda natural y sincronizada, cambiaban de color tirando a tonos ocres y oscuros, en otras ocasiones mostrando elementos naturales, acantilados, atardeceres o tupidos bosques.

Otra cosa que nos dimos cuenta que no seguían los patrones habituales de una gira internacional, en cada concierto iban cambiando su set list entrando y saliendo canciones de forma aleatoria, así se mantienen vivos y no cae en el aburrimiento personal de tocar noche tras noche las mismas canciones y en el mismo orden.

De esta manera “Plainsong” y “Pictures Of You” marcaban el inicio, con un Robert Smith que entró el último después de sus compañeros, allí estaba, igual que hace unos años con unos registros vocales inertes ignorando el paso del tiempo. En total 16 temas, con un primer bloque que buscaba texturas obscuras repletas de psicodelia, con ese sonido híbrido entre lo siniestro y lo gótico, un post punk marca de la casa, de ese que te llega al alma, hiriente de conducta humana y destellos sentimentales dirigidos al amos como bien demostraron en “Lovesong”, también sobre la destrucción humana y el suicidio “Desintegration”, canción que da título al octavo álbum de la banda, que fluyó esa noche con temas como “Lullaby” y “Fascination Street”, o la mencionada  “Lovesong”.

En su primera hora de concierto, vimos varias cosas, como el progresivo recorrido de su bajista Simon Gallup, de un lado para otro y escalando los monitores delanteros, un Rober Smith pletórico, cambiándose de camiseta repetidas veces, hasta una de Iron Maiden se puso. Y a estas alturas ya explosionaban míticos temas como el “Just Like Heaven”, recibida bajo un clamor popular y aupando al público de las gradas dejando atrás sus asientos.

En la segunda hora, el ritmo se apoderó del BEC, aparecieron tras una breve salida para sacar a relucir cuatro canciones, entre ellas la destacada “A Forest” mientras de fondo se proyectaban imágenes de bosques llamándonos la atención con ese montaje tan espectacular.

Robert Smith, fue equilibrando la distorsión de su guitarra, sacando la parte acústica en algunos tramos del concierto, como en la recta final, y sobre sus palabras, muy pocas la verdad, salvo la presentación en algunos temas y el “muchas gracias” al terminar. También hay que reseñar el peso importante de los teclados gracias a la mano de Roger O'Donell, cuyas envolventes melodías le hacen pieza importante en el inicio de las interpretaciones, quizás sea uno de los grandes talismanes de la banda.

Y entrando en el tercer bloque, las partes densas y oscuras aparecieron a escena, con un “Burn” o “Never Enough”, germinando su lado melancólico y profundo, y ya en la recta final apareció el himno “Lullaby” mostrando la cara más festival de la banda, con un BEC que parecía una discoteca con esos ritmos electrónicos al alza gracias a “The Walk” y “Friday I'm in Love”, el público sin parar de moverse, alzando sus manos, tanto en la zona de pista como en las gradas, el final estaba cerca y algún que otro impaciente ya abandonaba el recinto para poner rumbo a casa y evitar las largas colas que se formarían en el parking subterráneo o en la cercana parada de metro.

Y los tres últimos temas hicieron mella en nuestras emociones, “Boys Don't Cry”, “Close To Me” y “Why Can't I Be”, tres himnos en toda regla que muchos estaban esperando desde el inicio del concierto, pero al final y bajo nuestro punto de vista, a grandes rasgos no se creó un ambiente participativo y caliente, sino todo lo contrario, quizás si hubiera sido viernes o sábado, otro gallo cantaría.

Plainsong
Pictures of You
Closedown
A Night Like This
The Blood
The Baby Screams
Push
In Between Days
If Only Tonight We Could Sleep
Charlotte Sometimes
Lovesong
Just Like Heaven
Jupiter Crash
From the Edge of the Deep Green Sea
Prayers for Rain
Disintegration

At Night
M
Play for Today
A Forest

Burn
Fascination Street
Never Enough
Wrong Number

Lullaby
Hot Hot Hot!!!
The Walk
Friday I'm in Love
Boys Don't Cry
Close to Me
Why Can't I Be