Nos apetecía mucho ver a Cavaliere y a León Benavente en el Escenario Santander, así que allí nos plantamos sin necesidad de pensarlo demasiado. De los primeros nos habían hablado muy bien, y a León Benavente ya les habíamos vistos este verano, y queríamos experimentar el impacto al vivirles una segunda vez.
El ambiente en la sala cántabra era espectacular, algo que nos alegra mucho. Nosotros no conocíamos a demasiadas personas de las que se encontraban ese día en el público, pero me encanta que podamos ir allí a ver a Desakato, a Cavaliere, a Loquillo, a León Benavente o a DePedro. ¿Por qué no?.
Abrieron la noche Cavaliere, power trío de Bilbao, con músicos experimentados en sus filas: Álvaro Segovia, Galder Creo y Eneko Cepeda. Fue una grata sorpresa ver a Galder, ya le conocemos por su labora a la batería de Penadas por la Ley. Y aunque ya me habían dicho que eran buenos, me dejaron realmente sorprendida. El único “pero” que le puedo poner al concierto es que fue demasiado corto. Me dejaron con ganas de más, de mucho más. Creo que eso es realmente bueno.
Supongo que el hecho de que tocasen poquito se debe a que tan sólo tienen un disco, con cinco canciones, titulado “Vol. 1”, y en el que el rock fluye a chorro y sin concesiones. Es de esas bandas con las que uno piensa: ¡¡Madre mía, lo que son capaces de hacer tres personas!!.
En cualquier caso, me dejaron un sabor de boca excelente y espero ansiosa poder escuchar más canciones suyas, y también la ocasión de verles de nuevo en directo. Aquella noche me conquistaron con temas como “A la cara” o “No me esperes más”. Podéis escuchar su música en su bandcamp.
¡Grandes Cavaliere!. Que no se os olvide el nombre del grupo porque tiene pinta de que se van a escribir ríos de tinta sobre ellos.
|
Y luego llegó León Benavente, para acabar la faena que había comenzado conmigo en el Santander Music el verano pasado. En ese festival, me dejaron cuando menos descolocada, y despertaron en mí una voraz curiosidad, además de sentimientos ambivalentes. Había canciones que me gustaban y otras que no me decían demasiado (nunca había oído nada hasta que les vi en la época estival).
Antes de verles de nuevo en el Escenario Santander, esa noche, ya había escuchado sus discos unas cuantas veces, y montaron tal espectáculo que no pude más que rendirme a la evidencia. Lo primero que quiero comentar, es que me parecen brutales las letras de este grupo. Soy de la opinión de que es importantísimo el cómo se dicen las cosas, y la forma en la que lo hacen León Benavente me parece sublime. Son mordaces, irónicos, directos, inconformistas… ¡¡Poesía del Siglo XXI sólo apta para rebeldes de espíritu!!.
Por otro lado, la puesta en escena es apabullante. Tienen muchísima energía y transmiten emociones y sentimientos de una forma apasionada y desgarradora. Al verles es cómo si te estuvieran cantando personalmente las canciones, como si se dirigiesen a ti. Saben conectar con el público a la perfección. Y dieron un concierto dinámico, y estuvieron en lo más alto de la cima durante toda su actuación, dejándonos sin tiempo para respirar y sin un segundo de descanso. ¡Fue un gran show!.
Es increíble que tan sólo tengan dos discos y un EP, y que estos trabajos estén repletos de auténticas joyas. Te puede gustar más una u otra canción, por los ritmos o por las temáticas, pero la mayoría de ellas son como para quitarse el sombrero. En el Escenario Santander disfrutamos de “Tipo D”, “California”, “Ánimo valiente”, “Revolución”, “Gloria”… Y así podríamos seguir dando títulos hasta pasar de la quincena (algo que no haré por ser muy absurdo). El remate vino con “Ser brigada”.
Me parece muy interesante hablar de sensaciones, más que plasmar la lista literal de los temas. Y las principales fueron: Energía, contundencia, aplomo, solidez, entusiasmo y felicidad.
León Benavente dieron una gran lección aquella noche en el Escenario Santander. Espero que coincidamos pronto.
|