Da igual el frío. Da igual el invierno. Es saber que Miss Caffeína prepara fin de gira, y el cartel de ‘sold out’ se cuelga prácticamente al instante. Así ocurrió el pasado 20 de enero en la Sala La Riviera de Madrid.

A las 19.30 horas abrían las puertas a un público al que le costó llegar. Tal fuera por timidez o por impuntualidad. Teniendo en cuenta este panorama, 15 minutos después y casi sin hacer ruido, apareció en el escenario la banda madrileña, Lígula. En plena presentación de su LP, "Distant Stairs", hicieron un emocionante recorrido por su breve y prometedora discografía.

Nos hicieron pasear por todas las calles de su nuevo trabajo, obligándonos a parar en cada una de ellas. La primera parada obligatoria fue "Sidewalk Names", aunque no fue la única. El viaje fue tan intenso que incluso consiguieron trasladarnos hasta el mar más alejado, con su tema "Ocean". Incluso les ayudamos a encontrar, todos aquellos pájaros perdidos, con "Missing Birds". Todo gracias a la luz que su particular faro emitía - "Ligthhouse". Al final, consiguieron que nos uniéramos de tal manera - "Solid Company", que juntos izamos la bandera en ese puerto llamado Lígula - "The Harbour Keeps a Flag". Fue la mejor manera de demostrar que habían dejado huella con ese especial folk-rock que crean. Un folk-rock que, por supuesto, nos había capturado en "Las Redes".

Con "Canica", última canción de Lígula, daban las 8.30 de la tarde. Todavía quedaban 30 largos minutos hasta que Miss Caffeína hicieran su aparición estelar, pero los espectadores ya se arremolinaban a los pies del escenario. Ya empezaba a mostrarse claramente eso del ‘sold out’. Y se notaba la impaciencia. De hecho, a las 9 de la noche en punto, los primeros gritos llegaban. Pero quedaba un poco de tiempo. Un apagón de luces fue la señal. Bueno, el apagón y una voz en off que daba la bienvenida a "Detroit", tema con el que además, comenzaron el espectáculo.

Cruzamos un auténtico "Desierto". Pero los chicos de Miss Caffeína al completo, nos enseñaron a pelear como "Titanes" en medio de esa odisea, en la que sobró tiempo hasta para cantar "She’s a maniac", tema de Flashdance. Lo mejor es que cuando pensábamos que sólo íbamos a atravesar parajes solitarios y desolados, nos encontramos de sopetón, con una multitud de "Turistas" en la mismísima ciudad de "Lisboa".

Y cuando estábamos a punto de desmadrar, el "Capitán" hizo su aparición estelar, para evitar que todos aquellos "Átomos dispersos" se volvieran locos. Una vez estaba ya todo bajo control, Alberto Jiménez transformó mágicamente esa caótica situación, en "Mi rutina preferida".

Activamos el "Modo avión", justo el momento en el que los "Gigantes" aparecían, generando entre el público grandes turbulencias. Bastó una simple llamada a "MM", para que "El rescate", por parte del mítico "Gladiador", fuera lo suficientemente efectivo. El regreso fue inminente. Fue suficiente con un "Venimos", con un volvemos.

Tuvimos dudas. Dudas para despejar la X. Bueno, más bien para despejar la N. Pero al final, tras descubrir que "N=1", fuimos capaces de aprender eso de que "Eres agua". Y que por supuesto, "es inútil huir de ti". Examen aprobado con nota. Por eso, pasamos a la siguiente lección, que nos invitaba a "cantar muy fuerte para que nos escucharan hasta en el sur". Llegaba "Supersubmarina", tema que da nombre a la banda baezana que, tras sufrir un accidente este verano, continúan en fase de recuperación. Complicada situación que nos dejó fríos. Frío que se acentuó con "Hielo T". Pero tranquilidad, que los verdaderos "Lobos" son fuertes. Y siempre, siempre, salen adelante.

Punto y final del concierto. O no. Quedaba el bis.

Tantas ansías y tantos gritos porque la banda cantara otra canción, surtieron su efecto. Alberto y compañía, volvieron al escenario pidiendo gritos de libertad. Junto al Coro Hennaté y Jorge González (Vetusta Morla), entonaron el mítico "Freedom" de George Michael. Ese fue el especial homenaje de Miss Caffeína a ese año 2016 negro, musicalmente hablando.

Queriendo poner un toque "Ácido" a la situación actual en el mundo, en el que todavía queda un largo camino para conseguir igualdad en ciertos aspectos, Alberto Jiménez recordó la importancia de ser libres y de amar sin condiciones. Era el turno de "Oh! Sana". Ya sí que estábamos en el final del espectáculo, era el preciso momento de decir: "Mira cómo vuelo", a la vez que una nube de confeti se dejaba caer sobre las cabezas de los espectadores.