Tenía apuntado desde hace meses este concierto, ya que tenía ganas de ver en directo a los andaluces Kultura De Bar, porque me parecían un grupo con un directo entretenido y, además, porque iban a estar acompañados de la gente de K7. 

Casualidades del destino lo que parecía que iba a ser una fiesta, se vio nublado por dos cosas: de un lado, y ya no nos coge de sorpresa, por la escasa (por decir algo) presencia  de gente, y, por otro lado, porque horas antes me enteré que éste iba a ser el último concierto de K7 como banda, debido a diferentes motivos que podéis ver en su facebook.

Teniendo en cuenta la poca presencia de gente y el que los repertorios de las bandas no fuesen especialmente largos, era de prever que el comienzo del concierto se retrasase, como así ocurrió.

Cuando arrancaron K7 pudimos aprecia como José esta vez solo de ocupaba de la voz, dejando a Berto el peso del bajo, arrancando el concierto con “Ruinas”.

Sin mucha tregua, salvo para los agradecimientos de rigor, siguieron con “Quiero saber la verdad” y su canción más fácilmente reconocible “Fracking No”.

Como bien dijo José, todos hemos pensado alguna vez en nuestra propia muerte y de eso trata “Futuro irreal”, antes de encarar la antitaurina “Ansia de sangre”.

Ya sé que puedo sonar paradójico, pero, bajo mi punto de vista, el grupo estaba sonando más compacto que nunca y eso se pudo comprobar en canciones como “Enemigo” o  “Vergüenza nacional”, con recadito para el tal Urdangarín y el resto de sinvergüenzas que nos roban a diario. Tras estar “Caminando por el mundo de las sombras”, reflexionaron sobre las “Doctrinas impuestas”, en clara alusión a la imposición social a ser bautizado nada más nacer.

Se acercaba la recta final del concierto, pero antes hubo tiempo para acordarse de todos los “Repugnantes” que tenemos alrededor, con dedicatoria al anterior ministro del interior entre otros, para despedirse de todos, agradeciéndonos la presencia y el seguimiento a la banda, con “ Perro negro”.

Es triste que esta banda, que además acababa de grabar una serie de canciones que verán la luz en poco tiempo, lo deje y más cuando hacen conciertos como éste, en el que sonaron más compactos y cañeros incluso que otras veces, pero en la vida hay muchos obstáculos que dificultan las cosas.

Desearles a José, Josu, Berto, Mario y Miguel mucha suerte en los futuros proyectos que puedan comenzar.

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No hubo que esperar mucho para que ver a Kultura De Bar, que venían de Linares con ganas de montar bulla y ya desde “The rave's güarner”, que vino precedida de una intro, adivinamos que nos íbamos a divertir esta noche.

Desde el principio se vio al cantante de la banda animando a la gente a que se acercara y tirando de su gracia para vacilar y animarnos, con canciones como “Un día especial”.

Tras los agradecimientos, y mientras su cantante seguía bromeando, sonó “El infierno”, tras la que llegó el turno para “El mensajero”, con un recuerdo para Eduardo Inda, con lo que consiguieron que la gente se acercase un poco más y se metiese más en el concierto.

Sin parar de bromear y trasmitiendo mucho buen rollo, pese a lo critico de algunas de  sus letras, llego el momento de “Dame una oportunidad”, tema que sirvió de adelanto a su actual disco “The rave's güarner”, editado el pasado año, al que también pertenece “Extinción”.

Recordaron su anterior trabajo, “La hora guarner” del 2014, primero con la crítica “Políticos de clase B”, con recordatorio a todos los partidos y ese recuerdo a tiempo mejores que es “Cuando en Linares sonaba rock and roll”.

A grandes males grandes remedios y la “Guillotina” puede ser una buena solución ante tanto sinvergüenza que nos deja “A dos velas”, canción que pertenece a los orígenes de la banda ya  hace más de diez años.

Desgraciadamente, el final del concierto se acercaba, pero antes sonaba su tema bandera, “Yo soy de los Kultura”, uno de esos temas que no te los puedes quitar de la cabeza desde que los oyes.

Como fin de fiesta, invitaron a subir a la gente de K7 y a Juan del Rock Beer The New, para cantar la versión del “En blanco y negro” de Barricada, con el que despidieron su hora de actuación.

Muy buen sabor de boca nos dejaron la gente de Kultura De Bar, a los que me gustaría ver ante una audiencia más numerosa, porque si son capaces de montar este pollo ante 4 gatos no quiero ni imaginarme lo que harán ante miles de personas.

Me hicieron irme de allí con una sonrisa en la oreja, que paliaba la pena por la poca asistencia y por la desaparición de los K7, y salir cantando eso de “¡¡Yo soy de los kultura!!”

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