El espacio auto gestionado de Palencia, La Cueva, celebraba hace unos días su quinto aniversario y lo hacía por todo lo alto con un triple cartel de auténtico lujo que provocó una gran expectación y agotó las entradas de manera anticipada.

La Cueva es uno de los espacios de ocio y cultura que sobreviven en la capital palentina y de forma auto gestionada sacrifican el beneficio económico en favor una programación cultural variada y en la mayoría de ocasiones arriesgada. La nueva nave "La Cueva", situada a las afueras de la ciudad representa un lugar donde disfrutar con comodidad, buen trato, buen sonido y unos precios más que populares, de una noche como la que tratamos aquí.

Sin embargo hay que poner en el debe de la velada no el retraso con el que comenzaron los conciertos, una hora de retraso probablemente ocasionada por un corte en el suministro de la luz que provocó demoras en el montaje y las pruebas de sonido, sino que durante ese tiempo la gente tuviera que esperar en la calle, con el frio del invierno castellano y completamente a oscuras en la arcén de una carretera nacional. Eso probablemente se podría haber solucionado de una manera más adecuada.

Los pucelanos Sinaia fueron los primeros en subir al escenario a la vez que se abrían las puertas del recinto, motivo por el cual algunos nos perdimos su primer tema. Con su disco Presente editado hace poco tiempo y la agenda de conciertos repleta de fechas importantes (varias de ellas compartiendo cartel con Hamlet) son conscientes de que este es su momento. Tienen una formación asentada, con mucho bagaje en formaciones previas, un sonido personal y una presencia escénica poderosa gracias a su vocalista, Valentín, que literalmente se come el escenario y ofrece ese "extra" que transforma una buena canción en una experiencia de directo. Arrastraron a mucha gente, que se situó en las primeras filas y cantó con fuerza sus temas y en los 45 minutos que estuvieron en las tablas se fajaron para estar a la altura de las bandas que les acompañaban.

En La Pista, el sencillo de su primer disco abrió el set con guitarras dobladas y su mezcla de dinámicas duras y melódicas, siendo estas su sello y punto fuerte. Mas actuales en sonido fueron los temas de su presente "Perfecto", desde Intento Perfecto con ritmos cortados, la más rápida Ojos Cerrados ejemplo de hardcore melódico, la versión de Vetusta Morla "Made in Sinaia" de Valiente, espídica en su doble bombo y así hasta el arreón final con De Par En Par, una de mis favoritas con su  contraste de velocidades música/voz y antes de despedirse Verbo, perfecta para corear y terminar con un buen pogo. Existe una hornada de bandas han dado un paso al frente con el sonido de "rock urbano o calimochero" y tanto Sinaia como los siguientes en subir al escenario son una muestra de que aquí se hace música con calidad.

Me había avisado el boss de Insonoro, sabiendo que no les había escuchado (mea culpa) , "ojo a los Aphonnic porque te van a encantar", y aunque no suelo hacerle demasiado caso confieso que llevo diez días con una dieta intensiva a base de Heroes e Indomables, sus dos últimos trabajos. ¿En qué coño estaba pensando para perderme esto? Aphonnic son la banda nacional que más me ha impresionado a la primera en directo en los últimos tiempos. No solo porque los gallegos hayan conseguido parir discos con aroma de clásicos sino por lo trabajado que tienen el directo para poder trasladar esas canciones a un concierto.

El pecado de muchas de las formaciones que se apoyan en samplers y pregrabados para llevar a las tablas sus canciones es que el producto final suena frio e impersonal, con todos los músicos demasiados "acartonados" y atenazados por el cumplir el guión. Sin embargo Aphonnic dieron un bolo orgánico, bailando del nu metal al hardcore, de los ritmos pesados a las melodías pegadizas, y sobre todo con una audiencia que estaba de su lado (y se notaba en el número de camisetas de la banda presentes)

Hubo que esperar demasiado en la prueba de sonido, pero cuando tras la intro sonó Amarga Despedida todo fue perdonado. La batería de Alén, situada por problemas de espacio casi en primer plano no hizo más que añadir un extra de potencia al sonido global y además nos permitió apreciar claramente la fuerza de la pegada. Chechu cantó de forma clara, con muy buena dicción para los que no sabemos sus letras de memoria, y Richi al bajo puso un extra de energía en sus formas mientras Iago lanzaba ritmos y riffs. Osos Color Salmón, con su intro de teclados y ritmo pesado fue la primera pieza de Indomables en aparecer y los ritmos cortados y melodías funcionaron como un resorte para el público, aunque fue con Mi Capitán, mi tema preferido junto al inmenso Cunfía los que se llevaron el gato al agua. Es esta (Cunfia)  una de las melodías que más me han enganchado de Aphonnic. ¿cómo hacer un tema tan redondo sin caer en lo ñoño? Pues sabiendo mezclar esas líricas con bases rítmicas potentes. Para mí una obra maestra de canción.  El ritmo pesado de Honrada Avestruz y la voz y coros agresivos fueron el contrapunto perfecto y formaron un buen pogo mientras Chechu, que lucía una camiseta de los olvidados Nailbomb, se dejaba la garganta.

Seguían desgranando su último trabajo y subiendo decibelios y velocidad con Fruta Fresca (que me recordó a la etapa más cañera de los Habeas) y antes de terminar sus cuarenta minutos de show descargaron Jerry, plena de velocidad y con los sampleados haciendo brillar los ritmos y los cambios de dinámicas, y para terminar Cíclopes con una intro muy Skunk DF y con otra gran melodía vocal. Aphoonic me dejaron rendido (a falta de salir Hamlet) y les tengo en agenda para encontrarme de nuevo con ellos no tardando. Su inclusión en el Z Live en escenario grande va a ser una gran experiencia.

Hamlet deberían ser utilizados como unidad de medida para saber hasta dónde es capaz de llegar una banda. La tabla rasa que separe el polvo y la paja. ¿Eres capaz de tener un carrera en evolución de más de dos décadas?  ¿Puedes facturar discos que se muevan en el estilo y siendo diferentes sean acogidos por igual por el público? ¿Tienes los huevos de seguir dejándote el alma en el escenario 25 años después independientemente del tipo de sala, aforo o equipo con el que te toque lidiar?.

Pues ahí tienes a Hamlet, con Molly revalidando el título de frontmen nacional definitivo y el Sr Luis Tárraga, necesitando ayuda para subir a las tablas (conocidos son los problemas medulares del guitarra que les han obligado a suspender algunas fechas) y mutando en el chute de energía que ha sido siempre una vez enciende su ampli. A todo esto le sumamos que La Ira, premio al mejor disco de Metal en los Premios de la Música Independiente, es un puñetazo en la cara capaz de compartir repertorio con sus clásicos de manera evidente, y ya tienes un set list para poner La Cueva patas arriba. Había muchas ganas de verles y la gente reaccionó desde el primer momento dándolo todo.

Cierto es que los madrileños colaboraron con la causa empezando su show con Limítate y Vivo En El Infierno, y que Molly se adueñó del pequeño escenario como un león enjaulado moviéndose de un lado a otro y subiendo amenazante al pequeño podium que colocaron en su frente (que utilizó varias veces como plataforma desde la que saltar o desafiar a las primeras filas) y con todo esto y una base rítmica de la potencia de Paco y Álvaro junto a Ken HC integrado y muy agusto en su puesto de guitarra, el bolo tenía el éxito garantizado.

El vocalista se puso en riesgo encaramándose a la torre de altavoces de la PA cuando sonó Imperfección, el primero de los cortes de La Ira en sonar, y con muy pocas pausas entre las canciones el hermanamiento fue total. Combinaron algunos de sus temas míticos (Antes y Después, una brutal Egoísmo donde se formó el primer wall of death, Dementes Cobardes, la clara en mensaje Muérdesela o Denuncio a Dios que sonó impresionante) con las canciones de La Ira. Imperfección y Mi Religión, que sonaron enlazadas, Lamento o Ser o No Ser. Pero cuando con el público entregado soltaron el triunvirato Imaginé, convenientemente endurecido, Irracional con Molly dejando el micro a un lado y desgañitando su garganta y la final Jodido Facha pensé que al igual que cuando termina un premio de fórmula 1 en cualquier momento aparecerían un par de azafatas con coronas de laurel para coronarles como campeones. En lugar de eso la banda agradecida compartió con seguidores saludos e impresiones. Hamlet son una de las bandas más en forma sobre un escenario y están en un momento de entrega como hacía tiempo no les veía. Además su gira de La Ira parece no tener fin así que mal harías en perderte uno de sus shows.

Enhorabuena a La Cueva y ojala caigan muchos más aniversarios. Lo difícil va a ser conseguir elaborar un cartel de tanta calidad para ofrecernos, por si acaso seguid atentos su web www.navelacueva.es y si pasáis por Palencia pasaros a visitarlos.