COLABORACIONES
 Crónica
 
The Delta Saints
  25/03/2017     
  Marta Tobar     
  Fran Cea
  Hell Dorado, Vitoria-Gasteiz, Araba
www.insonoro.com

The Delta Saints regresaron a España para presentar Monte Vista, su nuevo álbum, que se pondrá a la venta en abril, y como pasó en su gira anterior, lo hicieron en medio de la polémica. El cambio de estilo en el que se embarcaron con Bones, su anterior trabajo, está generando amargas discusiones entre sus detractores y sus seguidores más fieles. Lo cierto es que Monte Vista nada tiene que ver con el blues pantanoso y lleno de fuerza con el que unos jovencísimos músicos sorprendieron a propios y extraños allá por 2011.

En aquel entonces, The Delta Saints sonaban viejunos, a música de otra época pero facturada en el siglo XXI y con la energía desbordante de la juventud. Curiosamente, la evolución de la banda ha sido inversa a la corriente natural. Seis años después, han llenado sus temas de superproducciones, efectos y arreglos que le confieren un carácter mucho más moderno y, por qué no decirlo, más hypster.

Parece lógico pensar, por tanto, que esta mutación en su sonido tiene que modificar forzosamente el público al que se dirigen. Y es aquí donde radica la polémica. Hay un empeño absurdo de “vender” los nuevos Delta Saints a aquellos que se sintieron encandilados por sus comienzos. Evidentemente, habrá algunos que siguen adorando a los santos, pero el grueso de sus fans de entonces no han terminado de entender su música actual.

En medio de este debate, The Delta Saints actuaron en la Hell Dorado vitoriana, que presentaba algo más de media entrada. Aparecieron en escena vestidos con coloridas camisas y arrancaron el concierto con “Cigarrette”, una canción de su primera época. Empezaron derrochando energía y con mucha fuerza, sobre todo Ben Ringel, el cantante, que saltaba y se retorcía arropado por su guitarrista, Dylan Fitch. “Bones” y “Berlin”, en ausencia de la sobreproducción del álbum, sonaron más directas y rockeras, pero extrañamente contenidas. “¿Están un poco atascados, no?”, me comenta un habitual de la sala.

  
The Delta Saints
 

El show siguió adelante manteniendo el pulso comedido, sin llegar a explotar en ningún momento. Interpretaron algunos temas de su nuevo álbum como “California” o “Spaceman”, tema compuesto en honor a David Bowie, y se enredaron en largas jams que, en general, aburrieron al público. Los cinco integrantes de la banda son, sin discusión alguna, grandes músicos, capaces de elaborar complicadas filigranas pero el desarrollo que hicieron de los temas era monótono e insulso.

Fue difícil reconocer los temas más antiguos en la nueva interpretación que hacen de ellos.  “Pray On” o “3000 Miles”, dedicada a su tour manager que cumplía años ese día, sonaron completamente diferentes. A esto contribuye en gran medida el sonido de la batería, menos directo y mucho más elaborado de lo que era con Ben Azzi, el que fuera en los primeros años el corazón de The Delta Saints.

Sonaron “Dust” y una extraña versión de “Nola” y por fin se oyeron las primeras notas de ese temazo impresionante que es “Bird Called Angola”. El público se enganchó a la fuerza de esta canción, intentando obviar que, desgraciadamente, también ha perdido su brutal energía. Los músicos abandonaron entonces en el escenario sin dar muestras de volver para los bises hasta que uno de los responsables de la sala entró en los camerinos y consiguió que regalasen al respetable “un tema de blues del pantano”. Con “Death Letter Jubilee”, The Delta Saints se despidieron definitivamente de Helldorado.

Terminado el concierto, los comentarios se dividían entre quienes añoraban la banda de hace seis años y a quienes les había gustado el show. Es innegable que los miembros de The Delta Saints disfrutan de lo que hacen. Se les ve entregados y divirtiéndose sobre el escenario (Ben Ringel sudó a mares desde el comienzo) y ya ha pasado el tiempo suficiente para que la nueva formación esté completamente acoplada. La relevancia del teclado de Nate Kremer ha sido limitada por el bien común y el groove de la batería de Vincent Williams encaja a la perfección con el nuevo estilo de la banda. Quizás se echa en falta la alegría saltarina de David Supica y su bajo, quien ahora se muestra más estático en escena.

No es cuestión de si fue o no un mal concierto, que no lo fue. Sencillamente, el público no encajaba con la banda ni la banda con el público. The Delta Saints son una banda que gustará a los fans de Mars Volta o My Morning Jacket y que acude a festivales como el Primavera Sound. Nada que objetar. Como tampoco es criticable (pero sí comprensible) que muchos de los que nos enamoramos del intenso blues de sus inicios haya dejado de interesarnos su música. Por lo que a mí respecta, el concierto de Hell Dorado fue una despedida. Y como se les dice a las personas que has querido mucho y que un día salen de tu vida, ojalá que les vaya bonito.

  
The Delta Saints
 
 Fotos
 
  
 
The Delta Saints
 
 Comentarios
comments powered by Disqus
Crónicas
05/01/2025 - Kafe Antzokia
Bilbao (Bizkaia)
02/01/2025 - Teatro Real
Madrid (Madrid)
19/12/2024 - Off Latina
Madrid (Madrid)
20/12/2024 - Escenario Santander
Santander (Cantabria)
28/12/2024 - Sala Razzmatazz
Barcelona (Barcelona)
26/12/2024 - Wizink Center
Madrid (Madrid)
14/12/2024 - Escenario Santander
Santander (Cantabria)
21/12/2024 - Sala But
Madrid (Madrid)
06/12/2024 - Rock Beer The New
Santander (Cantabria)
01/12/2024 - Escenario Santander
Santander (Cantabria)
13/12/2024 - Wizink Center
Madrid (Madrid)
29/11/2024 - Rock Beer The New
Santander (Cantabria)
30/11/2024 - Sala Nazca
Madrid (Madrid)
24/11/2024 - Escenario Santander
Santander (Cantabria)
29/11/2024 - Sala Moby Dick
Madrid (Madrid)