Tras varios aplazamientos de gira, por fin veíamos a Ill Niño por Euskadi, lo hicieron el pasado 18 de abril en la Jimmy Jazz de Vitoria-Gasteiz. Dicen que a la tercera va la vencida, y por lo visto, así fue después de aplazar la gira dos veces seguida, la primera por una operación quirúrgica de su batería Dave Chavarri, y la segunda por circunstancias no satisfactorias para el promotor de la gira, pero al final, la productora Frontline cogió las riendas de esta gira y trajo a Ill Niño a la península, con algún cambio respecto a las giras anteriores, uno de ellos fue pasar el concierto de Bilbao a Vitoria-Gasteiz. También hubo cambios respecto a las bandas invitadas, finalmente Ill Niño actuaron con Incite, Xtortya y Ektomorf.

La fecha en Gasteiz fue un martes, día laborable en plena semana de pascua dejando atrás las festividades de Semana Santa, un día difícil que finalmente no pasó factura, el acercamiento del público esa tarde noche por Gasteiz, fue más que digna, poco más de 200 personas.

A veces las giras especiales son un motor que impulsa que llevan nuevamente a la carretera a determinadas bandas, y ese es el caso de Ill Niño con la salida de su primer disco “Revolution / Revolución”, que se cumplen 15 años desde su lanzamiento y que les llevó a triunfar por casi todo el mundo, una gira especial llena de recuerdos de esta gran banda de un-metal con raíces latinas, que en su día se colocaron en lo más alto girando por todo el mundo e ir entrando poco a poco en festivales de renombre como el Viña Rock. Pero muchos de sus seguidores que viajábamos a Gasteiz a verles nos dimos cuenta que siguen viviendo del pasado, que no tienen nuevos discos que dejen huella para captar a más público como bien lo hicieran sus tres primeros trabajos.

Puntualidad británica, fue abrir las puertas, pasar 15 minutos y ver sobre el escenario a Incite, banda ya conocida por esta zona, con el hijastro de Max Cavalera a la voz (Richie Cavalera), que ya coincidimos con ellos al verles compartir giras con Soulfly. Arrancaron con fuerza a pesar del poco público que había a esa hora, recordamos que era día laboral y la gente empezó a entrar a la Jimmy Jazz después del salir del curro.

Nos presentaron su último disco de estudio “Oppression”, el cuarto a sus espaldas, con tonos agresivos y una declaración de intenciones desde los primeros temas “No Remorse” o “Up In Hell”, viendo a un Richie dejándose la piel sobre las tablas, saltando bien alto como si de un gran saltamontes se tratara.

Sonido afilado de metal con ramalazos de metal-core o groove metal, casi tirando los cimientos de la sala y ganándose al público presente que quería mucha caña, moviendo el cuello y haciendo torbellinos con el cabello.

Mensaje explícito, motherfuckers, en una actuación que fue a todo trapo sin darnos tregua y dejándonos sin aliento, sobre todo al escuchar “Lost Reality” o “The Slaughter”.

Tras ellos los australianos XtortYa, directamente desde Melbourne, encajando un cambio de sonido más agresivo y afilado, pero por otro lado abierto a melodías y experimentación con el rap metal, recordándonos a bandas como Clawfinger, Dub War, Stuck Mojo o One Minute Silence.

Una propuesta que llamó nuestra atención sin apenas conocerlos, sinceramente, nos encantaron y desde ahora no les perderemos la pista y estaremos atentos a su discografía. Formación definida por sus dos registros vocales que se unían e hilaban hasta la confrontación de contundencia, tanto la de su cantante como la del guitarrista de rastas, capaces de ser armónicos y de levantar al público solamente con sus voces.

Muchos saltos y movimientos, obteniendo el mejor resultado que es trasmitir su energía a todo el respetable, con grandes temas como “Falling” o “Boom Boom”, carismáticos y llenos de personalidad hacia un sonido que está vigente gracias a bandas como Skindred, Papa Roach o Disturbed.

Visualmente salvajes, como se movían las rastas del guitarrista, y el desdoblamiento a las seis cuerdas es impresionante, sintiendo un sonido muy abierto y melódico, y otras veces dejándonos con la boca abierta con ese muro frontal del metal que practican, también hip hop y espacio para lo explícito y reivindicativo.

Dejando la apuesta más agresiva y lineal para la última banda invitada en salir a escena, los húngaros Ektomorf, un reencuentro con los sonidos más brutales del trash metal, donde encontramos similitudes con los Soulfly de Max Cavalera o unos Sepultura de los primeros discos.

Un ritmo brutal y afilado, donde las guitarras están electrificadas al máximo poder y su base rítmica no nos deja tomar respiro ni oxigenar nuestra mente, mucha velocidad durante todo el trascurso de su actuación.

Temas como “Agressor” que da título a su nuevo disco, “Holocaust” o “Black Flag” colocaron a la banda dentro del cartel, sin tiempo para aburrirnos y levantando el ánimo con pistas de la talla de “United Nations” o “Outcast”, captando energías de rebeldía y gritos de victoria por parte de su cantante Zoltán Farkas, que pedía constantemente que nos acercáramos más hacia el escenario.

Aquí está el plato fuerte de la noche, Ill Niño, pero no todo a su favor, de primeras su cantante se excusó durante toda la actuación por estar griposo y con fiebre, lamentándolo mucho por no estar en su mayor plenitud de facultades, a pesar de ello, el concierto siguió adelante y ese detalle, al menos para un servidor, pasó desapercibido, dejándonos con ganas de volverles a ver cuando pasen de nuevo por Euskadi.

Cristian Machado se dejó la piel sobre el escenario, siempre simpático y lanzando frases en castellano empezando con “... buenas noches País Vasco...” o su interrelación frenética de “.. come on vascos...”, repitiendo unas cuantas veces “... vamos vascos...”. Se nota que han pisado nuestras tierras unas cuantas veces, yo recuerdo cuatro, una en la desaparecida Sala Jam de Bergara, en la Rock Estar Live de Barakaldo, en la Sala Totem de Pamplona y un par de veces en el Viña Rock de Villarrobledo.

Como dato, venían con un nuevo guitarrista que ya ha tocado en Machine Head, Ahrue Luster, algo distante respecto a sus compañeros, a ver lo que dura en Ill Niño, ya que ha tocado en estos últimos años en varios grupos. Echamos de menos al explosivo seis cuerdas que salía a escena con una mochila y no paraba de saltar y de moverse como si no hubiera un mañana, una pena, porque era pieza fundamental en la banda en estos últimos años. También vimos a su nuevo bajista Lázaro Pina, que apareció con un sombrero, no pasó desapercibido, además se entregó al máximo con movimientos durante todo el concierto.

Un set list de auténtico lujo con 15 temas, dando protagonismo a su primer disco, reencontrándonos con ese plantel de temas que marcaron una época, con melodías y cambios de ritmo a base de percusiones varias, conquistando recuerdos ante un público que se entregó totalmente una vez que aparecieron Ill Niño a escena, sobre todo la parte delantera de la sala.

“God Save Us”,  "If You Still Hate Me" y "Unreal" dieron el pistoletazo de salida, ganándose al respetable sin muchas florituras, ante un telón trasero con el logo de la banda que estuvo colocado durante toda la noche, también con columnas de humo para ambientar la actuación y dejando como protagonistas a unos Ill Niño con esas ensambladas melodías, algunas de ellas con arreglos instrumentales acústicos, encendiendo la llama sensitiva enraizada en lo latino.

Cristian Machado tuvo palabras de felicitaciones hacia el público, también pidió algún que otro porro de marihuana, recordando que puede aliviar el dolor de algunas enfermedades como el cáncer, indicando “.. no te hace nada en la cabeza... y da cáncer...” irónicamente, y que tanto insistió. Mientras tanto los parones entre canción y canción se iban sucediendo, se nota que les falta continuidad y rodamiento, ajenos a ensayos y falta de preparación para afrontar una extensa gira.

“Rumba” y “I Am Loco” continuaban su concierto subiendo el escalafón absoluto de una fiesta donde se celebraba la salida de su primer disco, luego bajaron en intensidad para tocar “No Murder”, pero rápidamente volvieron a endurecer su sonido invitando a Richie Cavalera a cantar con ellos el “Rip Out Your Eyes”.

Llegando al final del concierto recordando su segundo trabajo “Confession” con la llegada en castellano de “Te Amo... I Hate You”, y “How Can I Live”, uno de sus principales singles de aquel disco, y para finalizar, “This is War”, con ese hilo latino que todos nosotros recordábamos.

A pesar de no estar al cien por cien y con ese proceso griposo de Machado, el concierto salió adelante y esa noche se recordará durante algún tiempo, sobre todo el último tramo de la actuación.