Uno de los festivales con una trayectoria más dilatada en la vecina Asturias es el Vidiago Rock, que tiene lugar desde el 2006 en la citada localidad, perteneciente al concejo de Llanes. Y, por desgracia, el año pasado sufrieron los habituales incumplimientos de las instituciones, lo que hacía peligrar la edición 2017 de dicho festival, así como la existencia de la Asociación Cultural Vidiago Rock, organizadora del evento.

Pero, lejos de quedarse en lamentos, los organizadores decidieron tirar de imaginación y organizar una serie de eventos, cuyos beneficios sirvan para recaudar parte de lo necesario para llevar a cabo dicho festival. Entre los diferentes eventos, denominados Larga vida al Vidiago Rock, organizaban el último fin de semana de abril dos jornadas en Santander.

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Desgraciadamente y por coincidirme con otro evento, no pude acudir a la jornada del viernes, aunque me hubiera encantado, pero si a la del sábado. Nada más llegar a la sala me di cuenta de la importante presencia de gente que solo fue in crescendo durante toda la noche, pese a que ese día actuaba Jean Michel Jarre en Potes y ofrecido por TV y en Bilbao los hacían los únicos Dream Theater.

La velada la iban a comenzar Full Moon Riders, banda muy próxima al citado festival y a los que había visto a finales del pasado año en Torrelavega.

Para esta ocasión, los asturianos no pudieron contar con su guitarra habitual, enfrascado en asuntos laborales, con lo que era sustituido por un Kiko que cumplió perfectamente durante toda la actuación.

Al cuarteto se le vio más cómodo que en aquella ocasión, quizás también al estar más arropados por una buena cantidad de amigos, lo cual fue visible desde “So sweet”, con la que arrancaron su actuación.

Siguieron su repertorio con “The shine”, donde pudimos degustar un bonito duelo entre guitarrista y cantante, para, tras un primer intento fallido, seguir con “Weekend nights”. La banda estaba gustando mucho a los presentes, con su sonido muy directo y guitarrero, aunque con alguna canción más tranquila como “Hard queen”, aunque se fue acelerando hacia el final.

Una de las más aplaudidas de su velada fue “Cosmic man”, para la que su cantante se acompaño de una armónica, una canción con muchos cambios de ritmos, antes de interpretar “Riding the Monster”, otro gran tema, con voces más cañeras.

La primera versión de la noche cayó de la mano del mítico “Break on through” de The Doors, versión muy particular y muy lograda, antes de agradecernos a todos nuestra presencia.

Para la recta final nos dejaron la intensa “Nuclear”, y la muy cañera y pegadiza “Hot Lily”, antes de despedirse de todos nosotros con la rápida “Dogface”, que se unió con el comienzo del mítico “War pigs” de los Black Sabbath”, que provocó el éxtasis de los presentes, para rematar con su propia canción, combinada con el final del “Overkill” de los Motörhead.

Así concluían sus 40 minutos de actuación Full Moon Riders, una banda con una propuesta de Rock potente, con una gran sección rítmica y un cantante con una voz muy personal, todo ello reflejado en unas canciones directas, sin muchas concesiones, pero si con muchos matices.

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Y si hasta ese momento habíamos visto un gran concierto, lo que nos llegaba ahora era algo digno de retener en nuestros oídos, y es que Quaoar juegan en otra liga; así de sencillo.

Si no recuerdo mal, era la cuarta vez que veía a los bilbaínos y en todas las ocasiones me han dejado con la boca abierta, especialmente el pasado año, con motivo del XX aniversario de Noche de Rock y que os contamos por aquí.

Esta vez, les teníamos aun más cerca físicamente  y ya desde el principio, con “Memento mori”, de su anterior referencia, parecía que la sala se iba a venir abajo por la contundencia del grupo y la acogida de los presentes.

Sin abandonar su anterior disco, “The river &the soul”, llegó el turno de “Love the muse”, en la que su vocalista se enfundo una guitarra que se iría quitando y poniendo a lo largo de toda la velada, una canción de gran intensidad y con una interpretación que dejo a todo el mundo maravillado.

La primera canción que sonó de su actual disco, “Dremaers, dreaming”, fue “Go to Momo”, un tema que es una buena muestra de los matices que tiene su música y en la que el cantante  estuvo sentado en el escenario durante una parte de la canción, mientras sus  compañeros demostraban la clase que tienen.

La canción que cierra este último disco, “Home”, fue la siguiente en sonar, en un tema que es una demostración de cómo hacer una canción que va progresando, pero sacándolo el máximo jugo, para convertirlo en un temazo, con un final apoteósico.

Sin dejar su actual trabajo, llego el turno de “Mystically falling”, que fue dedicada a un seguidor de la banda chico por su próximo cumpleaños, un tema que comienza de manera lenta, para proseguir de manera más contundente con una ejecución impresionante, con mucha delicadeza y gusto, como es marca de la casa.

Tras agradecer a la organización el que contará con ellos, llegó el momento del que quizás sea el mejor tema de su último disco, si es que se puede destacar alguno en tan gran obra, llamado “Goodbye”, una canción que combina dulzura,  intensidad y calidad, con una exhibición general de toda la banda y con un cantante que ya nos hacia comer a todos de su mano, y es que es un monstruo encima del escenario.

Quizás uno de los temas que primero enganchan de su actual disco es “A big hole”, que siguiendo la tónica de su actuación, fue tocado con mucha clase y mucha técnica, con la gente totalmente extasiada y con el grupo disfrutando del concierto.

Después de comentarnos que, aunque estaban grabando su cuarto disco, iban a hacer una serie de conciertos que nos mencionaron, siguieron desmenuzando su más reciente obra con “The man drained of all”, canción que arranca de manera lenta y tranquila, para coger luego más intensidad, mimando los detalles al máximo, con una gran exhibición del batería y reflejando, una vez más, que su sonido bebe de muchas fuente.

La última canción que sonó esa noche de su último trabajo fue “Tough guy”, tema con el que arranca dicho disco y que fue el primer single del mismo, por lo que es una de las más reconocibles de su reciente obra, con una intensidad fuera de toda duda y con los dos guitarra saliéndose y llevándonos al éxtasis total 

Tras hacer amago de irse, hicieron un paralelismo, salvando las distancias, entre los 25 años del “Images and Words” de Dream Theater y  su “Man´t” que cumplía 10 años, cuyo tema titulo fue el ultimo que sonó, un temazo con muchos contrastes, con la banda maravillando a la gente con su virtuosismo y despidiéndose de nosotros tras una hora y cuarto de actuación.
 
Simplemente espectacular el concierto de los bilbaínos que cada vez que los veo, me sorprenden mas y me dejan con ganas de volver a verlos; una vez más, y no me canso de decirlo, es injusto que bandas como estas no estén tocando en aforos mucho más grandes, mientras otros con muchos menos meritos lo hacen.

Pude comentar con mucha gente que los veía por vez primera sus sensaciones y puedo garantizar que todos quedaron impresionados con la actuación de este quinteto; espero ansioso su nueva obra, que seguro no defraudará.

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Y así concluía esta velada de sábado en el Black Bird, donde disfrutamos de dos grandes bandas y aportamos nuestro granito de arena para que se celebre un año más este Vidiago Rock, que se celebra de manera gratuita verano tras verano en dicha localidad.