Bajo un auténtico monzón y ante una lluvia persistente, alcanzamos la segunda jornada de este mastodóntico Mad Cool.
A nuestra llagada degustábamos uno de los muchos atractivos del Mad Cool: El Mad Cool Gallery, una amplia exposición dedicada a la música: Fotos, pintura y arte, se daban cobijo juntas, sirviéndonos de excusa para no mojarnos. Justo cuando la lluvia amaina para por fin irse, nosotros lo teníamos claro, en el escenario Mondo Sonoro, el convite con la positividad y el optimismo estaba servido.
Dear Audrey y su Happy Folk nos iban a alegrar la tarde a través de sus guitarras acústicas, un banjo, un piano, una mandolina y sus tres voces. Tan fácil como lo hace Mumford and sons, tan bonito como lo hace La M.O.D.A, consiguen sacarnos una sonrisa a medida que el concierto trascurría.
Los chicos que se compraron una furgoneta camper gracias a un crowdfunding, los ganadores del último Vodafone yu Music Talent, eran una de mis asignaturas pendientes en directo y hoy me libraban las dudas, canciones como “Room 9”, “Secret Spot” y “One & Only”, de su único disco hasta el momento, son una auténtica maravilla. Mumford y demás titanes del folk, dejen paso que Dear Audrey que bien bastante fuerte.
Dear Audrey
Bajamos a la gran explanada central, en el escenario (principal) Mad Cool alguna que otra cresta, pulseras de pinchos, tatuajes carcelarios y demás ajuares, esperaban desde primera hora a Rancid.
Aquí viene la pregunta desde que la banda confirmó su presencia en este Mad Cool:
¿Qué hace una banda como Rancid en un festival así? … Yo os contesto gustoso, ya que la organización nunca se pronunció.
Desde el punto de vista musical, es un acierto mayúsculo, imprimiéndole más calidad al asunto y desde el escénico, siempre es un lujo ver a Tim Armstrong dejarse la piel en las tablas.
Los californianos, puntuales como británicos, salieron arrasando como lo que son: Apisonadoras sónicas, trepidantes en su Punk, casi Hardcore con brochazos de Ska, únicos en su especie combinando tres voces, levantando escuetos pogos en"Ruby Soho" y "Time Bomb", poniéndose ñoños (si los punkis también ñoñean) en "She's Automatic" . Un show trepidante, diseñado para entretener, para mantener vivo el legado de los The Clash y Pistol´s, que aun teniendo la edad que tienen y aunque se hayan puesto dientes, poca broma es un directo de los Rancid.
Rancid
Al igual que pasará ayer con Foo Fighters, nos dieron portazo en el foso para Ryan Adams, tenemos plan “B”, en este caso plan “SZ”, salimos raudos a donde nos quieren, hacia otra apisonadora llamada Sexy Zebras.
El power trio madrileño nos recibía con los brazos abiertos, sin camiseta y con su “Hola, somos los putos Sexy Zebras”. Irreverentes, magnánimos ante tal masa de gente, aquel escenario Mondo Sonoro se quedó pequeño para tal exhibición.
No me canso de ver a José, Gabriel y Samu como la lían allá donde van, con su energía y sentimientos puros, con sus canciones “facilongas” y tremendamente explicitas. Dancé, y el tremendo gentío conmigo, al son del “Búfalo Blanco”, “La máquina” pudiendo descubrir el potencia de su nuevo disco “La Polla” tremendamente atronador, sin duda uno de los mejores conciertos de este escenario.
Sexy Zebras
Una parada para cenar y seguir con lo que nos queda, siguiente parada escenario Matusalem, Kodaline (anteriormente 21 Demands) ya estaban en liza.
Nuestra entrada la foso desata el malestar groupie, más que razonable, puesto que los irlandeses, (Jóvenes, apuestos, rubios) podían ser los Backstreet Boy del Indie Folk.
En mi opinión es una banda con una calidad musical importante, muy comparable (salvando las distancias) con Radiohead y The Strokes, con un directo de bastante buen gusto como “Give Me a Minute”, “All I Want”, “High Hopes” y “Brand New Day”, añadiendo, ese halo de misticismo, tan rentable, de cuando uno es guapo. Salimos del foso, con la peligrosa sensación de haber tenido a mil leones a nuestras espaladas, (El movimiento groupie es un mundo curioso a la par de peligroso, si te pones delante), para dirigirnos hacia el concierto de la noche: Green Day.
Kodaline
Algo raro pasaba, el largo retraso de la banda de Billie Joe Armstrong, es cuanto menos enigmático, en la segunda canción, nos enteramos del terrible accidente del trabajador P.A.M, tomando la decisión de marcharnos. Cada cual con sus vísceras, nosotros lo tuvimos claro, había muerto una persona, la sensación incredulidad e impotencia estaba por encima de cualquier cosa, el show (por lo menos para nosotros) no tiene por qué continuar siempre.