Después de unos cuántos sábados de festivales y con unos cuantos más en vistas, me apetecía volver a un concierto de menos grupos. Por tanto, cuando me comentaron que venían unos tal Kudai al New y viendo que su música era interesante, no lo dude más.
El concierto, en principio, iba a constar de dos grupos, pero al no encontrar un grupo cántabro disponible, decidieron tocar solos y gratis. Esto es amar la música: venir desde Gipuzkoa para tocar sin esperar nada a cambio.
Una vez más, era muy pesimista con mis previsiones sobre la asistencia al concierto y no me equivoqué ya que fuimos 3 personas las presentes al comienzo del concierto, además de otra más que vino después.
De entrada, la puesta en escena no tenía ni pantallas, ni batería y había una lona que separaba al grupo y a los presentes y en la que fueron proyectando imágenes durante la parte centrada en su nuevo disco.
Tras un retraso motivado por la nula presencia de gente y resignados a que no fuésemos más de los que estábamos, subieron al escenario los tres integrantes que ocuparon el escenario, junto a la necesaria ayuda desde la mesa de sonido y con el tema “Ab Purgatorio...” a modo de introducción, nos llevaron por el mundo de “VII”, su último disco y que nos lleva al viaje de los siete demonios desde el purgatorio hasta el infierno.
Y el primer protagonista es “Lucifer”, que representa la soberbia, en un bello tema con un sonido muy contundente y un estribillo en el que se combinan potencia y una voz muy cálida.
Seguimos nuestro viaje con “Mammon”, representando a la avaricia y mientras la banda seguía proyectando, primero la representación grafica de cada demonio, después la letra de cada canción combinado con proyecciones audiovisuales, para dejarnos con el título del tema cuando ésta iba concluyendo.
Kudai
La banda buscó por todos los medios que nos metiésemos en el concierto y es que, pese a ser los que éramos, lo estábamos disfrutando y por ello nos pidieron que cantásemos con ellos en plan karaoke “Belphegor”, representación de la pereza, y quizás una de las canciones que más me gusta de esta magna obra.
Unas voces orientales nos adentran en “Asmodeus”, encarnación de la lujuria, para luego adentrarnos en una canción muy intensa, pero con un estribillo muy cuidado como todos los de este disco.
Muy rápida y cañera se nos presenta “Leviathan”, personificación de la envidia, pero con unas buenas presencia de los teclados en las partes centrales de la misma.
La verdad es que no hacíamos sino disfrutar con la música y la puesta en escena de la banda, mientras seguían sonando más piezas como “Beelzebub”, que representaría a la gula y que es una canción con más presencia de sintetizadores.
Como es muy difícil trasmitir con palabras lo que estábamos viendo y las fotos no reflejan lo que se vivía, hemos preparado un video de la canción “Aamon”, que es la encarnación de la ira. Este video refleja la parte visual del concierto pero, ante el mal sonido de la grabación, lo hemos acompañado por el sonido de la grabación original. No es muy bueno pero es la mejor manera de que os hagáis una idea de lo vivido.
Acabamos esta parte dedicada a “VII” con la llegada de los Siete demonios a “...ad Inferna”, una canción en la que aparecen todos los demonios, mientras nos acompaña un sonido pesado pero contundente.
Kudai
Tras retirar la tela que separaba al grupo del “publico”, sonó “Eromena” de su disco “Hutsa” del 2004, y es que la banda tiene 4 discos más además del ya comentado disco actual, siendo éste un tema muy cañero e intenso.
Continuaron animándonos a que siguiésemos la letra de las canciones con las letras de las mismas, cuyos estribillos se iban proyectando sobre el fondo del escenario; así pudimos seguir la letra de “Gurutzearen itzala”, tema que dedicaron a sus “amigos” de la iglesia y que estaba en su disco “Shah mat” del 2009.
Se fueron despidiendo con “Aldaketa badator”, canción que dedican a su pueblo y que estaba incluida en su anterior “Harezko dorreak” del 2013 y que es una canción sensacional de las que se te queda grabada enseguida. Temazo.
Definitivamente dejaron las tablas cono “Ni naiz”, la primera canción que hicieron, que estaba presente en su opera prima “Hutsa” y en la que nos hicieron cantar su pegadizo estribillo, dando por concluido así un concierto que, aunque duró menos de una hora, fue más que especial.
La verdad es que pocos conciertos he visto en que un grupo se entregué dándonos un espectáculo tan grande, tanto en lo musical como en lo visual, con una colección de temazos que quitan el hipo y que, pese a que fusemos tan pocos los presentes, se mostrasen tan agradecidos que incluso nos regalaron un par de discos. De quitarse el sombrero.
Espero poder volver a ver a esta banda y que la próxima vez la gente de Cantabria no sea tan perezosa y se anime a conocer bandas como estas que no solo es que merezcan la pena, sino que ofrecen un espectáculo por encima del resto de las bandas.
08/07/2017 
Txutxy Cano 
Txutxy Cano
Rock Beer The New, Santander, Cantabria
