En la última jornada del Resurrection Fest, la del sábado 8 de julio, nos quitamos la espinita que teníamos clavada, por fin veríamos a los americanos Rancid.

Con las fuerzas más que intactas y tras horas de sueños perdidas por el jaleo continuo que tenemos que soportar todas las noches en el camping, fuimos directamente al casco viejo de Viveiro, donde nos cuidaban con sus tapas fantásticas de callos con garbanzos o de pulpo. Mientras tanto el sol luchaba contra las nubes para hacerse un hueco entre ellas, nosotros a lo nuestro, llegaba el momento de ir al recinto de conciertos, allí tocarían unos grandes de Bilbao, los fantásticos Quaoar.

Una de las pocas veces que fuimos al nuevo escenario de la entrada, Desert Stage, y lo hicimos a lo grande, para ver a los aliados perfectos de una buena fiesta, pasando una media hora de auténticos quilates.

Su nuevo disco, ha vuelto a poner a unos Quaoar en la carretera, con el apoyo de la prensa especializada y con una gran agencia tras ellos, Hontza Producciones, es decir, la baza de festivales tenía que llegar si o si, por justicia y por calidad, un apoyo que les sirve para salir fuera de Bilbao, promocionándose como banda y entrando en grandes eventos como este, el Z! Live Rock de Zamora o el Vidiago Rock de Asturias del año pasado, este, estuvieron en su fiesta de presentación en el Black Bird de Santander.

Media hora apasionante, atronadora y fortaleza instrumental, con una voz perfecta, la de Iñigo, que la lleva a niveles magistrales, y sobre los temas, escuchamos “Tough Guy” que abre su último trabajo de estudio “Dreamers Dreaming”, o “Go To Momo”, con ese sonido post grunge y hard rock clásico, más el temazo, como no, de “Memento Mori”, o rescatar una pieza de su primer trabajo “Man’t”, para celebrar sus diez años como banda.

Concierto enriquecedor, seguro que todo el que fue, recordarán su esfuerzo y el nombre de la banda, y si quieres descubrirles, tienen tres discos que son una maravilla.

Rápidamente, nos fuimos al lado para ver el punk rock sueco de Adheside, que este año se han reunido tras varios en el dique seco, y lo hacen por fines benéficos, un claro ejemplo de solidaridad, que compaginan con su descarga de adrenalina sobre las tablas, y para nosotros, volver a verles las casas nos congratula. Una muestra de un aguerrido concierto, rápido e ideal para la vorágine del festival.

Bury Tomorrow, primera banda que veíamos este día en el escenario principal tras perdernos a Morphium, un arma perfecta para incitar al público con los Wall of Death y los circle spit, en especial su cantante, que con su fortaleza especial y sus registros agresivos, junto con su guitarrista a los tonos más melódicos, gritaron con fuerza que estaban en Viveiro, se hicieron notar sin duda.

Propuesta de metalcore cercana a Architects o While She Sleeps que ya visitarían el festival en el 2014. Acabando su concierto con un cantante saltando al foso e interpretando uno de los temas encima de las vallas, animando al público de las primeras filas, los que estaban más cerquita de él, lógicamente.

Los siguientes iban a ser Krisiun, pero los problemas logísticos les pasaron una mala jugada, tuvieron que cancelar su actuación, su avión no llegó a tiempo y dejaron el escenario Chaos Stage a esas horas huérfano, nosotros aprovechamos para tomarnos un respiro y tumbarnos tranquilamente en el césped, esperando la comparecencia en el escenario principal de los suecos Arch Enemy.

Todavía no habíamos coincidido con la nueva vocalista de la banda, Alissa White-Gluz (The Agonist), tras dejar su puesto la magistral Angela Gossow. Dos Discos a sus espaldas con esta nueva voz, “War Eternal” en el 2014 y un disco en directo, ahora esperamos una nueva grabación que saldrá el próximo 8 de septiembre bajo el título de “Will To Power”.

Más cambios en la formación, la salida de uno de sus guitarristas, Jeff Loomis, justo después de grabar “War Eternal”, por eso dimos la bienvenida a Nick Cordle, asentando nuevamente un grupo que nos encanta, con nuevos horizontes y nueva cara, Alissa tiene unos registros más limpios y melódicos, pero no consigue que las partes agresivas y guturales lleguen a los niveles de Angela Gossow, pero a pesar de ello, es un portento de voz, y sobre sus compañeros, demostraron veteranía, siempre fuertes Sharlee D’Angelo, Daniel Erlandsoon, y Michael Amott.

La entrega se ciñó en sus dos últimos discos de estudio, con algún que otro clásico de por medio más la parafernalia visual con columnas de humo y fuego, que a esas horas de la tarde no fue tan espectacular, si hubieran tenido mejor hora, otro gallo cantaría.

Uno de los conciertos del día que esperábamos con muchas ganas, fue el de Ronnie Romero y compañía, es decir, los Lords of Black, que, por cierto, nos dejaron con la boca abierta con esa progresión ascendente que llevan desde hace muchísimo tiempo. Supergrupo liderado por los ex Saratoga, Toni Hernando y su batería Andy C, que nos presentaron a su nuevo bajista.

Todos ya sabemos el potencial de voz de Ronnie, unos registros enormes que bien dejó claro cuando cantaba con Santelmo o con Jose Nova Era, también con el tributo internacional de Rainbow, dejando en el Resu una actuación para recordar, engatusándonos con su voz y dando salida a los temas de los dos discos de estudio de los madrileños, “Would You Take Me” o “At the End Of The World”.

Despidiéndose, como no podía ser de otra manera, una sensacional versión del “We Rock” de Ronnie James Dio, enganchando al respetable en los estribillos de este emblemático tema.

Mastodon son carne de cañón si hablamos de festivales, siempre están presentes en algún otro festival de la península, y Resu no podía ser menos, además fue una de las grandes actuaciones del festival. Hemos coincidido con ellos en muchos festivales nacionales, el Monsters of Rock de Zaragoza o el Bilbao BBK Live en la edición que tocó Iron Maiden, sin olvidarnos de los Sonisphere de Getafe, pero nuestra asignatura pendiente es encontrarnos con esta gente en aforos más reducidos, como una buena sala de conciertos, ya sea la madrileña La Rivera o la bilbaína Santana 27.

Mientras tanto, seguimos disfrutando con sus directos tan espectaculares y repletos de sonido metalero con influencias stoner y de goove metal, su capacidad para reinventarse en cada canción, es brillante, con esos registros vocales y cambios de ritmo, bajo unas letras que todo el mundo canta constantemente.

Magistral recibimiento de los temas nuevos de su reciente trabajo “Emperor Of Sand”, junto con los más rodados que lógicamente fueron el centro de atención del gran público, con una sorpresa incluida, el escuadrón de niños del Resukids, donde uno de los guitarristas estuvo pendiente de ellos en todo momento.

Taake, otra apuesta del festival referente al black metal, y ciertamente tuvo su recompensa ante el público extremo sobre este tipo de bandas que entran en el cartel a cuentagotas, al menos en esta jornada tuvieron su protagonismo junto con Mayhem.

Nos encontramos con sonidos agresivos y extremos, con esa gran parafernalia que guardan este tipo de bandas y sus caras pintadas como marcan los cánones, una muestra técnica de temas veloces y movimientos constantes de cuello.

No les conocíamos, pero son referente del black metal noruego, por eso les quisimos descubrir.

Llegó la hora de encontrarnos con Rancid, una de las bandas que más ganas teníamos de ver en directo, a pesar de que solamente dieron dos conciertos en la península, este y el del Mad Cool Festival, además llevaban muchos años sin visitarnos, que nosotros recordemos, desde el 97 dentro de uno de los primeros Festimad.

Como telón de fondo, la carismática portada de uno de los discos imprescindibles de su discografía, el “.....And Out Come The Wolves” editado en el 95, conmemorando una gira 20 aniversario (con retraso) de este genial disco.

Allí estaba Tim Armstrong con una tupida barba irreconocible, pero sigue igual que activo que años atrás, sus increíbles saltos superan varios metros, y todo, sin soltar su guitarra. Rápidamente nos sacudieron con su punk, ska y reggae, alimentando todos los paralelismos con The Clash.

Mostraron su cara más festival, en frente tenían a un público con ganas locas de bailar, por eso lo dieron todo cuando escuchamos los emblemáticos temas de “Time Bomb” y “She’s Automatic”, sin olvidarse del homónimo disco del 2000 o el “Let’s Go” del 94, más “Life Won’t Wait” cuando militaban en uno de los sellos más importantes del hardcore, Epitaph.

Su guitarrista nos presentaba los temas y nos daban la oportunidad de encontrarnos con las composiciones más recientes de su nuevo disco, en definitiva, un concierto lleno de fiesta en el que nos quitamos esa espinita de no verles aún en directo en un gran escenario.

Agnostic Front fueron una de las actuaciones más desastrosas que recordamos, no fue la mejor noche del su cantante Roger Miret, atrás quedaban los recuerdos de su última visita al festival en el 2012, ese día sí que nos dejaron buenas sensaciones.

A pesar de los limitados registros de voz, la entrega fue máxima y la gente se lo pasó en grande volando encima de nuestras cabezas, estábamos en la carpa y fue un auténtico invernadero, mucho calor, movimientos constantes, pogos e incluso un circle spit.

No estaban presentando nuevas canciones, apenas aparecieron las de su último disco de 2011 “My Life My Way”, eso si, el tema que da título a dicho trabajo sí que apareció, al igual que “A Mi Manera” en rotundo castellano, sin olvidarse de “Addiction” o “For my Familiy” de su anterior trabajo, del 2007 titulado “Warriors”.

Llegábamos a la recta final del festival, en el escenario principal aparecieron Sabaton, con una escenografía militar con tanque incluido, que era el soporte de la batería. Un grupo que ha pegado el salto de salas de conciertos a pabellones, su ascenso ha sido frenético y su posicionamiento en giras importantes como la de Scorpions o Accept es una realidad, digamos que tienen peso importante si hablamos del power metal internacional.

En ese instante, estaban tocando nuestros amigos de Porco Bravo, por eso después de hacer las fotos de Sabaton nos fuimos rápidamente en busca del escenario Desert Stage, allí estaba Manu a punto de surfear, con bengala en el culo incluida, dispuesto a navegar encima de nuestras cabezas.

Actitud provocativa y divertida a la vez, muchos les estaban descubriendo esa misma noche y se quedaron a cuadros al verlos. Llegamos a tiempo para brindar por el gran Pulpo, compañero y hermano que falleció recientemente, por eso el tema “Brindaremos Juntos” es para él.

Encendieron bengalas con “Eléctrica Actitud” y rasgaron las cuerdas con “Lasciva”, recordando a Lemmy y dejándose la piel sobre el escenario al son de “Última Noche”, comprobando una noche más que cuando salen a un escenario lo hacen a fuego, con pasión y a muerte, los de Barakaldo son así.

Dos últimas bandas para finiquitar el Resurrection Fest 2017, por un lado, los italianos Talco en la carpa, levantando al personal ya que es una de sus especialidades, además son unos viejos conocidos de los festivales estatales tipo Viña Rock, The Juergas Rock Festival o Shikillo Fest. y este, otro más a sus espaldas haciendo lo mejor que saben hacer, punk rock ska made in Italia con una sesión de vientos que se mueve más de lo normal. Adorando el fútbol con “St. Pauli”, ritmos de polska y agitación en “Bella Ciao” o “Danza Dell' Autunno Rosa”, sin olvidarse de una de sus primeras canciones que tuvo popularidad por nuestras tierras, “La Carovana”.

Y cerrando la noche, la formación veterana de death metal, Obituary, que tras el festival repetirían visita a la península en el circuito de salas, como el Casino de Gijón o la Razzmatazz de Barcelona. Otra buena dosis de agitación y movimientos de cuello, al igual que sus hermanos de Napalm Death la noche anterior, repartiendo buena zapatilla.

Un sonido no muy bueno que muchas de las bandas en este escenario sufrieron a últimas horas del día, pero ahora con más problemas.

Y con esta buena dosis de death metal, nos fuimos para la acampada, soñando de nuevo con un gran cartel para el 2018.